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Tras desestimar planes para reactivar un impopular impuesto sobre transacciones financieras para reequilibrar las cuentas gubernamentales, la fuente dijo que la presidenta Dilma Rousseff decidió enviar al Congreso el proyecto de ley presupuestario que muestra que los ingresos gubernamentales no cubrirán los gastos antes del pago de intereses.
La expectativa de un déficit presupuestario primario, una medida que excluye el pago de intereses, pone de manifiesto el esfuerzo de Rousseff por recuperar la confianza de los inversionistas para evitar que el país pierda su calificación de grado de inversión.
“Dados los ingresos decepcionantes y la rigidez en el gasto, el Gobierno decidió entregar un presupuesto con un déficit primario”, dijo el funcionario, que solicitó el anonimato debido a que la información aún no es pública. “Elegimos un presupuesto realista usando estimaciones del mercado económico”, agregó.
Más tarde, el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, dijo que elaborar un proyecto presupuestario con un déficit era preocupante, pero que reflejaba el compromiso del gobierno.
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