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La crisis provocada por el covid-19 dejará una región con más desempleo, más hambrienta y más descontenta, pero con oportunidades
En el marco de la celebración del aniversario número 50 del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el organismo llevó a cabo una conferencia virtual en la que participaron Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, Ángel Gurría, secretario general de la Ocde, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, Enrique Iglesias, exsecretario general Iberoamericano y expresidente del BID y Luis Carranza, presidente de la CAF, quienes abordaron los principales desafíos socioeconómicos que enfrenta la región desde una perspectiva histórica y teniendo en cuenta la pandemia.
Durante el conversatorio, que estuvo moderado por Andrea Bernal, periodista de NTN 24, Bárcena señaló que, en medio de esta crisis, desaparecerán unas 2,6 millones de empresas formales en la región, las cuales son pequeñas y medianas en su mayoría. “Estos cierres se dan en un momento en el que la informalidad ronda 54% en el vecindario. Estamos en riesgo de concluir una década perdida nuevamente, por lo que hay que buscar salidas. En medio de esto, el papel de la CAF es importante”, añadió.
Al desafío del cierre de empresas se le suma que la región puede salir de esta crisis más endeudada, más pobre, más hambrienta, con alto desempleo y enojada, dijo Bárcena, quien también recordó que desde la Cepal estiman que debido a la contracción de 5,3% que podría registrar América Latina y el Caribe al final del año, se dará un aumento de la pobreza de 4,4 puntos porcentuales, es decir 28,7 millones de personas, mientras que en pobreza extrema subirá 2,6 puntos porcentuales, lo que se traduce en 15,9 millones de personas más.
La preocupación que manifestó la secretaria ejecutiva de la Cepal sobre la tasa de desempleo en la región parte de que, por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) detalló en un informe reciente que la crisis actual generaría 11,5 millones de nuevos desempleados en la región para el cierre de fin del año.
En línea con esto, Gurría aseguró que con base en las proyecciones que se publicaron desde la Ocde el miércoles, se estima que la recuperación será en forma de ‘U’ en regiones como América Latina, en vez de en ‘V’ como se había señalado en otras ocasiones. Esto se debe a que la pandemia del covid-19 ha profundizado las deficiencias con las que venía luchando la región desde años atrás, entre las que se destacan la precariedad de los sistemas de salud, el déficit en la infraestructura, entre otros.
Las diferencias que ha enfrentado la región históricamente generaron un estallido del descontento social. Este tuvo un auge el año pasado, el cual quedó ‘congelado’ por la pandemia, pero que podría retomarse con más fuerza, debido a las cicatrices que dejará está crisis y las desigualdades que han salido a flote. Es por esto que es importante, que los gobiernos y estados sean abiertos con el presupuesto del manejo de la pandemia, ya que después de esta crisis se va a mirar qué hicieron los países con los recursos y eso puede generar conflictos mayores, dijo Bárcena.
A pesar de dichos desafíos, Gurría destacó que esta crisis es una oportunidad para que América Latina y el Caribe busque caminos que le permitan revertir dichas deficiencias y ponerse en una senda de crecimiento. Si se logra hacer esto, la región podría alcanzar una importante recuperación y empezar a transitar por el camino del desarrollo, dejando atrás la desigualdad que la caracteriza en la actualidad, añadió el experto.
Gurría aprovechó su intervención para recordar que desde la Ocde estiman que la economía de México se desaceleraría 7,5% este año, si se logra contener el brote, mientras que la de Brasil podría caer hasta 7,4%, la de Colombia se desplomaría 6,1%, la de Chile retrocedería 5,6% y la de Costa Rica, 4,1%. La Ocde estima que, en promedio, la economía mundial caería 6% en un escenario en el que se evitara una segunda ola de contagios del virus.
Teniendo en cuenta estas proyecciones y las desigualdades que señaló el secretario de la Ocde, Iglesias recomendó que los líderes regionales aborden temáticas como el cambio climático, la digitalización y la cooperación entre naciones de la región para lograr la recuperación esperada luego de la crisis.
El expresidente del BID también añadió que la crisis actual nos plantea algunos problemas, entre los que se destacan el quiebre de la conocida relación multilateral y el tema de la tecnología, este debería empezar a implementarse en el sector de la agricultura para generar un mayor desarrollo.
“En medio de este ambiente, la cooperación regional adquiere una relevancia mayor a la que tuvo en el pasado. En este momento, tenemos que pensar en las nuevas tendencias que hay en la comunidad internacional y en las capacidades que tenemos de hacer las cosas nosotros unidos para salir de esto juntos”, resaltó Iglesias.
La cooperación también fue un tema que resaltaron Gurría y Bárcena durante el conversatorio. Los expertos dijeron que en medio de un panorama en el que la comunidad internacional no acaba de comprender la situación que enfrentan los países de ingresos medios y en el que la unión será clave para la recuperación, la CAF juega un papel clave, ya que atiende una gran cantidad de países emergentes y de bajos ingresos.
Sobre la importancia de este Banco para el desarrollo y recuperación de la región también habló Stiglitz. El Nobel señaló que los bancos de desarrollo son cruciales para superar la crisis y más en un momento en el que la región entiende cómo se debe encarar la deuda, pero que lamentablemente, el sector privado no acompaña estas movidas.
Un ejemplo de esto, es que hemos visto la disputa que está ocurriendo en Argentina con la reestructuración de la deuda, en la que el FMI ha tenido que colaborar para buscar salidas.
“Hay explotación. Los bancos privados tratan de generar tanta ganancia como sea posible, mientras que los bancos públicos tratan de adoptar valores públicos y de cooperación”, dijo Stiglitz quien agregó que la CAF ha demostrado los aportes que debería hacer un banco de desarrollo para el avance de los países.
“Necesitamos fuentes de financiamiento y al mismo tiempo necesitamos un alivio. El problema es que vamos a pedirle a los prestamistas que nos dejen de cobrar, pero que nos presten más”, dijo Gurría, quien además resaltó que el déficit fiscal en la región ya es una constante.
En América Latina hay una brecha de infraestructura muy grande, estimamos que la región necesita invertir 6% de su PIB para salir de este atraso, concluyó el Premio Nobel.
Sobre el papel de la CAF, Carranza comentó que, en medio de esta crisis, el Banco “puso a disposición de sus países miembros dos líneas de crédito: una de US$350 millones para la atención de la emergencia sanitaria; y otra de US$2.500 millones para políticas económicas anticíclicas”.
Además de los programas que lanzó CAF en medio de la lucha contra la pandemia, hay que destacar que durante este medio siglo de historia, ha logrado tener 19 países accionistas, US$8.000 millones de capital suscrito. En 50 años la organización ha financiado US$188.000 millones en proyectos que mejorar la calidad de vida.
Otros de los aportes del CAF para los países de la región en estos 50 años
Según información compartida por el organismo, entre los aportes también se destaca que “77 millones de latinoamericanos se beneficiaron de proyectos de movilidad urbana en los últimos 10 años; 29 millones se vieron favorecidos con proyectos de agua y saneamiento en los últimos 15 años; dos millones de niños y jóvenes recibieron iniciativas en educación en los últimos 15 años. Además, solo en 2019, financiamos la construcción, mejora y rehabilitación de 1.294 Km de carreteras; apoyamos a 23.213 pyme”.
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