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Investigado por corrupción y fraude público, el exjefe de Estado fue puesto en prisión preventiva. Es indagado en diez causas penales.
Menos de tres meses después de entregar la presidencia de Brasil a Jair Bolsonaro y perder el fuero del que gozaba como jefe de Estado, Michel Temer fue arrestado por la Policía Federal, sindicado como líder de una organización dedicada al pago de sobornos, en el contexto del llamado caso Lava Jato.
El exmandatario -el segundo en ser apresado por causas penales tras Luiz Inácio Lula da Silva, quien cumple una condena de más de 12 años por corrupción y lavado de dinero- fue detenido ayer en Sao Paulo y trasladado a Rio de Janeiro, a petición del juez Marcelo Bretas, de la 7° Sala Federal Criminal de Rio de Janeiro. Horas después, también fue apresado su exministro de Energía y Minería, Wellington Moreira Franco, además de su amigo cercano y asesor, João Lima.
Temer, de 78 años, es investigado en al menos diez procesos penales, pero su prisión preventiva se ordenó específicamente por el supuesto pago de sobornos de 1,1 millón de reales (cerca de US$ 300 mil) de manos de la proveedora de servicios a empresas de energía Engevix, que se adjudicó un contrato público en la construcción de la planta nuclear Angra 3. El dueño de la firma, José Antunes Sobrinho, habría confesado que el pago fue solicitado por Lima y Moreira, y que Temer estaba informado de ello.
Mientras los abogados del exmandatario señalaron que están estudiando las acusaciones, el propio Temer conversó con un periodista del canal brasileño CBN, a quien señaló que la medida en su contra “es una barbaridad”.
En tanto, el partido del exjefe de Estado, PMDB, emitió un comunicado criticando la acción. “Ya fue demostrado que no hay irregularidades por parte del expresidente y el exministro Moreira Franco”.
Por su parte, a su llegada a Chile, Bolsonaro se refirió al arresto de su predecesor y manifestó que “cada uno responde por sus acciones. La justicia nació para todos”. Añadió que “lo que llevó a a esta situación, por lo que parece, fueron los acuerdos políticos en nombre de la gobernabilidad. La gobernabilidad no se hace con ese tipo de acuerdos a mi entender”, sentenció.
Organización criminal
Las investigaciones que involucran a Temer -quien asumió el cargo en 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, de quien fue vicepresidente por dos períodos, antes de apoyar el impeachment en su contra- incluyen cargos de corrupción, fraude y lavado de dinero. La orden del juez Bretas señala al exmandatario como “líder de una organización criminal” y “principal responsable de los actos de corrupción” indagados.
En 2017, el Ministerio Público abrió una investigación por corrupción y obstrucción a la justicia contra Temer, luego de que se revelara un audio en el que parecía avalar el pago de un soborno. No obstante, dado que gozaba de fuero presidencial, el avance de esa indagatoria dependía del Congreso. El entonces mandatario logró frenar ese proceso.
Pero en enero, cuando dejó el cargo y perdió los privilegios de la presidencia, cinco causas pendientes en su contra llegaron a manos del máximo organismo judicial. Entre ellas está la acusación formal de corrupción y lavado de dinero,oficializada en diciembre por la fiscal general Raquel Dodge. Otras cinco indagatorias se abrieron este año y están en manos de órganos judiciales de primera instancia.
En la operación de ayer, la Policía Federal tenía órdenes de arresto contra diez personas. Entre ellas estaban la esposa de Lima, Maria Rita Fratezi, y empresarios ligados a las firmas Argeplan, Construbase, CG Impex, Alumi Publicidades y AF Consult, todas firmas investigadas por supuesto pago de sobornos.
Brasilia remecida
Los dos años y medio de gobierno de Temer estuvieron marcados por sus intentos infructuosos por sacar adelante una reforma de pensiones, que todos los analistas consideran necesaria para recuperar la economía del país. El mandatario, profundamente impopular, apostó gran parte de su capital político en frenar las indagatorias en su contra.
Su arresto podría encender los ánimos en Brasilia, donde el hoy presidente Bolsonaro intenta impulsar su propio proyecto previsional. El economista jefe de Necton, Andre Perfeito, dijo a Financial Times que “tendremos más incertidumbre, en un momento en que el presidente no ha logrado articular completamente”. Agregó que el arresto “lanza gasolina a las tensiones políticas y podría complicar más los esfuerzos de reforma”.
Tras el arresto, el principal índice bursátil del país, el Bovespa, llegó a perder 2,1%. El real, en tanto, tuvo el peor desempeño entre las mayores divisas, perdiendo 1,1% frente al dólar.
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