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Carlos Altimiras, presidente de Arauco do Brasil
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El complejo producirá 3,5 millones de toneladas de pulpa desde 2027, consolidando a Arauco como la segunda mayor del mundo
¿Qué tiene Brasil que Chile no? ¿Por qué las dos principales empresas forestales del país, Arauco y Cmpc, están invirtiendo en conjunto casi US$10.000 millones en dos megaproyectos en el gigante sudamericano?
Una mezcla de agilidad para gestionar los permisos, una actitud proactiva de las autoridades federales para atraer la inversión extranjera, carencia de prejuicios contra la industria y la actividad forestal en general y condiciones naturales (es el segundo país con más bosques en el mundo, detrás de Rusia), han permitido que Brasil cobije las mayores fábricas de celulosa del planeta, partiendo por Suzano, la más grande, siguiendo con Brecell y con las chilenas Cmpc y Arauco.
Esta última forestal, del grupo Angelini, anunció este martes el inicio de la construcción de su planta en Sucuriú, estado de Mato Grosso do Sul, por US$4.600 millones, la mayor inversión de su historia.
El complejo producirá 3,5 millones de toneladas de pulpa desde 2027, consolidando a Arauco como la segunda mayor forestal del mundo.
El presidente director de Arauco do Brasil, Carlos Altimiras, explicó que “lo primero que hace aquí en Brasil es cerrar una potencial inversión con el gobierno de Estado, con el gobernador”.
“En esta negociación en general acuerdas algunas exenciones tributarias, porque el gobernador tiene cierta jurisprudencia sobre los tributos estaduales y también cierta infraestructura que ellos también te pueden necesitar”, dijo.
En el caso de Arauco, este proceso fue realizado en 2022 y a partir de esa fecha “se gatillan todos los estudios de la ingeniería básica de la fábrica, el ritmo de plantaciones, etc.”, explicó. La forestal de Angelini necesita 380.000 hectáreas de bosques para alimentar la planta de Sucuriú.
Altamiras detalló que desde 2022 están añadiendo unas 60.000 hectáreas al año y comprando predios. “Al momento del arranque de la planta, vamos a tener el tener patrimonio suficiente para alimentar la fábrica”, indicó.
Luego del acuerdo con el Estado de Mato Grosso do Sul viene el proceso de evaluación ambiental que es hecha por los órganos ambientales del gobierno del Estado.“En septiembre del año 2022 Arauco comenzó en su licenciamiento ambiental y a finales del año pasado, o sea, en 14 meses, Arauco obtuvo la licencia ambiental previa”, detalló.
En Chile, los permisos pueden tomar fácilmente cinco años y la construcción otros cinco, como ocurrió con la última gran inversión de la forestal de Angelini en Chile, Mapa.
“Es un proceso bastante riguroso, bastante normado y estructurado, un proceso que realmente te pide mucho estudio”, indicó Altimiras. Sin embargo, da certezas. “Más o menos en ese orden de tiempo, entre un año y medio y dos años, si es que está todo bien hecho, tienes tu licencia ambiental”, explicó el presidente de Arauco Do Brasil.
Luego obtuvieron lo que se llama la licencia de instalación, “que es lo que te permite comenzar la construcción y entonces, con esa obtención, fuimos al directorio este martes”, reseñó Altimiras.
Otro factor es que hay una vocación industrial en Brasil. “Si tú miras la realidad del estado de Mato Grosso do Sul, ellos hace ocho años declararon como un proyecto estratégico convertirse en el valle de la celulosa, ser el polo de la producción de celulosa más importante de Brasil”, indicó.
“Efectivamente ellos han puesto un sello donde han tratado de atraer traer muchas inversiones y bueno, lo están logrando”,argumentó. En la zona están las plantas El Dorado, Suzano, Brecell -que son de Indonesia- y recientemente anunció un proyecto en ese estado. “Esto obedece a una política de Estado, de promoción de las inversiones industriales en celulosa”, dijo Altimiras.
“No, nuestra compañía ha seguido apostando por el crecimiento en Chile, basta recordar el anuncio de la planta en Cholguán. Pero es muy cierto que no hay mucho más espacio para extender la masa forestal en Chile, mientras que en Brasil sí lo hay y los estados compiten por atraer la inversión forestal”, señaló el ejecutivo.
Con 12% de los bosques del planeta y casi medio millón de hectáreas de árboles plantados, Brasil es una potencia forestal y ello se explica por sus condiciones naturales: hay espacio para los bosques, los árboles crecen más rápido. Carlos Altimiras indicó que si en Chile un eucalipto demora 13 años en alcanzar su madurez, en Brasil son siete años. Además, hay espacio para plantar.
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