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Guillermo Lasso, el nuevo presidente de los ecuatorianos, dijo que trabajará en regularizar a los venezolanos que están en Ecuador
El domingo, el exbanquero Guillermo Lasso fue elegido, en segunda vuelta, como el nuevo presidente de Ecuador. En entrevista con NTN24 (haga clic aquí para ver la entrevista), el mandatario electo habló sobre su relación con Colombia, cómo manejará la situación de los migrantes venezolanos en su país, y el trato con el correísmo.
Usted habló de regularizar a los venezolanos en Ecuador. ¿Cuál es su idea?
Razones humanitarias nos obligan a la regularización. He conversado con la agencia de movilidad humana de las Naciones Unidas para recoger las mejores prácticas, como puede ser la del presidente Duque en Colombia. No es solamente regularizarlos, sino incorporarlos a la economía y sociedad ecuatorianas, y para eso buscaremos apoyo internacional.
¿Ha pensado en número de venezolanos, tiempo o algo más específico?
No puedo adelantar detalles, porque es un tema que hemos tratado conceptualmente, pero en el Ecuador hay cerca de 500.000 venezolanos. Tengo entendido que regularizados no estarán más de 130.000. Mi compromiso es que no voy a expulsar a los venezolanos, sino todo lo contrario, voy a regularizar su situación en el Ecuador.
Puse un tuit de lo que acabó de decir y la gente empezó a decir pero primero los ecuatorianos, nos vienen a quitar los trabajos. ¿Qué le dice usted a los ecuatorianos que se preocupan por eso?
No, no tengan ninguna preocupación. Tenemos que trabajar para poner en orden la economía y generar empleo para todos los ecuatorianos y los extranjeros que viven en el Ecuador. Tenemos que ser gratos con el mundo, y no podemos ser incoherentes de pedir derechos para los ecuatorianos en el exterior y no reconocer esos mismos derechos para extranjeros en el Ecuador.
¿Ha funcionado hasta ahora lo que ha hecho el Grupo de Lima y la comunidad internacional en presión diplomática a Venezuela?
Yo creo que no, porque la realidad es que quien tiene control de las fuerzas armadas y de los recursos de los venezolanos es la estructura de Maduro. El presidente Juan Guaidó es el presidente legítimo de Venezuela, pero no tiene control de los factores reales de poder. Si uno analiza esto, parece que no ha dado los resultados que esperamos en un cambio de la situación en Venezuela hacia un país realmente democrático, que se preocupe por el bienestar de su pueblo.
¿Habría otra opción que usted pondría sobre la mesa?
No me atrevo todavía a poner una opción. Como soy el nuevo del barrio, esperaré a reunirme con los presidentes del Grupo de Lima, a escuchar sus experiencias y, luego, realizar aportes.
Y, ¿abrir un canal con el régimen de Maduro?
Eso ya se ha intentado, pero cómo se dialoga con alguien cuyos factores reales de poder tienen que ver con mafias y actividades irregulares. ¿Cómo se le dice déjeme gobernar y yo lo voy a regular a usted? Evidentemente no van a querer ceder ese espacio. Por lo tanto, yo creo que hay que insistir con el diálogo, con la diplomacia, pero creo que la comunidad internacional tiene que ya ir pensando en mecanismos de presión aún más fuertes para lograr que el hermano pueblo de Venezuela viva una verdadera democracia.
¿Cuál es la propuesta de cooperación con Colombia para frenar a los grupos irregulares?
Encontrarán todo el respaldo y el apoyo para una política internacional que preserve los principios democráticos y la lucha contra todas las fuerzas irregulares que pretenden debilitar las democracias en América Latina. Pienso que lo que sucedió en el Ecuador no es una victoria democrática para los ecuatorianos solamente, sino para la región. Con el presidente Duque nos esperarán unas largas jornadas de trabajo conjunto. Colombia encontrará en mí un respaldo a esa política de fortalecimiento a la democracia y lucha contra las fuerzas irregulares.
¿Usted qué opina de la fumigación con glifosato?
