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El nuevo Presidente creó un Consejo Económico, una línea de préstamos a tasas bajas y reformará la justicia
Con un conjunto de promesas para reactivar el motor económico del país, el peronista Alberto Fernández asumió la presidencia de Argentina, enviando un mensaje de unidad, prometiendo que se encargará de los más desposeídos, pero al mismo tiempo asegurando que recibe una "economía que está en estado de extrema fragilidad" y un país "postrado y lastimado" por culpa de las malas decisiones del gobierno anterior, el de Mauricio Macri.
Acompañado de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el nuevo presidente de Argentina leyó un largo discurso desde la sede del Congreso, en el que predominaron los temas económicos.
"Los argentinos hemos aprendido así. Las debilidades y las desavenencias de la democracia solo se resuelven con más democracia, por eso hoy quiero iniciar estas palabras reivindicando mi compromiso democrático. Vengo a convocar la paz en toda la Argentina en pos de la construcción de un contrato social, que sea fraterno y solidario. Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente; y solidario, porque es tiempo de comenzar por los últimos para poder llegar a todos", dijo Fernández.
Antes de anunciar las primeras medidas de su Gobierno describió el estado en que se encuentra la economía argentina con las siguientes cifras: la inflación es la más alta de los últimos 28 años pues desde 1991 no había una índice superior a 50%, la tasa de desocupación es la más alta desde 2006, el dólar pasó de 9 pesos en 2015 a 63 pesos en solo en cuatro años, el crecimiento del PIB es el más bajo desde 2009, la pobreza está en los valores más alto desde 2008, retrocedieron más de 10 años en la lucha por bajar la pobreza, la deuda pública como porcentaje del PIB está en el peor momento desde 2004 cuando el país estaba en default, el empleo tiene el nivel del año 2007 y lleva 44 meses consecutivos de destrucción, más de 20.000 empresas han cerrado en los últimos cuatro años y se han perdido 152.000 empleos.
"Hemos llegado a esta situación porque se han ejecutado muy malas decisiones económicas", destacó Fernández.
Entre los planes para solucionar este estado crítico, anunciados por el nuevo presidente de Argentina, está la creación de un Consejo Económico para diseñar líneas de trabajo bajo el consenso, darle alivio fiscal a las pymes, activar un sistema masivo de créditos no bancarios que ofrezca préstamos a tasas bajas, declarar la emergencia sanitaria, fortalecer el Mercosur, reactivar las exportaciones, entre otros.
Sobre la deuda con el FMI, Fernández fue enfático en que hay voluntad de pagar, aunque Argentina no está en el mejor momento para hacerlo. "El Gobierno saliente ha dejado al país en una situación de default (...) Para poder pagar hay que crecer primero, buscaremos una relación constructiva con el FMI (...) La Argentina tiene voluntad de pagar, pero carece de dinero para hacerlo", dijo.
Sobre este tema envió un mensaje claro que rechaza el intervencionismo: "El modelo de recuperación económica de Argentina debe ser propio y creado por nosotros mismos, no enviado de afuera".
Fernández también anunció una reforma al sistema federal de justicia, la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia y el tratamiento de los temas ambientales con carácter ministerial.
Uno de los momentos más efusivos del discurso fue cuando habló sobre la reactivación de la defensa de los derechos de Argentina sobre las Malvinas. Sobre el tema envió una advertencia: "No hay más lugar para colonialismos en el siglo XXI".
También habló sobre las mujeres y el deber que tiene el Estado de reducir la violencia contra ellas.
Finalmente, pidió a los argentinos de mayores ingresos que sean más solidarios con los que tienen menos recursos y habló de aumentar el aporte solidario. Destacó que más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria "en un país que es uno ellos mayores productores de alimentos del mundo", y agregó que uno de cada dos niños es pobre en el país. "Sin pan, no hay presente ni futuro".
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