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El candidato presidencial obtenía 50,13% de los votos del 6 de junio; mientras que Keiko Fujimori contaba con 49,87%, en escrutinio
El socialista Pedro Castillo dijo el martes que no permitirá que se quiebre la voluntad popular frente a quienes llaman a "tumbarse" la elección presidencial de Perú, a más de una semana de los comicios en los que aún no se proclama un ganador con el izquierdista liderando por un estrecho margen.
Castillo, un hijo de campesinos de 51 años, obtenía el 50,13% de votos de los votos emitidos el 6 de junio; mientras que Keiko Fujimori, la hija mayor del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, tenía el 49,87%, cuando va el 99,985% de actas contabilizadas, según la oficina electoral ONPE.
El también profesor de una escuela rural afirmó que es respetuoso de las autoridades electorales, pero las instó a asumir la responsabilidad de terminar cuanto antes el proceso que ha dividido profundamente a los peruanos, en medio de acusaciones de fraude de su rival y de pedidos de hasta anular las elecciones por parte de seguidores de Fujimori.
"Se siguen estigmatizando las cosas, se sigue llamando desde otros espacios a querer tumbarse la elección", dijo Castillo en una declaración a la prensa extranjera tras una convocatoria a una conferencia en la que se excusó de recibir preguntas.
El proceso de conteo de votos se ha estancado por las impugnaciones y pedidos de nulidad de sufragios, la mayoría por parte de Fujimori sin mayores pruebas, en una situación que podría dilatar por días el desenlace de la elección.
El lunes, un grupo de altos oficiales retirados de las fuerzas armadas cuestionó la labor del jurado electoral y algunos políticos de derecha que apoyan a Fujimori han planteado hasta anular los comicios por supuesto "fraude".
El partido de Castillo ha rechazado acusaciones de fraude y los observadores internacionales del proceso en Lima han manifestado que las elecciones fueron transparentes.
"No vamos a permitir que se siga discriminando a un pueblo oprimido por mas años. Democráticamente las cosas se han puesto en la mesa y democráticamente se tiene que dar una salida", dijo Castillo, en su local partidario en el centro de Lima.
"Nosotros estamos esperando pacientemente los resultados y aún así hay voces que vienen incluso de personalidades que han tenido una experiencia política de querer ir más allá, de querer judicializar la voluntad del pueblo peruano", manifestó.
En los últimos días se han realizado marchas de partidarios de ambos candidatos en Lima. Algunos adherentes de Castillo han llegado a la capital desde zonas rurales para protestar, mientras que los partidarios de Fujimori que respaldan sus acusaciones de fraude son en su mayoría de zonas acomodadas.
Para la tarde, del martes simpatizantes de Fujimori han convocado por las redes sociales a una marcha, y planean hacer un "plantón" frente al Jurado Nacional de Elecciones en Lima.
Castillo, que busca reescribir la Constitución, ha recibido ya el saludo adelantado de líderes y mandatarios de izquierda de América Latina, algo que enojó al gobierno, que pidió a la comunidad internacional esperar los resultados finales.
De confirmarse los resultados, la victoria de Castillo supondría un impulso para la izquierda en la región. El socialista procede de una zona pobre del norte de Perú y ha motivado a los votantes rurales, enfadados por sentirse relegados en el crecimiento económico del país.
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