Hablemos en términos generales, no quiero comprometerme en detalles porque tengo que reconocer que soy nuevo en el barrio y tengo que escuchar la opinión de todos. Lo que sí tengo claro son los problemas que tiene el Ecuador. En los últimos años, el Estado ecuatoriano ha cedido terreno a las mafias transnacionales y para recuperarlos vamos a requerir de la cooperación de Colombia, Perú, Estados Unidos y la Unión Europea.
Usted decía usted que le sorprendió la reacción del expresidente Rafael Correa. ¿Ha hablado con él?
No, con Correa no he hablado, con Arauz sí. Fue una llamada que celebro y agradezco, porque fue con un buen talante democrático reconociendo nuestra victoria y expresando, como es natural, que serán la oposición, pero una racional que apoye lo bueno y que, obviamente, critique lo que ellos consideran equivocado.
¿Por qué esa reacción del correísmo cuando una hora antes de aceptar la derrota dijeron que ustedes habían comprado una encuesta?
Pensemos hacia adelante. En el Ecuador del encuentro tenemos que de alguna manera trazar una línea, no vivir en el pasado, no vivir con rencores, no vivir con venganza, no vivir con espíritu de persecución. El Ecuador necesita un respiro, una tranquilidad, vivir momentos de paz para que todos juntos los ecuatorianos podamos salir adelante de una crisis económica, sanitaria, moral, ética y de seguridad ciudadana. Todos nos necesitamos y de alguna manera no hay que poner el dedo en la llaga, sino dejar que ciertas heridas el tiempo las cure.
¿Cesará investigaciones contra Rafael Correa?¿Usted tiene esa potestad o dirá que la Justicia continúe?
Yo no tengo esa facultad, yo soy un demócrata, y un demócrata respeta la independencia de poderes. Yo haré lo mío y responderé cuando la Justicia requiera información, pero yo no tengo que impulsar investigaciones en contra de alguien, eso le corresponde a la Fiscalía y a la Justicia, ni tampoco detener procesos de investigación. Eso no le corresponde al Gobierno y yo no voy a meter la mano donde deba.
El fiscal colombiano estuvo hace unas semanas con la fiscal ecuatoriana por denuncias de financiamiento de campañas por parte del ELN, frente a eso, ¿qué ha pasado en el Ecuador?
La Fiscal General de la Nación tiene que responder eso y es una relación con fiscales. Yo como Gobierno no podré pedirle a la Fiscal que actúe en una línea ni que actúe en otra. Si la Fiscal pide información y esta depende del Gobierno, por supuesto que hay que proveerla, pero no me corresponde a mí pedir una investigación ni impedir otra.
¿Cómo ve usted su tema de gobernabilidad en el Congreso al no tener la mayoría?
Yo creo que con el diálogo tenemos que plantearnos metas de gobernabilidad en el Ecuador. Yo tengo mi mano extendida a toda la sociedad ecuatoriana, incluidos los líderes políticos, para construir un Gobierno de unidad. No es un Gobierno solo de Creo y del Partido Social Cristiano, sino que es abierto a todas las fuerzas políticas de Ecuador que quieran poner por delante el bien común de los ecuatorianos. Tenemos problemas de hambre, de pobreza, de falta de empleo, de desnutrición crónica infantil. Yo me pregunto, ¿quién no quiere trabajar para luchar contra estos factores negativos de la sociedad ecuatoriana? No encuentro ningún ecuatoriano que se quiera negar a un programa de gobierno que apunte a esos objetivos.
¿Cómo le dejan el país?
Este es un Estado ilíquido, sobreendeudado y de alguna manera mal administrado en los últimos 14 años. No puede ser posible que la sociedad ecuatoriana desperdicie cerca de US$1.000 al año al proveer petróleo a las refinerías estatales, que nos devuelven una menor cantidad de combustible. Le doy solo un ejemplo.
Como usted es el nuevo del barrio, como usted ya lo ha dicho, ¿ha recibido alguna invitación de alguno de los viejos del barrio?
He recibido la invitación del presidente Duque. Me encantará visitarlo e iniciar inmediatamente conversaciones y relaciones que fortalezcan los estrechos y tradicionales lazos de cooperación entre Colombia y Ecuador.
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