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La orden se centra en semiconductores, inteligencia artificial y computación cuántica. No afectará las inversiones existentes y prohibirá ciertas transacciones
El presidente Joe Biden tiene previsto firmar una orden ejecutiva que limitará las inversiones tecnológicas críticas de Estados Unidos en China a mediados de agosto, según personas familiarizadas con las deliberaciones internas.
La orden se centra en semiconductores, inteligencia artificial y computación cuántica. No afectará las inversiones existentes y solo prohibirá ciertas transacciones. Otras operaciones tendrán que notificarse al Gobierno.
La fecha de la orden, prevista para la segunda semana de agosto, ya se ha retrasado muchas veces, y no hay garantías de que no vuelva a hacerlo. Pero las discusiones internas ya han dejado de centrarse en el fondo de las medidas para enfocarse en la implementación de la orden y la norma que la acompaña, dijeron las fuentes citadas, que hablaron bajo condición de anonimato.
Las restricciones no entrarán en vigor hasta el próximo año, y su alcance se establecerá en un proceso de elaboración de normas, que incluirá un período de comentarios para que las partes interesadas puedan opinar sobre la versión final.
Una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional declinó hacer comentarios.
Los controles a las inversiones son parte de un esfuerzo más amplio de la Casa Blanca por limitar la capacidad de China para desarrollar las tecnologías de próxima generación que se espera que dominen la seguridad nacional y económica. El esfuerzo ha complicado las ya tensas relaciones de la Administración Biden con China, que ve en las restricciones un esfuerzo por contener y aislar al país.
El enviado de China en Washington declaró a principios de este mes que Pekín tomaría represalias si EE.UU. impone nuevos límites a la tecnología o a los flujos de capital, pero no detalló qué medidas podría adoptar el país.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha tratado de calmar la ira china por las restricciones, afirmando que no dañarían significativamente la capacidad de atraer inversiones estadounidenses y que fueron diseñadas de manera acotada.
“No serían controles amplios que afecten la inversión estadounidense en China en general o que, en mi opinión, tengan un impacto fundamental en el clima de inversión de China”, señaló Yellen en una entrevista con Bloomberg Television a principios de julio.
Yellen enfatizó que las restricciones, así como los controles a las exportaciones existentes, no eran una represalia por ninguna acción específica de China ni pretendían frenar el crecimiento del país.
Durante su visita a China a principios de este mes, Yellen reiteró esta postura en una reunión en Pekín con el vice primer ministro chino, He Lifeng.
El consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, discutió públicamente el concepto por primera vez en julio de 2021. Los partidarios de una línea dura hacia China en EE.UU. están ansiosos por una acción más contundente y rápida. Legisladores de ambos partidos también han mostrado interés en legislar sobre la materia, aunque ningún proyecto ha llegado aún al escritorio de Biden.
El Senado aprobó esta semana una enmienda al proyecto de ley de política de defensa nacional que exigiría a las empresas notificar al Gobierno ciertas inversiones en China y otros países preocupantes, aunque no estarían sujetas a revisiones o posibles prohibiciones.
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