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Esta problemática es generalizada en la región, para 2022, 44% de las mujeres y 39% de los hombres mayores de 65 años en América Latina
El punto más destacado de la reforma pensional de Colombia, sancionada el lunes por el presidente Gustavo Petro, es garantizar una vejez digna para las personas en edad de jubilación que hasta el momento no cuentan con ingresos pensionales para su subsistencia.
Esta problemática es generalizada en la región, para 2022, 44% de las mujeres y 39% de los hombres mayores de 65 años en América Latina no recibían pensión o si la tenían eran de un valor inferior a la línea de pobreza; esto se evidencia en el segundo informe regional de ‘Población, desarrollo y derechos en América Latina y el Caribe’ que realiza la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.
En algunos países, como Uruguay, Brasil y Chile han logrado una cobertura de pensiones de más de 80% de su población de personas mayores con ingresos suficientes. Mientras que Honduras, El Salvador y República Dominicana la cifra es inversa, más de 80% de esta población etaria no tiene pensiones suficientes; siendo los países de América Latina y el Caribe con menor cobertura.
En el caso de Colombia, para 2021, 68% de los hombres mayores de 65 años tenían una pensión insuficiente, mientras que al ver a las mujeres mayores, 72% no lograron la suficiencia de ingresos, aunque vale destacar que el panorama mejoró para este género frente a 2018, cuando llegó a 76%.
Con estas cifras, el país se ubica como el sexto con mayor cantidad de población en edad de jubilación con ingresos insuficientes entre América Latina y el Caribe, a su vez superando el promedio regional.
Al ver solo los países sin contar a Centroamérica y el Caribe, Colombia es tercero, solo superado por Bolivia y México.
Esta situación regional ha desembocado en que la tasa de ocupación de las personas de 65 años se mantenga en 21,7% entre 2019 y 2022, es decir, trabajando por más años luego de superar la edad de jubilación. Pero acá, a diferencia del nivel de pensión insuficiente, son los hombres los que tienen una tasa superior (32%) mientras que en mujeres es 13,6%.
Aunque antes de que cumplan la edad, las condiciones ya están dadas para que los adultos mayores terminen en empleos informales. “Persiste un desafío de inclusión laboral de las personas mayores por la discriminación por edad”, señaló la Cepal en el informe.
La docente de la Universidad del Rosario y PhD en Economía, Clara Inés Pardo, explica que la razón principal de tener baja cobertura en pensionados es la informalidad y calidad laboral, e indica que esto ha mejorado en países más desarrollados como México, Chile y Brasil; de forma que para superar este reto se debe generar empleo para las personas que están en edad de producir con políticas de reactivación económica, de libre mercado y promoviendo la inversión extranjera.
“Si no atraemos eso, no tenemos empleo de calidad que es el punto clave y la causa que la gente no acceda a pensión. Tenemos que volvernos más intensivos en conocimiento, fomentar un valor agregado, que el sector productivo promueva exportar, y generar producción. La reforma ayuda pero si no va acompañado de políticas de formalidad, vamos a seguir teniendo déficit. El sistema por sí solo no funciona si otras políticas”, señaló Pardo.
Para evaluar si a futuro estos números cambiarán, las cifras de personas que actualmente están cotizando nos pueden dar una pista, la Cepal encontró cómo está la cantidad de personas activa realizando aportes para su jubilación.
Con corte a 2022, Uruguay, Costa Rica, Chile y Brasil fueron los únicos países de América Latina y el Caribe con más de la mitad de su población mayor de 15 años cotizando.
De quinto lugar en la lista está Colombia pero ya se ve una caída, con solo 40% de las mujeres cotizando y 37% de los hombres. La directora del Observatorio Javeriano de Juventud, Martha Lucía Gutiérrez, dijo que menos de 30% de los jóvenes en Colombia tienen un empleo con todas las prestaciones, la mayoría son trabajos precarizados, a cortos plazos, con pago por jornadas, y con contratos muchas veces verbales, lo cual significa que no vayan a tener ninguna posibilidad de cotizar y alimenten estas cifras.
“Los empleos que se les ofrecen son de baja calidad, es una de las grandes dificultades que tienen, el poderse vincular establemente a un trabajo después de salir de salir de estudiar. Que las juventudes de América Latina se logren pensionar depende de que puedan acceder a empleos formales. Las cotizaciones son de corta duración cuando tienen empleos fijos con prestaciones sociales, que es realmente una rareza, ¿así cuándo van a poder completar el número de semanas para lograr una jubilación?”, expuso Gutiérrez.
Además, destacó que la reforma sí estaría contribuyendo a que los jóvenes puedan tener una pensión por el hecho de que haya una obligatoriedad de que todos los trabajadores que ganen menos de dos salarios mínimos coticen al fondo público, dado que es el que “subsidia, protege y ayuda”, pero al igual que Pardo, concluye que la problemática estructural de la cobertura pensional en América Latina es el empleo.
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