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Indicador de divisas ha caído menos de 6% este año, frente a una baja de 76% en el WTI y de 59% para el Brent
Cuando el petróleo crudo cae tanto y tan rápido, generalmente anuncia un repunte en las monedas de mercados emergentes.
El índice de divisas de mercados emergentes MSCI, que se recuperó de la peor venta masiva trimestral en 11 años, subió a un máximo récord frente al contrato de West Texas Intermediate de menor plazo, que el lunes se hundió por debajo de US$15 por barril a un mínimo de 21 años. En el pasado, cada vez que la proporción ha registrado un aumento similar, las monedas registraron ganancias en los siguientes 12 meses.
El indicador de divisas ha disminuido menos del 6% este año, en comparación con una caída del 76% en el crudo WTI y una pérdida del 59% para Brent. La resistencia del complejo monetario de mercados emergentes se debe, en parte, al hecho que algunos de sus pesos pesados son importadores netos de petróleo, como India. Las monedas de estos países se benefician del crudo más barato, lo que limita el impacto de los productos básicos en los mercados emergentes en su conjunto.
Correlaciones aleatorias
Las fuertes correlaciones positivas con el petróleo se limitan a las monedas de los principales exportadores, como el rublo de Rusia. En su mayor parte, la relación es aleatoria: El índice MSCI tiene un coeficiente de correlación variable de 30 días de menos 0,04 con WTI y un débil 0,15 con Brent.
A pesar de esta débil correlación, las monedas de mercados emergentes tienden a debilitarse cuando los precios del petróleo comienzan a caer, porque eso generalmente indica una caída de la demanda mundial. Es solo que las pérdidas son limitadas por los importadores de petróleo, lo que aumenta la relación entre las monedas y el petróleo (tanto WTI como Brent), y la lleva a nuevos máximos hacia el final de tales ventas masivas.
Después de la crisis monetaria asiática, la relación moneda-WTI alcanzó un máximo histórico en diciembre de 1998. El índice MSCI subió 9,2% durante el año siguiente.
A fines de la recesión estadounidense de 2001 provocada por el estallido de las puntocom, la proporción aumentó a un máximo de 32 meses, e impulsó avance de 12 meses de las monedas de 4,9%.
Al final de la crisis financiera mundial en 2008, días después de que la Reserva Federal redujera las tasas de interés a casi cero, la proporción alcanzó el nivel más alto en casi siete años. Las divisas se fortalecieron un 13% el año posterior a eso.
En febrero de 2016, semanas después de que la Fed volviera a una senda de alza de tasas, la relación moneda-petróleo volvió a aumentar, esta vez a un máximo de 17 años. Los tipos de cambio de los mercados emergentes registraron ganancias del 8,1% en los siguientes 12 meses, parte de un repunte de dos años.
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