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Encuesta de Forsa reveló que el apoyo al bloque liderado por los demócratas cristianos cayó dos puntos porcentuales al 19%
La canciller Angela Merkel se sumergió en la campaña electoral de Alemania, advirtiendo que los socialdemócratas desviarían al país en una intervención inusualmente directa en la contienda mientras sus conservadores caían a un nuevo mínimo en las encuestas.
En una encuesta de Forsa para RTL / ntv, el apoyo al bloque liderado por los demócratas cristianos cayó dos puntos porcentuales al 19%, su nivel más bajo en cualquier encuesta de votantes en la era de la posguerra.
El SPD ganó dos puntos desde hace una semana al 25%, abriendo una ventaja de seis puntos. La última encuesta agregó una nota de desesperación a los esfuerzos de Merkel por influir en los votantes.
En una señal de la creciente ansiedad dentro de su campo, dio un respaldo total al candidato conservador Armin Laschet y criticó a Olaf Scholz del SPD por no descartar una coalición con el partido de izquierda anticapitalista.
"Importa quién gobierna el país", dijo Merkel el martes en un enérgico discurso en el parlamento alemán, el último antes de las elecciones del 26 de septiembre. Después de 16 años dirigiendo la economía más grande de Europa, Merkel sigue siendo la política más popular del país, y la canciller estaba aprovechando su posición para influir en los votantes.
Ella ha permanecido notablemente callada durante toda la campaña para seleccionar a su sucesor, y solo se introdujo recientemente cuando su alianza CDU / CSU se hunde en medio de las dudas de los votantes sobre las capacidades de liderazgo de Laschet.
Los alemanes podrán elegir entre un gobierno liderado por el SPD y los Verdes, que "aceptaría el apoyo del partido de izquierda", dijo, haciéndose eco de los puntos de conversación de la campaña de Laschet.
La alternativa sería un gobierno liderado por los conservadores con Laschet como canciller, que "representaría estabilidad, confiabilidad y moderación". Scholz, ministro de Finanzas y vicecanciller para el último mandato de Merkel, ha dirigido su campaña posicionándose como el legítimo heredero de su legado, llegando incluso a ser fotografiado imitando su icónico gesto con la mano en forma de rombo. Su discurso pareció una refutación a su estrategia.
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