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Según datos del Ministerio del Interior de ese país, las bandas que controlan ese negocio están presentes en 14 de sus departamentos
Una comerciante en Durazno abrió la caja registradora de su almacén y empezó a sacar tarjetitas con propuestas de préstamos "al instante", "sin clearing", con montos y cuotas detallados. –Y estas son algunas, nada más. No sabes todas las que tiré –dijo, mientras mostraba seis de las tarjetas.
"¡Invierte en tu negocio! Créditos al instante para comerciantes, sin papeleo, no miramos clearing, dinero rápido", se lee en uno de los cartones, "pagos mínimos diarios", dice otro. Las tarjetas se las dejaron inmigrantes colombianos que están en la base de una pirámide organizacional que tiene tres
niveles: los tarjeteros en la base, los cobradores en el siguiente escalón –porque están hace más tiempo en la organización y subieron de rango– y los cabecillas liderando el negocio de los préstamos gota a gota. La modalidad se trata de prestar dinero y cobrar una cuota diaria hasta completar el monto y los intereses que superan los permitidos por la ley de usura.
La comerciante señaló que en Durazno hay un grupo de inmigrantes colombianos que ofrecen préstamos a los vecinos en los barrios, pero que ella nunca accedió. –Una vez uno me pregunto '¿Tiene miedo?' Y yo le dije que no precisaba la plata –contó a El Observador.
Lo que está ocurriendo en aquel barrio en Durazno también sucede en 14 departamentos del país, entre ellos Montevideo, desde hace más cinco años, según la información que maneja el Ministerio del Interior que ya realizó dos operaciones en las que hubo inmigrantes formalizados por el delito de usura.
Los integrantes de estas organizaciones, principalmente colombianos, no se hacen llamar por sus nombres, sino que cada uno utiliza un alias, según explicó el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, a El Observador.
Estas personas que son captadas para unirse al negocio en Uruguay (y también en otros países de la región) reciben un capital inicial de US$2.500 y se instalan en algún departamento del país. Sin embargo, tanto los que entregan las tarjetas a los comerciantes y vecinos como los que se encargan de cobrar las deudas rotan de departamento cada seis meses.
Pero, los cabecillas, los que están en la punta de la pirámide, viven en los departamentos fronterizos con Brasil para poder escapar rápido desde o hacia Brasil en caso de ser necesario.
Además del capital inicial, los jefes de estas organizaciones le otorgan a los inmigrantes celulares y una casa para alojarse, en la que viven tres o cuatro integrantes más en el que, en general, uno es de mayor confianza de la organización, contó el subsecretario del Interior. También les entregan una moto o un auto, en caso de estar más afianzados en la estructura.
Pero, todo eso debe ser reintegrado. El pasaje desde Colombia a Uruguay, el alojamiento y el capital inicial que reciben los inmigrantes que son captados para unirse el negocio de los préstamos gota a gota tienen que pagárselo a los jefes y, una vez que lo hacen, quedan "libres" para continuar en el negocio, incluso escalando en la pirámide, o volver a su país de origen.
Según surge de la comparecencia de las autoridades del Ministerio del Interior al Parlamento este martes, la Policía detectó el caso de una persona que volvió a Colombia pero luego regresó a Uruguay para montar el mismo negocio por su cuenta.
A finales de setiembre la Justicia de Tacuarembó imputó a 18 colombianos y a un venezolano por participar de una red organizada daba este tipo de préstamos, con tasas de interés superiores a las que fija el Banco Central y que intimidaba a los que se atrasaban con los pagos.
La Policía identificó en dos operaciones –"Parce" en Tacuarembó y "Cafeteros" en Cerro Largo– que la mayoría de estos colombianos llegaron desde el Valle del Cauca, una zona granjera pobre en Cali, al suroeste de Colombia y que estuvieron vinculados con las Fuerzas Armadas o Naval de ese país, según informó El País este martes.
"Hay comunicaciones de inteligencia y de trabajo de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional con las autoridades de Colombia. Si bien mayoritariamente son colombianos, en algunos casos hay ciudadanos venezolanos y cubanos. Se ha detectado de qué zona de Colombia provienen y el perfil de estas personas, que en muchos casos han tenido formación policial o militar y algunas otras características que hacen a la investigación y que no podemos revelar en este momento", dijo Maciel en la comisión del Senado.
Sin embargo, la Policía no recibió por el momento ninguna denuncia por violencia de parte de estas organizaciones, pero sí por intimidaciones por la falta de pagos. Por ejemplo, que uno de estos inmigrantes colombianos pase varias veces en una moto por la casa o el comercio del deudor o se pare enfrente a mirar a la persona.
También hubo casos en los que, por la falta de pago, los integrantes de estas organizaciones se han llevado televisores o impresoras de los comercios a los que le prestaron plata como parte del pago.
Si bien las autoridades no saben cuántos colombianos se están dedicando a otorgar préstamos gota a gota en Uruguay, el subsecretario Maciel afirmó que "existe una organización" y que todos los que han sido formalizados por la Justicia tenían la residencia en Uruguay en trámite.
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