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Lo que preocupa a los analistas es la marcada pendiente bajista del cobre motivada por la debilidad de los indicadores económicos chinos, el principal importador del commodity
En medio de la conmoción de los mercados a inicios de semana, el cobre, factor clave para la economía peruana pasó desapercibido, pero ahora enciende alertas entre analistas.
La cotización del cobre profundizó ayer su comportamiento negativo con una merma de 2% en la jornada a US$3.928 la libra. Con ello, acumula una caída de 22% desde que en los albores de mayo tocó un pico histórico de US$5,05.
Este retroceso implica un claro proceso correctivo para el metal, desde un punto máximo que despertó optimismo entre los agentes económicos y autoridades locales, por una posible reactivación de proyectos mineros y su impacto benéfico -vía ingresos tributarios- en las cuentas fiscales, hoy con cierto deterioro.
Lo que preocupa a los analistas es la marcada pendiente bajista del cobre motivada por la debilidad de los indicadores económicos chinos, el principal importador del commodity, y, en semanas recientes, por la aversión al riesgo de los inversionistas respecto de activos como las acciones, monedas y materias primas.
“La caída tiene que ver con la falta de estímulos económicos en China, que es el primer consumidor mundial de cobre, que muestra signos de debilidad, y temores a recesión en EE.UU.”, afirma el head de macroeconomía de Kallpa SAB, Marco Contreras.
China ha anunciado medidas de estímulo que no convencen al mercado y solo profundizaron la baja del cobre, a lo que se añade la aplicación de aranceles a autos eléctricos en Europa, que desincentivan el comercio internacional y son negativos para los commodities y el cobre en particular, refiere.
Más aún, considera que parte de la reducción del cobre en meses recientes estriba en las perspectivas de una victoria de Donald Trump en las elecciones en EE.UU., por el precedente de la guerra comercial que desató con China en su primer mandato. Pero lo medular en el declive del cobre es el decaimiento de la actividad china, sostiene, visión que comparte Scotiabank.
La caída desde el último récord hasta la fecha se debe a los signos de debilidad de la demanda china y a que su sector inmobiliario no da señales de recuperarse, según el banco. A esto se le suma el hecho de que los inventarios globales de cobre se encuentran en máximos desde el 2020, agrega.
El PMI manufacturero chino, índice que refleja las condiciones del sector, cayó hasta 49,8 puntos en julio, en zona de contracción, tras permanecer en expansión desde noviembre del 2023, según Katherine Salazar, analista de estudios económicos de la entidad financiera.
En tanto, los precios de las nuevas viviendas en construcción en China cayeron 4,5% en junio, la mayor caída interanual en nueve años, una clara señal de disminución en la demanda del mercado inmobiliario, detalla.
Por el lado de comercio exterior, las importaciones de cobre refinado empezaron a caer en junio (-3%), reflejo de la baja demanda, menciona.
“La desaceleración en estos indicadores clave señalan que la economía china se está enfrentando a un periodo de enfriamiento a pesar de las medidas de estímulo aplicadas por el Banco Popular de China”, enfatiza.
Contreras, de Kallpa SAB, sostiene que la vorágine de los mercados ha acentuado los movimientos bajistas del metal rojo, pues Wall Street descendió en julio y agosto junto con las principales plazas. “Como se trata de un escenario de mayor riesgo, se da el flight to quality, y los inversionistas se van de acciones, metales y se refugian en el dólar, oro y bonos de EE.UU.”, expresa.
40% de los índices de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) son de mineras y el ajuste del cobre la golpea, dice. En julio la plaza limeña cedió 1,2% siguiendo la senda del metal.
Si la tendencia se mantiene, se afectará, según los supuestos del MEF, la recaudación tributaria y, por tanto, el déficit fiscal, indica Contreras. Pueden resurgir también las presiones alcistas sobre el dólar por un menor ingreso de divisas, estima.
Que se prolongue la tendencia decreciente del cobre dependerá de qué tan efectivos sean los anuncios de estímulo económico en China y de los indicadores de una posible recesión en EE.UU., que afectaría a todos los activos, sostiene Marco Contreras, de Kallpa SAB.
Sin embargo, considera que pese al marcado descenso del cobre en los últimos tres meses, deben prevalecer, a mediano y largo plazo, los fundamentos favorables del metal, como el previsto cambio de matriz energética, energías limpias, demanda para IA y vehículos eléctricos.
No obstante, el retroceso en las acciones de inteligencia artificial en las últimas sesiones, que se consideran indicador de la demanda futura de cobre, también ha afectado las expectativas en torno a la cotización del metal, según Katherine Salazar, de Scotiabank.
“Para lo que queda del 2024, esperamos que el precio del cobre haga una especie de consolidación en torno a los niveles actuales antes de volver a subir en la última parte del año, en línea con la mayor liquidez que tendría el mercado una vez iniciado el ciclo de recortes de tasas de la Reserva Federal (Fed)”, añade.
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