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Es síntoma de un empeoramiento de la crisis de la cadena de suministros, que ha golpeado incluso la industria alimentaria.
BP Plc dijo que se ha visto obligada a cerrar algunas de sus estaciones de servicio en el Reino Unido porque la escasez de conductores de camiones está interrumpiendo las entregas.
La decisión es el síntoma más reciente de un empeoramiento de la crisis de la cadena de suministro que amenaza con descarrilar la recuperación económica del país después del covid-19. La escasez de conductores de reparto ya ha dejado a los supermercados de todo el Reino Unido sin poder llenar sus estantes .
La nación también está sufriendo una crisis de suministro de energía y gas que está dejando a las empresas fuera de servicio y amenazando a los consumidores con un gran aumento en las facturas.
“Estamos experimentando algunos problemas de suministro de combustible en algunos de nuestros sitios minoristas en el Reino Unido y, por lo tanto, desafortunadamente hemos visto un puñado de sitios cerrados temporalmente debido a la falta de grados de diésel y sin plomo”, dijo BP en un comunicado. “Continuamos trabajando con nuestro proveedor de transportistas para minimizar cualquier interrupción futura y asegurar entregas eficientes y efectivas para servir a nuestros clientes”.
Exxon Mobil Corp. dijo en un comunicado separado que un “pequeño número” de sitios que opera para el supermercado Tesco Plc se habían visto afectados por la escasez de conductores de camiones.
Crisis alimentaria
La escasez de conductores y otros trabajadores paralizó la industria alimentaria del Reino Unido a principios de este año, ya que las tiendas se están quedando sin productos básicos como leche y pan, decenas de miles de cerdos adicionales se acumulan en las granjas y los minoristas advierten que habrá escasez de algunos productos en Navidad.
Los bajos niveles de generación de energía eólica, el almacenamiento de gas agotado y los suministros restringidos de Rusia han disparado los precios, lo que ha provocado la quiebra de empresas que abastecían a alrededor de 1,5 millones de hogares.
En una señal de las complejas cadenas de suministro que sustentan la economía del Reino Unido, la crisis energética también ha terminado por golpear a la industria alimentaria.
Los altos precios del gas la semana pasada obligaron al fabricante de fertilizantes CF Industries Holding Inc. a cerrar dos plantas que producen dióxido de carbono como subproducto.
Los datos de tráfico sugieren que la demanda de gasolina y diésel en el Reino Unido se ha recuperado en septiembre, ya que algunos trabajadores comienzan a viajar nuevamente. Según el Departamento de Transporte, el tráfico en el Reino Unido alcanzó la semana pasada un uso promedio de las carreteras 3% por encima del nivel prepandémico.
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