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La cuenta regresiva llega a su fin y los candidatos de UP y LLA alcanzan el último kilómetro de la extensa e intensa carrera electoral en un escenario de virtual empate técnico
La cuenta regresiva al balotaje llega a su fin. Y a menos de 48 horas que la Argentina defina la Presidencia por segunda vez en su historia a través de una segunda vuelta, Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza), alcanzan el último kilómetro de la extensa e intensa carrera electoral en un escenario de virtual empate técnico. En la voluntad de un 10% promedio de electores "indecisos" se esconde la llave para consagrar al próximo Presidente.
En líneas generales, los diversos analistas y encuestadores que monitorearon toda la pelea electoral en 2023 coinciden en que el nivel de incertidumbre es tan alto que se podría afrontar uno de los duelos más cerrados a nivel regional. No obstante, esa indefinición se reparte entre el voto pendular, apartidario, que se define en las últimas horas y el "voto vergüenza" que esconde su preferencia. Tanto uno como el otro permanecen por debajo del radar de las encuestas.
"La segunda vuelta, por definición, es una elección de descartes, donde tu principal preferencia puede estar en el combo o no", explica Juan Germano, de Isonomía. En ese escenario, prevalecen por un lado, mayores niveles de indecisión, o sea, argentinos que no se definen y para los cuales las últimas 24 o 48 horas son fundamentales.
"Estímulos como el debate, los cierres de campaña, las redes sociales, las conversaciones con la gente y los spots gravitan hasta llegar a ese momento final. Pero al mismo tiempo, aún entre los definidos hay baja seguridad en su elección. Por lo que son dos caras de la misma moneda que caracterizan a las segundas vueltas", destaca Germano.
Acorde a Guillermo Vagni, director de Políticos en redes, la intención de voto rumbo al balotaje "muestra niveles de incertidumbre mayores a los registrados durante los últimos 20 años, pese a que el único reflejo de un duelo de a dos es la elección de 2015. "Estamos viendo casi un 50% más de indecisos que tienen explicación en gran parte por las dudas respecto a los dos candidatos y también porque se fue perdiendo el sentimiento de pertenencia partidaria que, antiguamente, hacía que ‘la marca' traccione votos", opina Vagni.
A su entender, el promedio de las y los indecisos expresa poco interés por la política -son apolíticos o apartidarios-, bronca y deseos de cambio. Algunas de esas características se engloban en el 80% del registro de personas indecisas que relevaron desde su consultora.
Guido Moscoso, gerente de Opinaia, pone el foco también en quienes aseguran que votarían en blanco o que no irían a votar porque los tres segmentos, en conjunto, totalizan en los últimos sondeos hasta una quinta parte del electorado, algo más del 20%.
"Dadas las características de este balotaje, con dos candidatos que generan más rechazo que adhesiones en un contexto económico adverso, donde sí parece haber diferencias es en el voto en blanco. En el balotaje de 2015, entre Macri y Scioli, el voto en blanco apenas superó el 1%, mientras que para este domingo se espera un valor más cercano al 5%", argumenta Moscoso.
En las Paso, el voto en blanco rondó el 5% (1.148.342 votos totales). No obstante en la primera vuelta del 22 de octubre, dicho porcentaje decreció porcentualmente hasta 2%: se redujo a menos de la mitad, 554.161, mientras que escaló la participación hasta siete puntos, un universo de casi tres millones más de electores nuevos. Así y todo, el porcentaje se mantuvo todavía unos cuatro puntos por debajo de las Paso y la primera vuelta de 2019.
La coincidencia de la segunda vuelta esta vez con el fin de semana largo y la mayor apatía siembra dudas respecto a qué cantidad de personas finalmente irán a votar. Los registros del fin de semana largo de noviembre de 2022 muestran un movimiento de poco más de hasta 1,5 millones de personas. Sin PreViaje, en esta oportunidad, habla de un universo socio-económico con capacidad para afrontar esas minivacaciones por su cuenta.
"Al analizar a los indecisos en términos sociodemográficos, observamos que son más mujeres que hombres, comparativamente un poco más jóvenes, especialmente en el segmento de 16 a 25 años, y mayormente pertenecientes a niveles socioeconómicos bajos. En términos políticos, mirando el comportamiento de la primera vuelta, los que todavía hoy no decidieron su voto en octubre se inclinaron mayormente por Patricia Bullrich y Juan Schiaretti", detalla Moscoso.
