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Solo entre enero y septiembre de 2023, los colombianos ocuparon el primer lugar entre los extranjeros que se fueron a vivir a ese país
*Colaboración especial
A los 41 años y en la cúspide de su carrera, Natalia Marenco, una comunicadora colombiana de renombre, tomó la decisión de empacar sus maletas junto a su esposo e hijo de dos años para partir hacia Madrid, una ciudad desconocida para ella que se convertiría en su nuevo hogar.
“Queríamos dejar el país para ofrecer un entorno más tranquilo a nuestra familia. Yo le decía a mi esposo: si nos vamos, será porque tu empresa te traslada. Me iba muy bien en Colombia con mis consultorías de comunicación. A mi edad, ya no me veo limpiando baños. Así lo manifestamos al universo. Recién salíamos de la pandemia cuando él, trabajando en una multinacional en Colombia, consiguió una posición en España. Vendimos todo", recuerda Marenco, hoy agente inmobiliaria con residencia legal con permiso de trabajo y quien está en proceso de solicitud de la nacionalidad española.
Su historia no es la típica entre los más de 547.000 migrantes colombianos que figuran en los registros oficiales (algunos informes estiman que la cifra podría alcanzar el millón de compatriotas), lo que convierte a Colombia en el líder en emigración latina hacia España, incluso por encima de Venezuela, que está cerca de los 500.000. En total, los ciudadanos suramericanos en España llegan a los 2,7 millones, mientras que los marroquíes siguen en el primer país del mundo en encabezar el listado con cerca 893.953 personas, según el INE.
Solo entre enero y septiembre de 2023, los colombianos ocuparon el primer lugar entre los extranjeros que se fueron a vivir a España: según el Instituto Nacional de Estadística, INE, cerca de 116.000 personas decidieron abandonar Colombia para vivir en el país europeo y solo en Madrid, 25.110 ingresos. Según los expertos las razones pueden ser diversas pero las más nombradas son la crisis económica y la falta de oportunidades laborales.
Muchos de ellos, y probablemente otros no registrados, viajan al país ibérico motivados por una lengua familiar y dispuestos a trabajar en cualquier cosa, como se dice coloquialmente, 'en negro': limpiando apartamentos, repartiendo volantes, aplaudiendo y participando como público en programas de televisión por apenas 10 euros por hora (US$10,8), ser practicantes o becarios ‘cuasi eternos’ en empresas con la promesa de un trabajo futuro, cantando o vendiendo dulces en el Metro de Madrid. Incluso, muchos de ellos profesionales que decidieron lanzarse al ruedo en busca de una mayor calidad de vida que en su país.
Estos ingresos vienen en aumento desde 2015, tras la firma de un acuerdo bilateral con la Unión Europea que eliminó el requisito de visa para los turistas. Esto sumado a razones como la búsqueda de mejores oportunidades laborales, reunificación familiar, huida de la violencia y/o persecución en sus país de origen y el flujo significativo de personas que buscan trabajo en sectores como la agricultura, la construcción, el turismo y los servicios, según Migración Colombia.
Tan retadora es esta temática que la Casa de América en Madrid se convirtió en el epicentro del primer Foro sobre la Población Migrante Colombiana organizado por asociaciones como Resignificadas, SOS Racismo, Frente Migrante, OCM, Migra Empleo y el Consulado de Colombia en Madrid.
Al evento asistieron cuatro embajadores colombianos, autoridades españolas y representantes de seis organizaciones de migrantes del país. Todos con una preocupación común: la creciente movilidad migratoria desde América Latina, en particular desde Colombia hacia la Unión Europea y España. Además comparten las buenas intenciones para enfrentar estos desafíos.
“Este reconocimiento de una Colombia en el exterior es prioritario para el gobierno nacional que propone el fortalecimiento de mecanismos como el programa Colombia Nos Une, los escritorios de atención a víctimas en los consulados, los programas de retorno voluntario y adelantar el censo de la población migrante”, afirma el embajador de Colombia ante España, Eduardo Ávila, quien reconoce mejoras a los últimos reglamentos de extranjería.
Sin embargo, otras voces dan cuenta de las dificultades de los colombianos y de otros migrantes en el exterior y que el ‘sueño español’ puede tornarse en pesadilla para quienes viajan sin tener certezas o proyectos definidos.
“Este es un debate que, a estas alturas, con la necesidad latente de talento global para la competitividad local que tienen España y Europa, no se está dando con suficiente amplitud ni relevancia. Y es económicamente sensato y socialmente responsable hacerlo”, comenta Santiago Sánchez Benavides, migrante y cofundador de Voice (ES), una organización dedicada a impulsar el empoderamiento económico de la población migrante en España.
En el foro también llamó la atención la presencia de la hija del actual Presidente de Colombia, Andrea Petro, quien lidera la Organización Colombiana para Migrantes, reconoce que la migración se puede mitigar desde el origen. “Es necesario buscar un plan retorno con garantías a sus países. Hay que tratar de orientarlos de la mejor manera, no solamente asistencialismo”, dice.
Un estudio de Migra Empleo, una gestora jurídica de inmigración que incluye información de 1.458 entrevistados, de los cuales 53% son colombianos, revela que más de 40% de las personas que han solicitado asilo han sufrido alguna situación de vulnerabilidad, principalmente para proveerse de tres comidas diarias. 11% ha estado en situación de inseguridad alimentaria más de cuatro semanas y un 2% que ha estado más de un mes en situación de calle.
“No existe información aterrizada o reconocimiento, por ejemplo, de lo complejo que es encontrar vivienda y las condiciones de hacinamiento y despojo de las personas-compartir un piso de 40 metros con ocho personas más-, despojo de vivienda, precios absurdos imposibles de pagar, estafas, requisitos inmobiliarios imposibles. Al llegar, muchos se dan cuenta que sin permiso de trabajo no te contratan y los procedimientos de regularización requieren de mucho dinero y requisitos exigentes”, cuenta la CEO de Migra Empleo, Diana Pérez.
Según el estudio de esta firma, casi 50% de ellos reconoce no haber recibido ningún tipo de ayuda. Entre los que sí la han recibido, se destaca la red de familiares y amigos (18%), iglesia católica y otras congregaciones religiosas (15%), ONG (11%), ayudas por parte del Estado (3%), vecinos (3%) y redes de compatriotas de su país de origen (1%). Las mayores ayudas van en alimentación (28%), alojamiento (14%) económica (4%) y apoyo psicosocial (2%).
El nivel de formación de solicitantes es un dato clave: el 55% corresponde a personas con educación superior; 37%, educación secundaria; 6% a personas con estudios de máster y doctorado y 2% a personas de educación primaria.
Los principales sectores de ocupación en su país de origen eran el comercio, hostelería y turismo (20% y los administrativos del sector privado (18%). Más de 75% de los entrevistados tienen un nivel de ingresos medio bajos o bajos en su país de origen y 25% restante, mucho más desahogado. El 57% de ellos llegan en su mayoría solos.
Es evidente que el número de colombianos que llegan a España continúa aumentando, y no parece que esta tendencia vaya a cambiar pronto.
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