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Argentina y el Salvador son los países con los que, Trump, tendría más afinidad ideológica, lo que los favorecería comercialmente
Hace dos años se hablaba de una nueva ola de presidentes de izquierda en la región con la elección de Gustavo Petro y en simultáneo gobiernos del mismo espectro político, como Andrés Manuel López Obrador en México, Luis Arce en Bolivia, Gabriel Boric en Chile, Alberto Fernández en Argentina, Pedro Castillo en Perú y Xiomara Castro en Honduras.
Pero con cambios en algunos de estos países, nuevas elecciones en otros y el más reciente triunfo de Donald Trump para una nueva presidencia en el país más poderoso del continente, los mandatos se están rebalanceando en términos ideológicos hacia la derecha con miras a 2025, lo cual podría facilitar las relaciones bilaterales con países más alineados y aprovechar ese contexto político para lograr acuerdos comerciales favorables.
Aunque la administración de Joe Biden no se puede catalogar como un gobierno de izquierda, es claro que el regreso de Trump a la Casa Blanca implica una postura de derecha aún más fuerte y que ha llegado al poder con discursos populistas cercanos a otros mandatarios con los que tiene afinidad como Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina, quien de hecho espera que un segundo gobierno de Trump incline la balanza a favor de Argentina en el Fondo Monetario Internacional, justo cuando el país busca un nuevo acuerdo para reemplazar el programa récord de US$44.000 millones que está en vigor.
Además, Milei ha tenido acercamientos con el multimillonario y uno de los principales donantes a la campaña del republicano, Elon Musk, quien ha expresado interés en invertir en Argentina. Y el exsecretario de economía de México y exnegociador del T-MEC, Idelfonso Guajardo, señaló que habría posibilidad hasta de concretar un Tratado de Libre Comercio de EE.UU. con Argentina.
En cambio, hay un mayor distanciamiento con Petro, Boric, Lula y hasta con la recién posesionada presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Guajardo señala que dependerá de las posturas de cada presidente independientemente que tengan visiones distantes. Por ejemplo, en el caso de Boric, habría cercanía en que ha criticado la represión en Cuba, Nicaragua y defendió a la oposición en Venezuela; y justamente la resolución electoral en Venezuela el próximo año también determinará un giro a la derecha o la permanencia de Nicolás Maduro.
Aunque Claudia Sheinbaum afín a las políticas del expresidente Amlo, ya declaró que conversó con Trump y trabajarán en conjunto en pro de sus relaciones bilaterales. “Las relaciones entre México y Estados Unidos es muy fuerte, cualquier afectación a la economía mexicana también tendría implicaciones negativas para la economía de Estados Unidos, tanto en inflación y su crecimiento.
"Esta relación es tan fuerte que a Trump no le convendría afectar a México directamente”, dijo Viridiana Ríos, académica mexicana especializada en políticas públicas.
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