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La medición de extracciones de agua de La organización indica que el uso per cápita del país es de 1.988 metros cúbicos anuales, cifra cercana a triplicar el promedio de la Ocde
En medio de crisis hídrica por escasez de agua en los embalses que proveen a Bogotá, vale la pena conocer cómo es el consumo a escala global. De acuerdo con los datos de extracciones de agua que recopila la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, Colombia es el país con mayor consumo de agua frente a los miembros de la organización y otros estados incluidos en la medición.
El país lídera el ranking de extracción de agua con un consumo de 1.988 metros cúbicos anuales per cápita, con este nivel de uso del recurso hídrico, Colombia consume casi tres veces más que el promedio de los países miembros de la Ocde, que equivale a 738 metros cúbicos.
Para identificar para que se destina este volumen, se debe entender las extracciones como el agua que dispone el país para el suministro público, para riego, procesos industriales, refrigeración de centrales eléctricas, minas y drenaje; y se excluye de la medición al agua utilizada para la generación hidroeléctrica.
“Las extracciones de agua se definen como agua dulce extraída de fuentes subterráneas o superficiales, ya sea de forma permanente o temporal, y transportada a un lugar de uso. Si el agua se devuelve a una fuente de agua superficial, la extracción de la misma agua por parte del usuario aguas abajo se cuenta nuevamente al compilar las extracciones totales: esto puede dar lugar a una doble contabilización”, aclaró la Ocde.
Antes del uso promedio de la Ocde hay otros países que también son superiores en consumo. En el segundo puesto está Perú con 1.683 metros cúbicos per cápita usados al año, luego aparece Azerbaiyán con 1.257 m3, Armenia (1.063m3), Grecia (947m3), Turquía (762m3) y Estonia con 747 m3. Posterior a estos está otro latino, y el cual atraviesa una crisis de estrés hídrico, México, que consume 697 m3.
Julián Segura, director del área ambiental y de energías de la Universidad Ean, explica que el consumo de Colombia se ve reflejado principalmente en la agricultura y ganadería, el sector doméstico, y el sector piscícola.
Mientras que los sectores que menos consumen son construcción y servicios. Adicional al ámbito productivo, el director resalta que para entender esta medición, “es importante anotar que todos los seres humanos tenemos una huella hídrica, definida como el agua que se toma para satisfacer todas nuestras necesidades y no retorna de nuevo a los cuerpos hídricos. Debido a ello, para todos los procesos de producción y fabricación que se desarrollan en todos los sectores económicos del país, se suma la huella hídrica total y se calcula el consumo per cápita”, dijo Segura.
Al ver que en los dos primeros puestos en consumo están dos países suramericanos, es relevante señalar una relación entre el consumo con la disponibilidad del recurso. De acuerdo con Global Water Partnership, GWP, este continente posee 33% de los recursos hídricos del mundo, siendo Brasil el primer país con mayor cantidad de agua, pero luego de este aparecen Colombia y Perú.
Ana María Mora, ingeniera ambiental y bióloga, afirma que, “el hecho de que seamos tan ricos en agua hace que no haya preocupación por la disponibilidad del recurso. Muchos países quisieran tener la cantidad de páramos que tiene Colombia, mientras que nosotros estamos sin valorarlo y actuando poco en temas de gestión del riesgo”. Por lo cual, señala que estar de primero en el ranking también tiene un factor cultural sobre el cual se debe intervenir con pedagogía ambiental.
En este mismo sentido, señala que el panorama del país se ve reflejado en la capital, una ciudad que usualmente no se ve tan afectada por el fenómeno del niño frente a otras regiones, razón por la que los ciudadanos están acostumbrados a poder disponer del agua, mientras que en zonas rurales que se ven afectadas por el fenómeno o por temporadas de escasez, hay más cuidado del recurso. “Por eso las multas en Bogotá ante la crisis por el nivel de los embalses, si no se toca el bolsillo no hay conciencia”.
Esta diferencia entre las zonas que sufren más o menos por contar con el servicio de agua, muestra que aunque sea el país que consume mayor cantidad, este uso no es equitativo. “Aunque Colombia cuenta con una amplia red de embalses, represas y sistemas de riego, aún existen regiones del país que carecen de infraestructura hídrica adecuada para almacenar, distribuir y gestionar el agua de manera eficiente, no toda la población tiene acceso al agua potable.
Esto hace que también se puedan presentar conflictos por el acceso y el uso del agua entre diferentes actores, como comunidades locales, empresas agrícolas, industrias extractivas y autoridades gubernamentales”, explicó Segura acerca de cómo una problemática que en principio es ambiental trasciende al ámbito social.
Sumado al reto de infraestructura para el acceso equitativo de las personas, con la crisis climática se suman muchos más retos, el director señala que por ejemplo, ya es notable que se están afectando los patrones de precipitación y la disponibilidad de agua en diferentes regiones del país, incluyendo algunas en las que esta situación no era común, y a futuro el panorama no está más cercano volver a lo que se solía conocer sino a que se dificulten las condiciones climáticas y con ello la disponibilidad de recursos.
“La deforestación y la pérdida de cobertura vegetal contribuyen a la disminución de la capacidad de los ecosistemas para retener y filtrar el agua, esto nos puede llevar a sequías más frecuentes e intensas, así como a inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra, erosión del suelo y otros eventos climáticos extremos”, concluyó Segura, quien recalcó que considerando todas las posibles consecuencias, se debe garantizar la protección de los ecosistemas terrestres que juegan un papel fundamental en la disponibilidad del recurso hídrico.
Julián Segura, director del área ambiental y de energías de la Universidad Ean, indicó que “los sectores económicos también deben fortalecer su infraestructura para ser más eficientes con su consumo y disminuir su huella hídrica”, en este sentido, Colliers destacó la gestión eficiente del recurso hídrico en entornos corporativos, por lo que en medio de la crisis de desabastecimiento en Bogotá, recomendaron implementar sistemas de recirculación de aguas lluvias e instalación de sistemas ahorradores en griferías y equipamiento sanitario.
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