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Debido al riesgo de enfrentar una inminente recesión, Argentina implementará esta medida cambiaria para impulsar las exportaciones
Argentina implementará un tipo de cambio temporal subsidiado para el vino y otros productos agrícolas en un elaborado intento de dar un impulso a las exportaciones y las reservas de divisas, en un momento en que la peor sequía en un siglo agrava una recesión inminente.
El ministro de Economía, Sergio Massa, afirmó el jueves que seguirá adelante con la medida cambiaria, bautizada como “dólar agro” o “dólar Malbec” por los medios porque beneficia a los productores de la variedad de uva más famosa del país argentino.
El esquema dará a los productores una tasa de cambio más mejora durante 90 días cuando vendan sus productos en el extranjero, incluidos el arroz y el maní, en lugar del valor oficial del peso que el Gobierno ha mantenido artificialmente alto en un intento por evitar la devaluación.
A partir de abril, el Gobierno también permitirá un tipo de cambio, que durará 30 días, para las exportaciones de soja, la tercera versión de este esquema para el producto, según un comunicado del Ministerio de Economía emitido el jueves, que no especificó el nuevo nivel del tipo de cambio para ninguno de los productos.
El tipo de cambio oficial de Argentina cerró el jueves en $209 por dólar y las versiones anteriores del llamado “dólar soja” se ubicaban muy por encima del tipo de cambio oficial. En el mercado paralelo, la moneda local se cotiza a la mitad de su valor, en $400 por dólar.
“La sequía nos golpeó muy fuerte”, dijo Massa a la prensa el jueves en Washington después de reunirse con funcionarios del Fondo Monetario Internacional. Destacó que los tipos de cambio temporales apuntan a fortalecer las reservas del banco central en el segundo trimestre y continuar la senda de determinados que Argentina debe recorrer.
Sin duda, las exportaciones de vino por sí solas —que aumentarán un poco más de US$1.000 millones anuales— no cambiarán las perspectivas económicas de Argentina. Sin embargo, con la medida, el Gobierno también busca obtener cada dólar que pueda de las exportaciones, ya que las reservas del banco central han caído de US$44.600 millones a principios de año a US$36.600 millones en la actualidad, cerca del nivel más bajo desde 2016.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo su proyección de producción anual de soja a 25 millones de toneladas métricas, muy por debajo del promedio de cinco años de 45 millones de toneladas y la peor cifra en décadas. La economía argentina depende en gran medida de las exportaciones agrícolas para generar dólares.
Los tipos de cambio especiales para la soja obligaron el año pasado a Argentina a solicitar exenciones para el acuerdo de US$44.000 millones del Gobierno con el FMI porque rompieron las reglas del organismo multilateral sobre “prácticas de divisas múltiples”. Se espera que el directorio ejecutivo del FMI apruebe en los próximos días un nuevo desembolso de US$5.300 millones para Argentina como parte del total del programa tras la cuarta revisión del equipo técnico del FMI.
Los tipos de cambio para la soja anteriores impulsaron las exportaciones en el corto plazo, pero también generaron inquietud sobre la inyección de más pesos a la economía, cuando la inflación supera el 100%.
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