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Tras reuniones, se optó por un ajuste de 25 puntos básicos mientras se realizaba un cambio de política sorprendentemente agresivo
El banco central de Australia consideró dos opciones para el tamaño de su primer aumento de la tasa de interés de 2023, según mostraron las minutas de su reunión de febrero, y finalmente optó por un ajuste de 25 puntos básicos mientras realizaba un cambio de política sorprendentemente agresivo.
Los miembros de la junta deliberaron sobre si reanudar las alzas en incrementos de medio punto porcentual, según mostraron las actas de la reunión del 7 de febrero el martes. A diferencia de diciembre, no se consideró detener el ciclo de ajuste.
El argumento a favor de un aumento de medio punto fue impulsado por un “patrón de datos entrantes de precios y salarios que superan las expectativas, y un riesgo de que la inflación alta sea persistente”, mostraron las minutas.
Los miembros finalmente se inclinaron por un movimiento de un cuarto de punto, citando la incertidumbre en torno a las perspectivas, las expectativas de que la inflación había alcanzado su punto máximo y el hecho de que los ingresos reales están cayendo. La junta de fijación de tarifas también destacó que sus reuniones mensuales brindaron oportunidades frecuentes para evaluar la economía y ajustar la política si fuera necesario.
“Los miembros acordaron que es probable que se necesiten más aumentos en las tasas de interés en los próximos meses para garantizar que la inflación regrese al objetivo y que el período actual de alta inflación sea solo temporal”, dijo el banco central en las minutas.
Australia ha quedado rezagada con respecto a sus contrapartes internacionales en la escala de sus aumentos de tasas, habiendo subido 3,25 puntos desde mayo, frente a 4 en Nueva Zelanda y 4,5 en EE. UU. El ritmo más lento del RBA refleja los esfuerzos del gobernador Philip Lowe para que la economía tenga un aterrizaje suave.
Sin embargo, los datos del cuarto trimestre sugirieron "más amplitud y persistencia" en la inflación, mostraron las minutas. “Si bien se esperaba que la inflación disminuyera, existía el riesgo de que pudiera persistir en un nivel incómodamente alto”.
El ajuste del RBA ha creado un problema político para el primer ministro Anthony Albanese mientras trata de persuadir a un electorado fuertemente endeudado que lidia con un costo de vida en aumento de que el dolor de las tasas más altas es un mal necesario para evitar el peor resultado de la inflación arraigada.
El gobierno publicará su presupuesto en mayo, que probablemente incluirá algunas medidas específicas de reducción de costos, aunque el tesorero Jim Chalmers ha dicho que mantendrá un estricto control sobre el gasto fiscal.
El RBA señaló que la reapertura de China es un factor que probablemente impulsará la economía de Australia más que las de otras naciones. También señaló los elevados términos de intercambio de la nación y las altas reservas de ahorro como áreas que diferenciaron su economía.
Los mercados monetarios implican una tasa de efectivo máxima del 4,1 % a mediados de 2023, ya que la inflación subyacente se mantiene muy por encima del objetivo del 2-3 % del RBA y se espera que llegue al tope de esa banda solo a fines de 2024. El RBA no proporciona su propio pronóstico para la tasa de efectivo.
“Al evaluar cuánto más podrían necesitar aumentar las tasas de interés, la junta continuará revisando la evolución de la economía global, las tendencias en el gasto de los hogares y el desempleo, la evolución de los costos laborales y el comportamiento de fijación de precios de las empresas”, dijo el RBA. .
Antes se había informado de que la economía creció 2,8% el trimestre pasado; la revisión reflejó mejoras en el gasto de los consumidores
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