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El alza en el valor de bitcoin ha despertado un interés por invertir, sin embargo, las criptos aún no cuentan con respaldo institucional
El año en curso ha representado el resurgir de la criptomoneda más representativa del mundo, el bitcoin. Tras un 2022 para el olvido, en el que el valor de este activo digital tocó su cifra mínima, cercana a US$16.000, los dos años siguientes han evidenciado un nuevo crecimiento en la cotización de esta hasta alcanzar valores máximos este año, cercanos a US$73.000
Ante este renacimiento, el apetito de los inversionistas, junto con la aprobación de los ETF (fondos cotizados que le ayudan a las personas a invertir sin la necesidad de adquirir el activo digital), surge el interrogante sobre cómo hacer parte de la ola de las cripto que, parece, no bajará en el futuro próximo.
Antes de indicar algunas claves necesarias si quiere invertir en criptomonedas, cabe aclarar algunos conceptos para que esta sea una decisión informada y consciente. Una criptomoneda es un activo no material creado para funcionar como dinero digital, que emplea un cifrado criptográfico para garantizar la titularidad e integridad de las transacciones.
Dicho esto, bitcoin es la criptomoneda por excelencia y la primera en lanzarse. Esta se basa en cadenas de bloque de la tecnología blockchain, se puede intercambiar electronicamente y no existe en forma física. Sin embargo, existen otras cripto de renombre como Ethereum, Cardano, Tether y Binance Coin.
Bitcoin ha sido catalogada por los expertos en criptodivisas como el nuevo oro digital, esto en razón tanto de la escasez en la generación de estas como en la cantidad de criptos en circulación. Su corta cantidad y disponibilidad se justifican en el 'halving' un proceso realizado cada cuatro años o 210.000 bloques. Este proceso consiste en reducir en 50% las recompensas que obtienen los mineros de bitcoin que verifican las transacciones de bitcoin.
Con esto, se genera periódicamente una oferta limitada de criptos (21 millones según lo establecido en su creación) que, con una demanda estable o al alza, podría disparar la cotización de esta.
A diferencia, por ejemplo, de las acciones, los bancos tradicionales o los broker de bolsa no ofrecen todavía la opción de comprar o vender directamente el activo digital. Sin embargo existen plataformas de negociación de criptomonedas como Binance, Coinbase, Kraken, Bitpanda, Bit2me o eToro.
Otra de las maneras es a través de los ETF. Los fondos cotizados funcionan de la misma manera en la que funcionan los fondos tradicionales de los principales indicadores bursátiles o el oro, con la salvedad de que, en este caso, no es necesario adquirir criptomonedas para invertir en ellas.
Existen algunos factores sustanciales que deben tenerse en cuenta antes de emprender una inversión en criptomonedas. Tales son los casos de la legislación y el respaldo institucional. En el caso de la legislación pertinente, no existe un marco regulatorio establecido en Colombia que establezca el alcance de las cripto.
A pesar de que los senadores Gustavo Moreno y Julián López impulsaron el proyecto de ley 267 de 2022 para "regular los Servicios de Intercambio de Criptoactivos ofrecidos a través de las Plataformas de Intercambio de Criptoactivos", esta fue archivada a finales de junio de 2023.
Por otro lado, los activos digitales aún no son respaldados por los bancos centrales en la mayoría de los países, salvo contadas excepciones como en El Salvador. Por ende, no existe una institución que vele por la integridad de las transacciones que se realicen con criptos. Una de las consecuencias de este hecho es que la cotización de las criptomonedas esté sujeta a la confianza del mercado, lo que aporta a su volatilidad.
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