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Índice del futuro verde del MIT
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El indicador, que mide los países mejor preparados para un futuro más sostenible, tiene a América Latina entre los peor calificados
El MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) entregó la tercera versión del Índice de Futuro Verde 2023 (The Green Future Index), una clasificación comparativa anual de 76 territorios (que en conjunto generan aproximadamente 90% del PIB mundial) sobre su capacidad para desarrollar un futuro sostenible y bajo en carbono para sus economías y sociedades.
El documento hecho con base en investigaciones del MIT Technology Review es una muestra de las bases de cada país para que en el futuro sea ambientalmente más amigable, y para los resultados de 2023, los países nórdicos son lo que aparecen en los primeros lugares.
Islandia, Finlandia, Noruega, Dinamarca y Suecia, fueron los países con los puntajes más altos, en ese orden. “El gobierno islandés creó un grupo de trabajo para elaborar una estrategia que mejore el desarrollo de los parques eólicos. En 2023 se esperaba una nueva ley que simplifique la construcción de parques eólicos.
En septiembre de 2022, el gobierno finlandés aprobó un paquete legislativo con requisitos técnicos para la construcción de edificios de bajas emisiones de carbono con el fin de mejorar el entorno construido, que representa aproximadamente un tercio de las emisiones de GEI del país” explicó el MIT según movimientos en esos territorios.
Colombia retrocedió dos puestos en el índice, en la medición de 2023 se ubicó en la casilla número 34 y un puntaje de 4,83, se aleja de su pico de 5,19 que logró en 2021 o de sus 4,98 de 2022. Lo único que destaca el documento es que “el gobierno de Colombia ha puesto en marcha un plan de emergencia para detener la deforestación en su parte del Amazonas. La ambiciosa estrategia consiste en trabajar con las comunidades locales y los pueblos indígenas en 22 focos de deforestación”.
Entre los mejores de la Alianza del Pacífico está Chile, que según el MIT, tiene “una extensa red de transporte público de Santiago que ha puesto en marcha una iniciativa de US$500 millones a 10 años para dar prioridad a los usuarios y aumentar su sostenibilidad y resistencia, integrándola, mejorando su accesibilidad y reduciendo sus emisiones de carbono”.
La lista de los países mejor preparados para el futuro verde se concentra en potencias y países desarrollados, pero América Latina está en bajos niveles del ranking. En el top 20 no hay ningún territorio de la región que destaque.
El más cercano a un puesto aceptable es Costa Rica, que se ubica en la casilla 24 con 5,26 puntos en una tabla de cero a 10, le sigue Uruguay que está en el puesto 26 (con 5,13), y luego aparece Chile en el 30 con 5,08.
Uno de los casos que llama la atención está en Brasil, pues ese país retrocedió cinco puestos el último año, aún con las iniciativas que ha lanzado el Gobierno, cayó hasta el puesto 38. “El mayor mercado de vehículos de América Latina recibirá una inversión de US$550 millones del fabricante chino de vehículos eléctricos BYD, que planea construir tres plantas para fabricar chasis de autobuses y camiones eléctricos, coches eléctricos e híbridos y litio para la exportación a China” destacan .
En Brasil y los países que componen el Amazonas hubo una alerta reciente, la degradación de la selva se disparó en los primeros cuatro meses de 2024 debido al aumento de los incendios ya la falta de vigilancia preventiva, según funcionarios medioambientales brasileños.
Los datos de la Agencia Espacial Nacional, Inpe, mostraron que 7.340 kilómetros cuadrados de selva tropical se agotaron entre enero y abril, 17 veces más que en el mismo período del año pasado.
“El cambio climático está siendo un punto separado en el presupuesto general de los países nórdicos, una dinámica que aún no se asimila entre las economías emergentes”.
“La emisión de bonos verdes ha ganado una adopción importante entre los inversionistas, pero aún su monto no llega a las necesidades de los planes ambientales”.
A diferencia de la deforestación, que consiste en la aniquilación total de los árboles nativos, esa franja de Brasil sufrió una eliminación parcial de la vegetación debido a la quema, la minería y la tala. La sequía récord provocada por el fenómeno climático de El Niño aceleró los incendios en la región, mientras que los funcionarios de las principales agencias ambientales han reducido las inspecciones de campo debido a una disputa laboral.
“Los bosques degradados son más susceptibles a una deforestación total en los próximos meses”, afirmó Ascema, la asociación nacional de funcionarios medioambientales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha enfrentado a huelgas e interrupciones en toda la Administración pública. El Gobierno logró llegar a acuerdos y poner fin a los paros en 12 sectores, pero aún quedan otros 14 conflictos abiertos, según el Ministerio de Gestión e Innovación. Ascema señaló los niveles de personal como uno de los principales puntos conflictivos para los funcionarios ambientales, junto con las discrepancias salariales con otras agencias federales.
El cambio climático fue el principal culpable de la devastadora sequía en la región amazónica del año pasado, mientras que los científicos descubrieron que el fenómeno meteorológico El Niño jugó un papel menor. Según un nuevo estudio de World Weather Attribution (WWA), un grupo internacional de científicos que analiza los fenómenos meteorológicos extremos para determinar la influencia del calentamiento global, la sequía era 30 veces más probable que se produjera debido al cambio climático provocado por el hombre. El estudio analizó la sequía durante el semestre comprendido entre junio y noviembre.
“Cuando la sequía amazónica comenzó en 2023, muchos apuntaron a El Niño para explicar el suceso”, dijo Ben Clarke, autor principal del estudio. “Si bien El Niño condujo a niveles aún más bajos de precipitaciones, nuestro estudio muestra que el cambio climático es el principal impulsor de la sequía con de su influencia en las temperaturas”.
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