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Hasta el momento han sido detenidos más de 1.000 manifestantes. Luego del ataque, los mercados de Brasil estuvieron estables
La polarización es un fenómeno que no solo se ha presentado en Colombia. Brasil también ha padecido las consecuencias de la división política. Solo una semana después de que el nuevo presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, asumiera el cargo, simpatizantes del exmandatario, Jair Bolsonaro, ingresaron el domingo al Congreso, la Corte Suprema y las oficinas presidenciales, rompiendo ventanas, muebles y obras de arte bajo el argumento de que en las últimas elecciones hubo fraude. Sin embargo, no hay pruebas de ello.
Lula solicitó la intervención federal para garantizar la seguridad y dijo que habrá un “castigo ejemplar” para quienes ingresaron a las instituciones. Hasta el momento, han sido detenidos más de 1.000 manifestantes y aunque las autoridades ya retomaron el control, la crisis política parece estar lejos de terminar.
“La polarización que se lleva a cabo en Brasil va a tener un impacto enorme en lo social porque termina por debilitar la institucionalidad y seguridad ciudadana. Además, pone de manifiesto los grandes dolores que hay en la sociedad frente a la manera en cómo se está dirigiendo el país y el cambio de Gobierno”, aseguró Johan Mauricio Caldas, profesor de ciencias políticas de la Universidad de La Sabana.
Una de las consecuencias que preocupa frente a la inestabilidad política y social es lo que pueda pasar con la economía. Sin embargo, luego del ataque, los mercados financieros de Brasil se mantuvieron estables después de una caída inicial, con el índice bursátil de referencia Bovespa subiendo en las operaciones de la tarde de ayer. Por su parte, el real brasileño concluyó la jornada con un repunte de 1,47% en lo corrido del año.
“Si se mantiene una conducta generalizada que lleve a vías de protestas continuas se pueden frenar las actividades económicas y comerciales del país”, añadió Caldas.
Mientras tanto, el expresidente Jair Bolsonaro se encuentra en Florida, Estados Unidos, debido a una obstrucción intestinal por una herida de arma blanca que tuvo en 2018. En una entrevista con CNN dijo que planeaba regresar a Brasil antes de lo previsto.
Cabe recordar que el exmandatario enfrenta varias investigaciones ante la Corte Suprema por algunas irregularidades durante su gobierno.
Hasta el momento, las investigaciones que han adelantado las autoridades brasileñas y los medios locales indican que el ataque no fue de manera espontánea y por el contrario fue premeditado, pues los manifestantes salieron desde las inmediaciones del Cuartel General del Ejército hasta la plaza de los Tres Poderes en Brasil para ingresar a las principales instituciones estatales, una situación similar a lo que ocurrió en el Capitolio de Estados Unidos hace casi dos años.
Las respuestas de otros mandatarios del continente ante los disturbios
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se unió a otros líderes mundiales para condenar los disturbios del domingo, calificándolos de “escandalosos”. Mientras que los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro, y Chile, Gabriel Boric, rechazaron los hechos ocurridos en Brasil y reafirmaron su apoyo a su homólogo de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, por lo que acordaron liderar un pacto por la democracia de la región.
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