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Si bien la Cepal coincide en que los niveles de inversión y el consumo interno del país estimulan el buen desempeño, estos factores no son suficientes para sortear las dificultades de la economía global.
En menos de dos semanas, los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial calificaron a la baja las perspectivas de crecimiento económico de América Latina a 1,4% y 0,9%, respectivamente, por la desaceleración global, la disputa comercial entre las dos potencias económicas más robustas del planeta (EE.UU. y China) y una baja en la producción manufacturera de Europa. A pesar de las circunstancias, los organismos mantuvieron las perspectivas de Colombia por encima de 3%, casi tres veces más que la expansión regional.
Esta semana, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se unió a la tendencia que predomina en las revisiones y estimó, por tercera vez consecutiva, que el crecimiento del país para 2019 será de 3,3%. Si bien esto no implica que es el territorio que más va a crecer (como es el caso de Panamá con 5,4%), sí ubica al territorio nacional en la cuarta posición de las economías que más crecerán en la región.
“En términos generales los resultados son buenos, sin embargo, aún son muchos los desafíos que tiene Colombia para crecer al ritmo que esperan los organismos multilaterales. Una de las principales preocupaciones es la consolidación de industrias externas”, señaló Eduardo Sarmiento, analista macroeconómico de la Escuela de Ingenieros.
Si bien la Cepal coincide en que los niveles de inversión y el consumo interno del país estimulan el buen desempeño, estos factores no son suficientes para sortear las dificultades de la economía global, pues hay una gran dependencia en la exportación de commodities como el petróleo.
“Ser dependiente de las exportaciones no tiene nada malo, el problema es cuando la rentabilidad total de la actividad depende de productos limitados. Colombia debe fortalecer sus industrias y buscar mercados alternativos”, indicó César Ferrari, profesor de Economía en la Universidad Javeriana.
Al cierre de 2019, el déficit de cuenta corriente en Colombia llegaría a 3,9% del PIB. A esto se le suma el endeudamiento, que abarca 47% de su producción anual, una tasa de desempleo que alcanzaría 9,7% y una inflación estimada en 3,4%.
La región sigue en picada
De acuerdo con el informe de la Cepal, el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe será de apenas 1,3% en 2019, es decir, 0,4 puntos porcentuales por debajo de sus estimaciones en diciembre (1,7%). Además del lastre global, la región lucha contra la crisis venezolana, la deuda argentina y la incertidumbre fiscal en México y Brasil.
“La economía de Latinoamérica depende ampliamente del dinamismo global, pues no tiene herramientas ni mecanismo para permanecer estable en momentos de crisis. Si China, que es el principal exportador del mundo, desacelera por el bajo consumo, el efecto en la región es aún peor”, añadió Ferrari.
Las economías que más decrecerán este año son Venezuela, Nicaragua y Argentina, con contracciones de 16%, 5% y 1,8%, respectivamente. En el caso venezolano, el declive se expresa en el número de barriles producidos por día, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), el mes pasado la producción de Pdvsa pasó 1,1 millones de barriles a 732.000 barriles por día. El panorama no es esperanzador, pues el FMI estima que al cierre de 2019 la inflación aumente 10.000.000%.
“Bajo cualquier estándar, las cifras en Venezuela son absurdas. Mientras esto continúe, se van a paralizar las transacciones, suspendiendo de manera definitiva la economía de todo el país”, añadió Ferrari.
En el caso de Argentina, el país enfrenta una de las peores tensiones políticas del año por cuenta de las elecciones presidenciales. De acuerdo con las encuestas es difícil que el presidente Mauricio Macri retorne a La Casa Rosada después de diciembre, lo que sería un duro golpe a las políticas fiscales que ejecuta en compañía del FMI.
“Son muchos los detractores que hay por cuenta de las políticas del FMI, pues en la mayoría de ocasiones tienden al endeudamiento y estancan el desarrollo a largo plazo de los territorios”, dijo Sarmiento.
Las naciones que sufrieron las mayores revisiones a la baja fueron Uruguay (con un descenso de 0,5 puntos porcentuales) y Haití (con una caída de 1,5 puntos porcentuales). Otra de las economías que también tuvo una caída en su proyección de crecimiento fue Panamá, con 0,2 puntos porcentuales menos.
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