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Los escritores describen cómo está el país actualmente, qué lo llevó a su crisis y desde cuándo se remontan las causas.
En una columna de Foreign Affairs, Moisés Naím y Francisco Toro detallan el panorama de Venezuela, no solo el que enfrenta actualmente, sino quizás algunas de las causas previas que, desde los años 70, han hecho que la crisis venezolana de hoy se haya consolidado.
Los escritores inician relatando la historia de un país próspero, con buenos indicadores económicos que se convertía en un imán para los inmigrantes de Latinoamérica y el mundo, con la mejor infraestructura de la región, con buenos vínculos comerciales y de inversión que permitieron que multinacionales de Europa, Japón y Estados Unidos lo escogieran como base de operaciones en América Latina, resaltando además la estable alianza política que tenía con Estados Unidos y otras grandes ventajas de Venezuela, que se quedaron años atrás.
Posteriormente, comparan la descripción inicial con el país que enfrenta hoy una de sus crisis económicas, políticas y sociales más profundas en su historia. Allí comentan que la mayoría de sus escuelas y universidades han colapsado, los servicios públicos son precarios e inexistentes, los pocos medios de comunicación que aún no están bajo el control directo del Estado se autocensuran por temor a represalias, su inflación ha tocado niveles históricos y ha logrado, en solo cinco años, una contracción de 50%.
Además, dicen que sus relaciones con la mayoría de los países de la región y EE.UU. no es la mejor, que su aeropuerto está casi desierto y que miles de personas escapan del país en búsqueda de mejores oportunidades. Esta es la Venezuela de hoy en día, que cambió tras años de riqueza y estabilidad económica.
"Un país antes integrado al mundo es ahora el país mas internacionalmente aislado de América Latina", aseguran los escritores, quienes a la vez se preguntan ¿Qué le pasó a Venezuela? ¿Cómo es posible que las cosas le salieran tan mal? La respuesta para ellos es una sola, el chavismo.
El país se sumergió en "una mezcla tóxica de políticas públicas devastadoras, autoritarismo y corrupción a gran escala", bajo el mando de Hugo Chávez y de su sucesor, Nicolás Maduro, destacan Naím y Toro.
A lo anterior también se le suma la influencia cubana. Para los autores "cualquiera de estos elementos habría creado por sí solo una grave crisis. Al juntarse, configuran una tragedia. Hoy, Venezuela es un país pobre, un Estado fallido y mafioso, dirigido por un autócrata tutelado por una potencia extranjera: Cuba".
El primer momento que destacan luego de mostrar el panorama anterior, es el del Chavismo en el poder; ahora bien, aquí mencionan que para muchos observadores, la explicación de la crisis es el socialismo impuesto por Chávez y sus asesores cubanos. Sin embargo, los escritores se preguntan que si esa es la causa por qué otros países de la región con gobiernos socialistas en los últimos 20 años, no han colapsado. De hecho, algunos, incluso han prosperado, pero ninguno, con excepción de Nicaragua, ha sufrido una crisis "tan demoledora" como la de Venezuela.
Entonces, si el socialismo, no es el causante de la situación actual, se podría pensar en que fue el petróleo, pues la etapa más álgida de la crisis coincidió con la caída internacional de los precios del combustible desde 2014, sin embargo, aunque los petroestados del mundo sufrieron choques económicos externos por la disminución de sus ingresos por exportaciones de hidrocarburos, el único que colapsó dramáticamente, fue Venezuela. Así las cosas, esta explicación tampoco es satisfactoria para los columnistas.
Naím y Toro aseguran que la decadencia del país inició hace cuatro décadas y no hace cuatro años. En 2003, el Producto Interno Bruto (PIB) por trabajador ya había caído 37% en Venezuela con respecto a su punto más alto en 1978. Este panorama de la disminución de los ingresos del país hizo que las condiciones políticas y sociales fueran un escenario que Hugo Chávez supo cómo aprovechar para tomarse el poder.
Así las cosas, las causas del fracaso venezolano tiene sus raíces más profundas y datan de muchos años atrás, según los columnistas. Para ellos, varias décadas de desajustes económicos, fueron la antesala que le abrió el camino a un demagogo carismático que, junto con malas ideas, logró consolidar una "autocracia corrupta, controlada por la dictadura cubana".
"Si bien es cierto que muchos elementos de la crisis actual anteceden a la llegada de Chávez al poder, cualquier intento por explicarla debe centrarse en su legado y en la influencia cubana", resaltan Naím y Toro en su escrito.
