Benedicto XVI deja el Vaticano en déficit

Tras su renuncia de ayer, el papa Benedicto XVI deja varios problemas sin poder resolver para el Estado del Vaticano. Uno de ellos fue que no logró cambiar la situación de déficit del Estado más pequeño del mundo, cuyos mayores ingresos son por donaciones que se gastan principalmente en el pago de salarios. En los últimos informes oficiales conocidos, el país gastó US$19 millones más de lo que recibió.

Joseph Aloisius Ratzinger, quien obtuvo su título de Sumo Pontífice el 19 de abril de 2005, con el nombre Benedicto XVI, anunció ayer que renunciará a su posición a partir del 28 de este mes. Desde hace ocho años, el Papa ha tenido a su cargo no solo la fe de más de 1.200 millones de católicos, sino la dirección del Vaticano, incluso en lo financiero.

Además de recibir dinero de las donaciones de fieles, rubro llamado Penique de Pedro, la Santa Sede se ayuda en sus finanzas con el servicio postal y la venta de estampillas, el turismo, las visitas a los museos, las manufacturas a pequeña escala y actividades que les dejan otros pequeños montos como la venta de bendiciones en todos los idiomas.

Pero las entradas no logran cubrir todos los gastos. En 2011, los ingresos fueron de US$308 millones mientras que los gastos llegaron a US$326,4 millones, US$37,5 millones más que el año anterior. Esto regresó al Vaticano a la situación de déficit que se había logrado superar el año anterior, y retomó la senda de los tres años antes de eso, cuando registró pérdidas. En 2011 el déficit fue US$19 millones y en 2010 había logrado un superávit de US$13 millones.

A pesar de que se calcula que el número de turistas que llegan anualmente a esta ciudad está cerca de los 5 millones, sus gastos se van para mantener el funcionamiento de los edificios, pagar los salarios de las casi 3.000 personas que trabajan allí, y mantener a sus 836 habitantes.

Pero el Vaticano, también culpó a las “tendencias negativas en los mercados financieros globales”, asociados con las crisis europea, al presentar esos resultados el año pasado.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Las donaciones de feligreses de todo el mundo, se incrementaron 3% hasta los US$69,7 millones, mientras las cuotas eclesiásticas crecían 7,5% hasta US$33,3 millones (Aunque el euro sea la moneda oficial del Vaticano, las cuentas siempre se facilitan en dólares).

El Banco del Vaticano

Desde que llegó a su cargo tuvo que lidiar con la exigencia de las autoridades financieras del mundo para que hubiera mayor transparencia en las finanzas del Instituto para las Obras de Religión también conocido como Banco del Vaticano. Sus esfuerzos por superar las acusaciones de lavados de dinero dentro del Banco, no llegaron a buen término. Desde el 2009, con la contratación de Ettore Gotti Tedeschi, se empezó a hacer un intento por sanear las cuentas de la Santa Sede.

La Unión Europea (UE) se comprometió a ayudar a esta labor de limpieza. El Grupo de Acción Financiera, una entidad creada por el G7 para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, empezó a asistir al banco santo para que se acogiera estándares para tener cuentas más transparentes.

Sin embargo, los esfuerzos no llegaron al término que pretendía Ratzniger. En mayo de 2012 Tadeschi fue despedido, según informó la Santa Sede, por falta de confianza. Luego, en junio, se conocieron los documentos secretos del Vaticano, en el que se detallaban intrigas, corrupción, tráfico de poder, lavado de dinero, y falta de acción por parte de las autoridades del banco para detener estos actos. El Vaticano obtiene la mayor parte de sus ingresos por las donaciones que recibe de los fieles de la religión católica romana en todo el mundo. De ahí la facilidad para que se den los actos de corrupción.

A comienzos de febrero de este año el banco fue acusado de haber sobornado personas a través del banco Monte dei Paschi di Siena para asegurarse la compra de la entidad financiera Antonveneta por cerca de US12.070 millones.

El papa Benedicto XVI hizo algo que no se había visto en siete siglos, pero no pudo arreglar la corrupción del banco de un Estado que ayer cumplió 84 años.

Santa Sede estará en vilo económico hasta elegir Papa

Con la modificación de las reglas del cónclave que hizo el Papa Juan Pablo II en 1996 con la nueva Constitución Apostólica, el cardenal Camarlengo será quien reemplace al Sumo Pontífice mientras es elegido uno nuevo. Sin embargo, este no lo puede suplantar en todas sus funciones, entre ellas muchas de las que tienen que ver con la administración del Vaticano. “Al declararse el estado de interinidad, la Santa Sede queda con una falta de impulso para hacer la recolecta anual en las diócesis de cada país”, cuenta el profesor experto en derecho canónico de la Universidad de la Sabana Hernán Olano.

Las opiniones

Hernán Olano
Experto en derecho canónico, U. de la Sabana
“El Banco del Vaticano siempre ha tenido problemas. En los últimos años han querido tener estándares de transparencia y han pedido protección para evitar el lavado de activos”.

Enrique Pena Nieto
Presidente de México
“El pontífice es un hombre abierto y transparente que tomó decisiones fuertes, sobre todo en los casos más graves que ha enfrentado la Iglesia recientemente”.