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El presidente de la mayor operadora española expone su visión en la primera entrevista tras los anuncios de STC y Sepi de entrar en el accionariado
Regulación, regulación y regulación... O más bien, "desregulación", "desregulación" y más "desregulación", para poder ser "competitivos". Así de insistente es José María Álvarez-Pallete, presidente Telefónica, cuando se le pregunta por la situación actual del sector de telecomunicaciones en Europa, incluyendo el "momento intenso" -reconoce-, que vive el grupo.
El complejo entorno regulatorio y tecnológico del sector coincide con acontecimientos históricos como la polémica llegada al accionariado del grupo saudí STC o el anuncio de que el Estado español volverá al capital a través de la Sepi.
Todo ello en plena celebración del "apasionante" centenario de la empresa, que coincide con el fallecimiento de César Alierta, que dejó "un inestimable legado" como anterior presidente.
El próximo abril, Telefónica celebra sus primeros cien años de vida y Álvarez-Pallete (Madrid, 1963) cumple ocho años como presidente.
En una entrevista con Expansión con motivo de su participación, esta semana, en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, Álvarez-Pallete explica que "estamos iniciando el año de nuestro centenario" pero "por desgracia, lo hemos hecho con una triste noticia para toda la familia de Telefónica por el reciente fallecimiento de César Alierta". "Por su recuerdo, por su inestimable contribución a que Telefónica alcance los 100 años y por su legado, seguiremos construyendo nuestro futuro con el convencimiento de que lo mejor para la compañía siempre está por venir".
Es su primera entrevista desde los anuncios de STC y de la Sepi. Cuando se le pregunta por estos movimientos, el directivo reconoce que "efectivamente, es un momento intenso para la compañía". "Telefónica suscita enorme interés porque es un actor principal en el nuevo escenario digital".
Álvarez-Pallete no entra a valorar si la incorporación de STC o la Sepi al capital, y eventualmente al consejo, refuerzan o debilitan a Telefónica porque el grupo tiene vida propia. "Telefónica es estratégica", insiste. "A nivel europeo y a nivel global, porque es clave para la conectividad del futuro", añade. "Lo único que necesitamos para ser competitivos es que nos desregulen y que nos dejen competir en igualdad de condiciones como cualquier otro operador".
En Telefónica "estamos centrados en nuestro nuevo plan estratégico 2023-2026, que presentamos el pasado 8 de noviembre, y que es nuestra hoja de ruta y mejor garantía para crear valor para los accionistas y continuar dando el mejor servicio a nuestros clientes". Ese plan, bautizado como Crecimiento, Rentabilidad y Sostenibilidad, GPS, promete 6.900 millones de euros en dividendo, y menos deuda.
Telefónica "aspira siempre a la excelencia". Ese es "su lugar". "Estamos muy orgullosos de alcanzar los primeros cien años de vida", porque "es el resultado de una apasionante historia de transformación". Telefónica "ha llegado hasta aquí porque ha sabido anticiparse a su tiempo y ser de utilidad a la sociedad". Estamos "construyendo una compañía no para los próximos diez ni veinte años, sino para los siguientes cien años".
Pero "ese nuevo tiempo requiere una evolución radical, reinventarse de nuevo, y una plataforma que ofrezca simplicidad por encima de la complejidad de los negocios actuales.Álvarez-Pallete no se cansa de pedir una adaptación normativa. "Europa debe volver a poner su economía en la senda de la competitividad". Debe "confiar en las empresas para liderar el cambio y replantearse su política de competencia y su modelo normativo".
El sector de las telecomunicaciones "es clave para la autonomía estratégica de Europa". "Ningún otro ha contribuido tanto al avance de la economía". La visión de la Gsma [asociación mundial de operadores, que ahora preside Pallete] es liberar todo el poder de la conectividad". Pero se "requiere un reseteo total del marco regulatorio que gobierna el ecosistema digital".
"Estamos regulando para coches de caballos un mundo de autopistas. Es regulación del siglo pasado, no de éste. A nosotros se nos reguló porque éramos un monopolio incumbente de cobre. Ya no somos monopolio, ya no somos incumbentes, y, a partir del próximo 19 de abril [fecha del centenario] ya no seremos de cobre". Es la hora de desregularnos y dejarnos competir. Es lo único que pedimos, que se nos deje competir en igualdad de condiciones. Una regulación de un nuevo siglo, de una nueva era.
"Europa se ha forjado a golpe de crisis. Una tras otra", recuerda José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, cuando le preguntan sobre si está o no de acuerdo con los términos "policrisis" (crisis en distintos ámbitos) o "permacrisis" (crisis permanente), que se han acuñado en el Foro Económico Mundial de Davos. "Asistimos a crisis muy distintas y simultáneas derivadas de la creciente complejidad del orden mundial", explica. "¿Alguien podía anticipar lo que hemos visto en los últimos cuatro años?", se pregunta.
A pesar de ello, Europa "ha resistido históricamente a grandes perturbaciones, reaccionado siempre con soluciones, con altas dosis de eficacia y solidaridad". Pero ahora "está en una encrucijada; se enfrenta a un nuevo escenario geopolítico, tecnológico y económico". Revertir "la alarmante pérdida de competitividad y autonomía de Europa es ya una cuestión de supervivencia o seguridad económica para la región y para el bienestar de sus ciudadanos".
Europa "necesita un ambicioso plan de desarrollo industrial sincronizando a todos sus miembros. Es el momento de impulsar la competitividad a largo plazo". "La prosperidad depende de nuestras decisiones". Pallete insta a "restaurar y reconstruir la confianza perdida o debilitada". Hay que generar "confianza en todos los niveles: en uno mismo, en los demás y en las instituciones".
Hay que "unirse" para encontrar "soluciones comunes". Necesitamos, añade, "imaginación estratégica para evitar la fractura de la confianza mutua".
Para el presidente de Telefónica, "la inteligencia artificial (IA) es un punto de inflexión en la historia de la Humanidad". Y alerta: "La IA generativa empieza a desarrollar capacidades complejas como el engaño". No quisiera parecer "pesimista", porque "la tecnología siempre ha hecho avanzar al ser humano y la IA puede hacerlo de manera exponencial". Pero "lo importante son las personas". La reciente ley europea de IA "es un gran paso, pero necesitamos ir más lejos para fijar los derechos y deberes básicos de personas y máquinas en este nuevo mundo". Una Agencia Internacional para la IA "restauraría la confianza, sería el lugar para plantear cuestiones, debatirlas y generar consensos". Sería "fantástico que estuviera en España".
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