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De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a finales de 2018 había 130 millones de trabajadores latinoamericanos en el sector informal. Si bien los gobiernos han avanzado en materia de garantías sociales y la reducción del desempleo, queda un largo camino para reducir la tasa de informalidad laboral, que en algunos países, cubre a más de la mitad de la fuerza laboral y representa una fuga en materia tributaria.
“La informalidad en las principales economías impide el crecimiento de las industrias, pues no hay una simetría entre los costos que implica tener un trabajador formal en comparación con los otros. Es pertinente formalizar las economías”, señaló José Luis de la Cruz, director del Idic en México.
Son varias las naciones en la lucha contra este flagelo. De acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) titulado Economías sombrías en todo el mundo: ¿qué aprendimos en los últimos 20 años? Bolivia tiene el mercado informal más grande del mundo con una tasa de 80%.
Frente a estos resultados, la ministra de Planificación del Desarrollo de Bolivia, Mariana Prado, dijo “no tenemos esa cifra de trabajos formales e informales. Lo que el Instituto Nacional de Estadística verifica es el empleo asalariado y no asalariado”. Según los analistas, esto refleja la poca intervención que ha tenido el gobierno para reducir a esos trabajadores que pueden tener dos características: trabajan por cuenta propia y no tienen seguridad social o trabajan en empresas de menos de cinco empleados.
México, posicionado como el principal mercado de América Latina, también lucha contra la informalidad. Según las más recientes cifras trimestrales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 57 de cada 100 trabajadores en el país no están afiliados a un empleador formal ni cotiza debidamente a la Afores, su sistema pensional.
“Solo 26 de cada 100 mexicanos que se sumaron a la población en edad de trabajar de manera anual durante la última década encontraron un empleo formal. Esto representa un gran problema para el país pues retrasa el crecimiento económico. Las personas no se sienten atraídas por el salario mínimo legal, que actualmente es de US$97 mensuales y buscan mejores ingresos”, agregó el director del Idic.
Además de este fenómeno, la economía azteca lucha contra el desempleo, que el mes pasado se ubicó en 3,6% y registró el nivel más alto desde 2016.
La OIT destaca que en la región 84% de los trabajadores autónomos son informales y que 60% de los dependientes en las microempresas son subempleados.
Colombia sufre el fenómeno
En el caso colombiano, el Dane reportó que la cifra de informalidad laboral llegó a 45,9% durante el primer trimestre de 2019. Según cálculos, esto representa a cerca de 5,5 millones de trabajadores que probablemente no cotizan en un sistema de pensiones o acceden al sistema de salud.
“Este es un problema para el país, pues casi más de la mitad de los trabajadores pertenece a este sector. Esto significa que no tienen los mecanismos para poner querellas en caso de que se vulneren sus derechos como empleados”, dijo Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
Además de la falta de garantías para el empleado, esta condición también se traduce en menores ingresos para los gobiernos, pues hay menor control sobre los devengos. Señalan que el ingreso total de impuestos por el porcentaje del PIB fue de 19,8% en 2016, muy por debajo del 34,3% promedio de los miembros de la organización y del 22,7% en América Latina.
“En Colombia hay una desconfianza por la gestión del gobierno y su sistema tributario. Por eso, muchos empleados prefieren mantenerse por fuera del sistema y reducir sus aportaciones tributarias”, indicó César Ferrari, profesor de economía en la Pontificia Universidad Javeriana.
Si se hiciera un top cinco de los países de la región con la menor tasa de informalidad, Colombia estaría en el cuarto lugar, solo por encima de Brasil, que tiene una proporción de 46%. Los tres países con la menor tasa de informalidad son: Ecuador (27,20%), Panamá (40%) y Chile (40,5%).
Según la Ocde, la consolidación del programa Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad será la clave de Colombia para reducir la brecha laboral.
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