Hugo Chávez nació en 1954 y se crió en el seno de una familia de clase media baja en un pueblo. Cuando entró a la Academia Militar fue reclutado por un movimiento de izquierda que estaba conspirando cómo derrocar al régimen democrático. Allí, cuando era teniente coronel, fue conocido por la opinión pública cuando un 4 de febrero de 1992 lideró un golpe de Estado fallido. Con esta acción terminó en la cárcel, pero también se convirtió en aquel héroe popular con creciente frustración causada por años de estancamiento económico.
Luego de ser indultado, Chávez se lanzó en 1998 a una campaña presidencial en la que las razones que le habrían permitido llegar al poder habían sido la apatía, la antipolítica, la mediocridad de los políticos de turno y la miopía de empresarios e intelectuales, aseguran los columnistas. Con la derrota del sistema bipartidista que había gobernado durante 40 años, Hugo Chávez pudo imponer su visión a un país que estaba cansado de los políticos de siempre.
Los autores se preguntan ¿cuál fue el detonante de la explosión de furia populista que llevó a Chávez al poder? y su respuesta, muy clara, es la decepción. El buen momento económico que Venezuela había tenido por cinco décadas hasta los 70 perdió motivación, haciendo cada vez más complejo el camino para acceder a la clase media.
Como complemento de lo anterior, citan a los economistas Ricardo Hausmann y Francisco Rodríguez, que aseguraron que “para 1970, Venezuela se había convertido en el país más rico de América Latina y uno de los veinte países más ricos del mundo, con un PIB per cápita más elevado que el de España, Grecia e Israel y sólo inferior en 13% al de Reino Unido”.
A inicios de los 80, el país enfrentó otro shock petrolero que desestabilizó la economía y la política. Este panorama trajo consigo, recortes al gasto público, reducciones en los programas sociales, devaluación de la moneda, inflación, crisis bancaria, aumento de desempleo e incremento de la pobreza. Sin embargo, la ventaja que este país le llevaba a otros de la región fue tal, que cuando Chávez fue elegido, el ingreso per cápita únicamente era superado por Argentina.
Otra razón que podría explicar el ascenso de Chávez fue la corrupción, esta habría generado una reacción de los electores ante la desigualdad económica causada por este flagelo. Sin embargo, cuando el líder chavista subió al poder, el ingreso estaba distribuido de manera más equitativa en Venezuela que en otro país de América Latina.
En 1998 puede que el país no estuviera colapsando, pero sí estaba estancado y tenía regresión en algunos aspectos, los precios del crudo habían caído a US$11 por barril, generando de nuevo austeridad. Chávez se abrió camino con el descontento popular y supo explotarlo muy bien. Sus contundentes denuncias de la desigualdad, exclusión, pobreza, corrupción y el cansancio por la élite política, hizo que este tuviera popularidad y cercanía con los votantes que veían cómo su poder adquisitivo disminuía y sentían nostalgia por tiempos mejores.
"La inepta y paralizada élite política y económica tradicional, nunca tuvo el nivel de resonancia con el pueblo que alcanzó el joven y simpático teniente coronel", aseguran los analistas. De esta manera, llegó Chávez al poder, impulsado por consecuencias de 40 años atrás. Ahora bien, su vocación militar y carácter lo llevaron a dominar el poder y ser intolerante ante quienes no estaban de acuerdo con su opinión. De esta manera fue neutralizando a sus opositores y aliados políticos cuando se atrevían a poner en cuestión sus decisiones. Aquí, las reglas de juego comenzaron a cambiar.
Con el panorama previo, los debates sobre políticas a seguir fueron desapareciendo tras el mandato de Chávez, además, el Presidente implementó una agenda radical con poca reflexión y sin mayor discusión y con demasiada influencia de Fidel Castro y sus agentes.
En 2001, sin consulta previa ni debates, Chávez promulgó el decreto de ley sobre reforma agraria, una pequeña muestra de lo que se aproximaba. Con esta expropió extensas haciendas comerciales y las destinó a campesinos sin conocimientos técnicos, ni gerenciales que les permitiera continuar con la producción a escala industrial. La producción de alimentos colapsó, y en sector tras sector el Jefe de Estado fue aplicando políticas autodestructivas similares que afectaron profundamente al país.
Con este panorama, los autores continúan destacando lo que le pasó a Venezuela y por qué llegó a su situación de hoy en día, también mencionan el momento en el que Chávez le entregó el poder a Nicolás Maduro, referencian además el colapso de su economía, cómo está actualmente su gente, entre otros factores importantes para entender desde una visión completa lo que le pasa a Venezuela. La columna completa podrá encontrarla aquí.
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