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La Casa Blanca dijo el viernes que había reducido el costo de su proyecto de ley de infraestructura de US$2,25 billones a US$1,7 billones
La Casa Blanca dijo el viernes que había reducido el costo de su proyecto de ley de infraestructura de 2,25 billones a US$1,7 billones, en un esfuerzo por llegar a un acuerdo con un grupo de legisladores republicanos.
El esfuerzo representa el deseo del equipo del presidente Joe Biden de implicarse con el partido de la oposición en un tema que el mandatario demócrata ha convertido en una prioridad de sus primeros días de mandato.
Pero las dos partes siguen estando muy distantes, y una persona familiarizada con el asunto dijo que los republicanos del Senado no veían la nueva propuesta como una mejora significativa de la original de Biden.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que la nueva propuesta se dará a conocer más tarde el viernes y destacó que algunos aspectos que se habían eliminado se incorporarían a otros proyectos de ley.
"Esta propuesta muestra la voluntad de reducir su tamaño (del paquete), cediendo en algunas áreas que son importantes para el presidente mientras se mantiene firme en otras que son vitales para reconstruir nuestras infraestructuras e industrias del futuro", dijo a los periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Algunos aspectos que se habían eliminado de la nueva propuesta, como las inversiones en investigación y desarrollo, encontrarán su vía en otros proyectos de ley, dijo.
Una nota de la Casa Blanca mostró que la nueva propuesta de Biden reduciría el gasto en banda ancha a US$65.000 millones. El gasto en carreteras, puentes y grandes proyectos de infraestructura bajaría a US$120.000 millones, desde US$159.000 millones, pero muy por encima de los US$48.000 millones que desean los republicanos.
Psaki dijo que, al reducirse el costo global del paquete, también se reduciría la necesidad de "pagarlo". Biden mantuvo su compromiso de no aumentar los impuestos a las personas que ganan menos de US$400.000 al año, sostuvo Psaki.
El plan de la Casa Blanca, que los republicanos han tachado de demasiado caro, trataría de abordar el cambio climático y cuestiones sociales como el cuidado de los ancianos, además de revitalizar las infraestructuras de transporte tradicionales.
El costo de las inversiones se sufragaría aumentando los impuestos a las empresas estadounidenses y a los estadounidenses ricos. Los principales legisladores republicanos han dicho que no aceptarían una alza de tributos.
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