Desde Analogías, su directora de Comunicación, Marina Acosta, también vislumbra un escenario de paridad en el que subyace "un rechazo diferencial a Milei". "Se trata de un público en el que la media general es más favorable a Massa: son mujeres, de mayor edad y humildes. Si se activan en su participación serán determinantes para inclinar la balanza".
Aníbal Urios, a cargo de DC consultores que relevó en 2023 diversas peleas provinciales, cree que las características de las y los indecisos no cambia respecto a otros comicios: "Es el indeciso que te puede votar a Macri, volver a votar a Alberto Fernández y hoy votarte a Milei o Massa. No tiene cuestiones ideológicas y lo empuja las circunstancias a corto plazo, como ser la economía, la inseguridad, la bronca o la desilusión. Cualquier parámetro o variable que lo incomode hace que opte por algo totalmente distinto a lo que estaba".
En base a sus sondeos, en este colectivo conviven personas de todas las edades y clases sociales, aunque predomina la clase media, y lo significativo es que crece cada vez más en la Argentina porque no se siente representado por los partidos políticos. "Eso lo hace totalmente independiente e impredecible, razón por la cual es muy difícil de visualizarlos", suscribe el director de DC.
En esto último coincide con el director de Opina Argentina, cuyas encuestas mostraban un "considerable" 10% en esta franja. "¿Qué sabemos sobre estos votantes? Se trata de un segmento muy desencantado con la política en general, que evalúa de forma mayoritariamente negativa a la oferta electoral (tanto Massa como Milei) pero también al resto de la dirigencia", apunta Facundo Nejamkis.
Con todo, destaca que pese al disgusto de esta y este elector promedio con la coyuntura general del país, "no se ve seducido por el cambio disruptivo que propone Milei", por lo que muy posiblemente una parte "se definirá sobre el filo de la elección ‘por el mal menor´ mientras y otro porcentaje irá al voto en blanco, que será significativamente más alto que en las elecciones anteriores", aventura.
En contrapartida, Paola Zuban, de Zuban Córdoba revela que en sus trabajos los indecisos no son tan numerosos y en gran medida se ubican entre los votantes de Schiaretti y Myriam Bregman en la primera vuelta. Los representa como "jóvenes de sectores bajos, sin distinción de sexo en particular y localizados mayormente en la región del NOA y la Patagonia".
Mientras que Pablo Roma, de Circuitos, puntualiza que se trata más bien de votantes de Bullrich y Schiaretti, principalmente mayores de 40 años, que asocian a Milei con "imprudencia" y "ajuste", mientras que a Massa lo vinculan con el término "corrupción".
Sobre 27 millones de personas que votaron el 22 de octubre en la primera vuelta, existe un total de 8,7 millones de votos libres que se quedaron ahora sin opción electoral tras la salida del juego de Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Así lo ilustra un conteo del observatorio electoral Betta Lab.
Lo más llamativo es que el 72% de ese conjunto de votos a repartir entre las dos opciones en el pie, Massa y Milei, se concentra en cinco distritos: Buenos Aires (3 millones), Córdoba (1,2 millones), Caba (891.000), Santa Fe (766.000) y Mendoza (373.000). Si se toman por porcentajes acorde al padrón, el 53% de las y los votantes en Córdoba se quedaron sin su primera elección disponible mientras que al 47% de las y los electores de Caba les pasa lo mismo. El porcentaje baja -aunque no tanto- al 33% promedio en los otros tres lugares.
Eso explica en gran medida la fuerte impronta de las visitas a estas provincias por parte de los candidatos de UP y LLA en las últimas semanas. Como afirma Germano, el impacto de los últimos días puede ser determinante en el universo promedio del 10% que no declara aún su intención de voto.
Desde Isonomía, sin embargo, también hacen foco en otra cuestión como predictor de un posible resultado en el balotaje y es el comportamiento comparativo en las mesas electorales entre las Paso y las generales. Allí sobresalen tres datos a considerar: que el crecimiento de Massa entre los dos turnos se explica por participación nueva; que los votos de Larreta se mantuvieron con Bullrich, aún perdiendo la exministra parte de su caudal en manos de Milei y, por último, que el crecimiento de Schiaretti, duplicando sus votos, se nutrió de votantes de Milei en las Paso.
A priori, las conclusiones de estas transferencias inclinarían la balanza a favor de Milei. Pero la campaña -mucho más ordenada-, el debate y los spots parecieran favorecer a Massa, sugiere Germano. El final está abierto.
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