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La disputa sobre la legitimidad de las presidenciales de Venezuela en 2024 ha generado una profunda división internacional
Venezuela enfrenta uno de los días más decisivos en su historia reciente con la posesión presidencial programada para hoy. Tras las controversiales elecciones del 28 de julio de 2024, las tensiones políticas y diplomáticas han alcanzado un punto álgido.
Nicolás Maduro fue declarado vencedor por el Consejo Nacional Electoral, CNE, sin la publicación de las actas que acreditaran su victoria, lo que dio paso a fuertes denuncias de fraude. Por su parte, el líder opositor Edmundo González Urrutia asegura tener en su poder 85% de las actas que lo posicionan como legítimo ganador.
Bajo este panorama, el mundo se ha dividido en apoyo a Maduro o González. Al momento, son más de 20 los gobiernos del mundo los que apoyan a Maduro, entre los que se encuentra Rusia, China, Irán, Cuba y Nicaragua. Mientras que el número de países que apoyan a Edmundo son 17, más los países de la Unión Europea a nivel comunitario.
Mientras Brasil, México y Colombia se mantienen hasta el momento neutrales
Según Gabriel Clavijo, docente e investigador de la Universidad Militar Nueva Granada, la comunidad internacional ha adoptado una postura condenatoria frente al proceso electoral de Venezuela, pero ha sido "tímida" en sus respuestas.
Entre quienes reconocen a Nicolás Maduro como presidente legítimo se encuentran aliados históricos como Cuba, Nicaragua y Bolivia. A estos se suman potencias globales como Rusia y China, cuya relación con Venezuela responde a intereses estratégicos y económicos.
Según Clavijo, Rusia respalda a Maduro principalmente por razones políticas, mientras que China se centra en sus intereses económicos, como la explotación de recursos naturales.
En contraste, Edmundo González ha recibido el respaldo de países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Guatemala, así como de gran parte de América Latina, incluyendo Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay. Además, los países de la Unión Europea, a nivel comunitario, también han desconocido los resultados otorgados por el CNE, sumándose al reconocimiento de González como presidente legítimo.
Sin embargo, Clavijo advierte que, aunque existe un consenso internacional sobre la falta de legitimidad del gobierno de Maduro, la respuesta de la comunidad internacional ha sido en gran medida cautelosa y limitada a condenas diplomáticas.
"Hay un consenso a nivel internacional que el gobierno de Nicolás Maduro, cada vez tiene más tintes dictatoriales y poco democráticos".
"Los organismos internacionales como la ONU han sido establecidos por Estados soberanos. Dependen de ellos para hacer cumplir sus decisiones. Por consiguiente, su capacidad para proteger derechos humanos en contra de un gobierno que no desea hacerlo, como parece ser la situación Venezuela, pues es muy limitada".
El impacto de la falta de transparencia en las elecciones de 2024 no se limita a las fronteras venezolanas. Según David Fernando Varela, profesor de la Universidad Javeriana y doctor en asuntos internacionales de la Universidad Johns Hopkins, las denuncias de fraude electoral han erosionado la legitimidad de Nicolás Maduro.
"El gobierno de Nicolás Maduro ha perdido cualquier legitimidad democrática en este momento, no ha podido probar la validez de las acciones que la Asamblea Electoral declaró para su elección. La falta de transparencia en este proceso dificulta su aceptación a nivel global", afirma Varela.
A su juicio, los gobiernos de Rusia y China, a pesar de respaldar a Maduro, muestran una actitud que no refleja el contexto internacional actual, en el cual la información circula rápidamente, haciendo imposible ocultar la realidad.
El acto de posesión presidencial pone sobre la mesa un momento decisivo para la política exterior de la región. Aunque países como Brasil y Colombia han mantenido un enfoque de cautela, exigiendo claridad en los resultados oficiales, su posición respecto a la ceremonia de hoy podría definir el futuro de sus relaciones con Venezuela. Mientras tanto, aliados de ambos bandos estarán atentos a lo que promete ser un evento cargado de simbolismo y controversia.
El impacto de esta división internacional no solo repercute en el escenario político, sino también en la vida diaria de los venezolanos, quienes enfrentan un clima de incertidumbre ante las tensiones internas y externas. Este día no solo marcará quién liderará oficialmente al país, sino también el rumbo que tomará Venezuela en el contexto global.
La postura internacional frente a la crisis venezolana revela las limitaciones del derecho internacional. Para Varela, los organismos internacionales como la ONU enfrentan dificultades para garantizar la protección de los derechos humanos en un contexto como el venezolano, donde el gobierno de Maduro ha optado por no cooperar con la comunidad global.
"El derecho internacional es débil en situaciones como esta. Las instituciones internacionales pueden emitir declaraciones o investigaciones, pero no tienen la capacidad para aplicar sanciones inmediatas o garantizar la protección de los derechos humanos de manera efectiva", concluye el experto.
Según él, la democracia en Venezuela dependerá finalmente de la acción del pueblo venezolano, ya que las instituciones y procesos electorales en el país han perdido legitimidad y parecen fuera de alcance para la intervención internacional.
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