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Si el bloque de centroderecha gana como se espera, necesitará al menos un socio de coalición para asegurarse una mayoría en la cámara baja del parlamento
Los votantes alemanes eligen este domingo a los próximos líderes de la mayor economía de Europa. Las encuestas sugieren una probable victoria de los conservadores de la oposición liderados por Friedrich Merz y una amarga derrota para el canciller Olaf Scholz y sus socialdemócratas.
Si el bloque de centroderecha CDU/CSU de Merz gana como se espera, necesitará al menos un socio de coalición para asegurarse una mayoría en la cámara baja del parlamento. Su gobierno enfrentaría entonces una serie de desafíos que van desde reactivar el crecimiento económico y asegurar el suministro de energía hasta navegar en un entorno geopolítico trastocado por el regreso del presidente estadounidense Donald Trump.
Las opciones de alianza más probables para Merz son el SPD —casi con toda seguridad sin que Scholz tenga ningún papel en el gabinete— o los Verdes. Dependiendo de la composición final de la cámara baja del parlamento, Merz podría necesitar a ambos en una coalición tripartita difícil de manejar.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, segundo en las encuestas pero rechazado por todos los demás partidos, parece destinado a convertirse en la principal fuerza de oposición en el Bundestag en Berlín.
La votación presencial comenzó a las 8:00 hora local. Las emisoras públicas alemanas ARD y ZDF publicarán los resultados de las encuestas a pie de urna cuando finalice la votación a las 18:00 horas (12:00 del mediodía en Colombia), seguidos de las proyecciones actualizadas periódicamente. Históricamente, las encuestas a pie de urna son relativamente precisas y las proyecciones no suelen desviarse mucho a medida que avanza la noche.
Los principales candidatos –Scholz, Merz, Robert Habeck de los Verdes y la colíder de AfD Alice Weidel– serán entrevistados juntos en ARD/ZDF a las 20.15 horas para hablar sobre las perspectivas de formación de la coalición. Los resultados preliminares del escrutinio federal se conocerán en la madrugada del lunes.
Scholz puso fin a su impopular y rebelde coalición tripartita con los Verdes y los Demócratas Libres en noviembre, después de meses de disputas sobre la deuda gubernamental.
Scholz despidió al ministro de Finanzas del FDP, Christian Lindner, un halcón en materia presupuestaria que insistía en respetar el límite constitucional de endeudamiento alemán, y convocó unas elecciones nacionales siete meses antes de lo previsto. Scholz seguirá gobernando con los Verdes en calidad de interino hasta que se forme un nuevo gobierno, lo que podría llevar semanas o incluso meses.
Después de una ola de frío en Alemania durante la semana pasada, se espera que el clima más cálido del domingo estimule la participación electoral, que fue de 76% en las últimas elecciones de 2021. El oficial de escrutinio federal publicará una primera estimación de la participación en estas elecciones (excluidos los votos por correo) a las 14:00 horas en Berlín.
El número de partidos que obtengan escaños en el parlamento podría variar desde cuatro hasta siete, incluido el bloque CDU/CSU de Merz como una sola fuerza. Cuanto mayor sea el número de partidos, más complicada será la formación de coaliciones, ya que aumenta el listón para asegurar una mayoría parlamentaria.
El FDP, que favorece a las empresas, y el partido de extrema izquierda Buendnis Sahra Wagenknecht (BSW) rondan el umbral del 5% para entrar en el Bundestag. El apoyo al partido de izquierda se ha fortalecido en las últimas semanas y parece que alcanzará alrededor del 7%. Si los tres alcanzan la marca del 5%, probablemente se formaría un gobierno de coalición de tres partidos.
Los partidos aún pueden conseguir escaños en el Parlamento incluso si no llegan al 5%, siempre que obtengan al menos tres mandatos directos en los 299 distritos electorales de Alemania.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU), de centroderecha de Merz, y su partido hermano bávaro más pequeño, la Unión Social Cristiana (CSU), han adoptado una línea más dura en áreas políticas clave, incluido el gasto social, la migración irregular y la seguridad interna, en un intento de contrarrestar el ascenso de la AfD.
Es un marcado contraste con la CDU/CSU bajo la ex canciller Angela Merkel, que dominó a los conservadores durante las primeras dos décadas de este siglo, pero parece haber resonado entre suficientes votantes como para mantener el liderazgo del bloque en las encuestas.
Los socialdemócratas de centroizquierda de Scholz están mucho más abiertos a un gasto gubernamental financiado con deuda y al mantenimiento de generosos beneficios sociales.
Scholz también ha tratado de presentarse como un firme partidario de Ucrania en su defensa contra la invasión rusa y como un líder prudente que protegerá a Alemania de una participación directa en el conflicto.
La AfD ha sido el mayor beneficiario de las tensiones políticas de Alemania y ha duplicado su apoyo desde las últimas elecciones federales de 2021.
Fundado hace diez años con una plataforma de oposición al euro, el partido ha ido adoptando posiciones radicales como la deportación masiva de inmigrantes y el restablecimiento de vínculos económicos con Rusia. Algunas secciones del partido están catalogadas como extremistas de derecha por las agencias de inteligencia nacionales y el director de su filial en Turingia fue multado el año pasado por utilizar un eslogan nazi prohibido.
Los Verdes han ampliado su enfoque tradicional en la lucha contra el cambio climático y el candidato principal, Habeck, el actual vicecanciller, es un firme partidario del gobierno en Kiev. Al igual que el SPD, los Verdes quieren más gasto financiado con deuda para ayudar a financiar la ecologización de la industria alemana y una expansión masiva de las energías renovables.
La respuesta corta es que probablemente. Muchas personas, tanto dentro como fuera del SPD, creen que el ministro de Defensa, Boris Pistorius, el político más popular de Alemania con diferencia, habría sido un candidato más eficaz.
Sería muy poco probable que Merz eligiera a Scholz para un puesto en el gabinete de un gobierno CDU/CSU-SPD, lo que allanaría el camino para que personas como Pistorius, el colíder del SPD Lars Klingbeil y Rolf Muetzenich, el jefe del grupo parlamentario del partido, pudieran asumir el cargo.
Como precio por respaldar a Merz como canciller, los socialdemócratas podrían exigir la cartera de finanzas, así como otro trabajo clave en el gabinete, posiblemente defensa, para que Pistorius pueda permanecer en su cargo actual.
Si las partes no logran llegar a un acuerdo, Alemania podría acabar con un gobierno minoritario, similar a otros países del norte de Europa, como Suecia y Dinamarca. Eso dificultaría la aprobación de reformas significativas en el Parlamento y debilitaría potencialmente la posición negociadora de Alemania en el escenario mundial.
En caso contrario, el presidente Frank-Walter Steinmeier no tendría otra alternativa que convocar otras elecciones, pero ese sería el último recurso que se produciría meses después.
Es extremadamente improbable porque todos los demás partidos se niegan a colaborar con él. Scholz ha afirmado que Merz podría llegar a abrir la puerta a la cooperación después de que intentara imponer en el Parlamento normas de inmigración de línea dura utilizando los votos de AfD.
Merz ha descartado repetidamente cualquier colaboración activa con el partido y prometió que no dependerá de él para conseguir respaldo en el Parlamento para convertirse en canciller.
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