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Carles Puigdemont, y su abogado, Gonzalo Boye
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Ante una fuerte presencia policial, Puigdemont habló a una multitud de seguidores en la capital catalana, cerca del Parlamento
Desafiando una orden de detención en su contra, el exlíder independentista catalán Carles Puigdemont apareció el jueves en un mitin en Barcelona tras siete años de exilio autoimpuesto y luego desapareció, lo que provocó una búsqueda frenética de la policía para detenerlo.
Ante una fuerte presencia policial, Puigdemont habló a una multitud de miles de seguidores en la capital catalana desde una plataforma cerca del Parlamento catalán, diciéndoles que pretendía revivir el impulso independentista que sumió a España en una crisis política en 2017.
"Hoy muchos pensaron que celebrarían mi detención y pensaron que este castigo nos disuadiría a nosotros (...) y a vosotros", dijo.
Cuando terminó de hablar, Puigdemont se marchó entre bastidores, tras lo cual la policía y medios de comunicación fueron incapaces de localizarle.
La búsqueda de su paradero provocó un caos de tráfico en Barcelona y cerca de la frontera con Francia, ya que la policía estableció controles en las carreteras y registró los maleteros de los coches.
Puigdemont, de 61 años, huyó a Bélgica hace siete años tras fracasar su intento de independencia y desde entonces vive en el exilio. Sobre él pesa una orden de detención por presunta malversación de fondos, que él niega.
Sus partidarios esperan que su regreso reavive el entusiasmo por la causa independentista catalana, que ha perdido apoyo en los últimos años.
Altos cargos de su partido Junts, incluido el presidente del Parlamento, Josep Rull, y miembros de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que actualmente dirige el Gobierno regional, encabezaron una marcha hacia el Parlamento catalán tras la concentración.
El debate para investir al socialista Salvador Illa como nuevo presidente de Cataluña, poniendo fin a una década de Gobierno separatista, comenzó en un contexto de confusión y las especulaciones sobre el paradero de Puigdemont y cómo pudo desaparecer a la vista de todos.
Un portavoz del Ministerio del Interior catalán confirmó que Puigdemont había eludido la captura. "Puedo confirmar que Puigdemont no ha sido detenido todavía", dijo.
Un portavoz del Tribunal Supremo no quiso hacer comentarios sobre la desaparición de Puigdemont en Barcelona. Un portavoz del Gobierno no respondió a una petición de comentarios, como tampoco lo hizo el abogado de Puigdemont.
El miércoles, Puigdemont había anunciado que había iniciado su "viaje de regreso desde el exilio", diciendo que seguía comprometido a asistir a la sesión del jueves del Parlamento regional, que se reúne para jurar al nuevo líder de la región tras las elecciones de mayo, en las que el partido Junts, de Puigdemont, quedó en segundo lugar.
Su detención podría poner en peligro la frágil alianza del Gobierno nacional con Junts, del que depende para el apoyo legislativo.
Por la mañana, una multitud de miles de personas se había congregado cerca del Parlamento para darle la bienvenida y escucharle hablar.
Varios furgones policiales se encontraban en las inmediaciones después de que el grupo de protesta CDR convocara a sus miembros a asistir a la concentración.
"Representa el retorno de un símbolo", dijo Xavier Vizcaíno, de 63 años, envuelto en una bandera independentista. Ante el riesgo de ser encarcelado, Vizcaíno dijo no tener claras las intenciones de Puigdemont, pero confió en que su regreso suponga un impulso hacia la independencia.
"Espero que sea un estímulo que ayude al movimiento a recuperar energías y esfuerzos", dijo. "Quiero creer que hay un plan bien estructurado detrás de su regreso". La votación para investir al socialista Illa, que contará con el apoyo del partido separatista de izquierdas ERC tras un acuerdo bilateral la semana pasada, comenzó una hora más tarde.
Los socialistas esperan que tomar el control en Cataluña tras una década de Gobierno independentista pase página a la campaña por la independencia.
El Congreso español aprobó en mayo una ley de amnistía para indultar a los implicados en el fallido intento de secesión de 2017, pero el Tribunal Supremo mantuvo las órdenes de arresto contra Puigdemont y otras dos personas acusadas también de malversación, dictaminando que la ley de amnistía no se aplica a ellos.
Los cargos de malversación estaban relacionados con el referéndum de independencia de 2017, declarado ilegal por los tribunales españoles. Puigdemont insiste en que el referéndum no fue ilegal y que, por tanto, los cargos que se le imputan carecen de fundamento.
Vestida con una camiseta y ondeando una bandera con la cara de Puigdemont y el lema "No se rinde", Susana Masnou, de 41 años, describió su regreso como un acto de "desobediencia democrática" para asegurarse de que se le aplica la ley de amnistía.
"Es un hombre muy valiente, con convicciones, que se juega la vida para sacar adelante el país", dijo.
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