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Los bonos con vencimiento en 2030 subieron US$3,5 centavos hasta los US$60,5 centavos el 10 de octubre, el día en que KNG dijo que los papeles parecían atractivos
Los bonos en dólares de Bolivia se han disparado a su nivel más alto en un año, mientras KNG Securities se volvió positivo sobre los títulos y el expresidente Evo Morales enfrenta desafíos legales, lo que reduce sus posibilidades de volver al poder en una nación asolada por la crisis.
Los bonos con vencimiento en 2030 subieron US$3,5 centavos hasta los US$60,5 centavos el 10 de octubre, el día en que KNG dijo que los papeles parecían atractivos porque cualquier reestructuración probablemente se centraría en aplazar los pagos en lugar de reducir las tasas de cupón o el capital. Los bonos en dólares ampliaron sus alzas el viernes, y tanto los 2028 como los 2030 subían alrededor de US$0,2 centavos, según datos de precios indicativos recopilados por Bloomberg. Este mes han sumado US$8 centavos.
La deuda poco negociada parece ser especialmente sensible a los comentarios de los analistas. Los bonos con vencimiento en 2028 dieron un gran salto el 31 de enero cuando Barclays los recomendó. Las recientes alzas también se vieron alimentadas por el optimismo de que el declive de la figura de Morales podría despejar el camino a un liderazgo más favorable al mercado y al apoyo multilateral. Por su parte, las reservas de divisas mostraron los primeros signos de estabilización tras caer durante nueve años.
Los problemas legales de Morales “podrían ser vistos como una forma de impedirle volver a postularse en las elecciones de 2025”, señaló Mariano Ortiz Villafañe, economista sénior de BancTrust & Co., quien también tiene una visión constructiva sobre los bonos. “Eso aumentaría las probabilidades de algún tipo de ajuste de políticas en el mediano plazo”.
La Fiscalía emitió el 10 de octubre una orden de arresto contra Morales por presunto estupro y trata de personas. Esa es la misma fecha del informe de KNG, en el que los analistas advertían que la insistencia de Morales en postularse a la presidencia podría complicar las perspectivas de los bonos.
El rendimiento adicional que exigen los inversionistas para mantener sus bonos ha caído más de 500 puntos básicos en las últimas dos semanas, alrededor de 18 puntos porcentuales por encima de títulos similares del Tesoro estadounidense, según datos de JPMorgan.
La orden de detención contra Morales, de 64 años, se produce en medio de una larga lucha de poder entre él y el actual presidente, Luis Arce, por el control del partido socialista, el MAS.
La disputa ha limitado la capacidad del país para implementar reformas muy necesarias y hacer frente a sus “crecientes desequilibrios macroeconómicos”, dijeron el 4 de octubre los analistas de S&P Global Ratings Victor C Santana y Carolina Caballero, quienes reafirmaron la calificación crediticia del país en “CCC+”, siete niveles más abajo del grado “basura”.
“Si la investigación alienta a los votantes de Morales a migrar hacia un candidato más moderado del MAS, este es un hecho positivo”, sostuvo en una entrevista Bruno Gennari, estratega de KNG.
Que los partidarios de Morales apoyen a Arce es algo que está en debate. Desde el anuncio del fiscal, han salido a las calles, instalado barricadas y se han enfrentado con la policía.
Morales dijo que la orden es parte de una campaña de persecución por parte de Arce y prometió seguir luchando de cara a las elecciones del próximo año.
El gobierno está tratando de aliviar la escasez de dólares, aumentar el suministro de alimentos y combustible y apuntalar su tipo de cambio fijo, mientras la producción de gas natural, su principal exportación, se ha desplomado. Estas presiones han provocado una caída de casi el 90% en las reservas de divisas durante la última década.
El banco central informó el 2 de septiembre que las reservas habían vuelto a subir a US$1.900 millones en agosto, desde los US$1.700 millones a fines del año pasado, pero no ha habido ninguna actualización desde entonces.
Mientras tanto, Gennari espera que el gobierno siga dependiendo de los préstamos multilaterales —con más de US$1.000 millones en préstamos pendientes de aprobación— y de las ventas de oro para cubrir las necesidades de dólares, mientras el gobierno evita ajustar las políticas cambiarias y las cuentas fiscales durante la temporada electoral.
El gobierno no empezará a pagar el capital de sus US$1.850 millones en bonos hasta 2026, lo que alivia la presión sobre la administración actual hasta después de las elecciones.
“No tiene mucho sentido que el gobierno entre en default”, dijo Villafañe, de BancTrust. “Y en caso de default forzoso, no tiene sentido buscar una reestructuración demasiado agresiva”.
El reciente repunte se explica en parte por el hecho de que Bolivia está tratando de ponerse al día con las enormes ganancias de la deuda soberana en dificultades este año, señaló el estratega Sebastián Vargas, de Barclays, que tiene una recomendación de sobreponderación sobre los bonos bolivianos. Con un rendimiento de 36% este año, los bonos en dólares del país están por detrás de los de Ecuador y Argentina, que han ofrecido a los inversionistas rendimientos de 71% y 66%, respectivamente.
“Los bonos han tenido un rendimiento significativamente inferior al del universo en dificultades”, indicó Vargas.
Aun así, el país seguirá en una situación inestable, manifestó Ricardo Penfold, director gerente de Seaport Global en Nueva York.
“No creo que se esté compensando por los riesgos”, señaló Penfold. “Con las reservas en el nivel en que están, es fácil que las cosas salgan mal”.
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