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Detrás del asenso de una de las mujeres más poderosas de la moda hay curiosidades que tocan incluso a la historia de Europa
Su crianza fue en un orfanato, pero acabó siendo una empresaria multimillonaria gracias a su olfato comercial, su estilo informal y vanguardista, sus diseños rompedores y, sobre todo, su perfume Chanel nº5.
Hija de un vendedor ambulante y de una campesina que murió con apenas 31 años, Gabrielle Chanel se crió entre orfanatos y monjas, pero su hogar durante los treinta últimos años de su vida fue el exclusivo hotel Ritz de París.
El proceso de transformación de Gabrielle a Coco lo protagoniza una artista revolucionaria, una de las mejores diseñadoras de la historia y una audaz e independiente empresaria con una visión comercial tan cristalina que fue capaz de dar un vuelco al armario de las mujeres de todo el mundo redefiniendo el concepto de elegancia y sencillez.
La joven Gabrielle comenzó a conocerse como Coco en los cabarets de la ciudad francesa de Moulins, donde cantaba para entretener al público hasta que consiguió abrir las primeras tiendas gracias a la ayuda financiera de su rico amante Arthur Edward Capel. Los éxitos más tempranos como diseñadora vinieron en forma de sus sombreros, que se hicieron muy populares.
Poco después, lanzó sus tiendas de moda caracterizadas ya por su estilo informal, sencillo y cómodo que rompía totalmente con lo que se llevaba hasta entonces, excesivo, opulento y fajado. La entusiasta acogida de su ropa le llevó a París, a protagonizar las portadas de las grandes revistas de moda y a vender también en EE.UU., donde llegó a vestir a las estrellas en las grandes producciones de Hollywood.
El rotundo éxito de su perfume Chanel nº5 acabó forjando definitivamente la leyenda Chanel, cimentada en la desbordante personalidad de la artista, que se codeaba con la alta sociedad y entre cuyos amantes figuraba el duque de Westminster, Hugh Richard Arthur Grosvenor. Celosa de su independencia, nunca se casó. Coco Chanel murió a los 87 años de un ataque cardíaco en el Ritz de París, muy lejos del recuerdo de la niña Gabrielle y del orfanato donde fue su crianza.
Coco Chanel vivió una vida de lujo y opulencia gracias al Chanel nº5 que lanzó en 1921 con el perfumista Ernest Beaux. La diseñadora quería vender el producto a gran escala, así que llegó a un acuerdo con el empresario judío Pierre Wertheimer para crear Parfums Chanel, por el que Wertheimer se quedaría con 70%; Théophile Bader, dueño de las Galerías Lafayette, con 20%; y Coco con solo 10%.
La diseñadora renegó durante años del pacto y vio la oportunidad de revertirlo con el ascenso nazi. Chanel puso de relieve su condición de "aria" para retomar el control de la compañía, pero Wertheimer, previendo lo que se avecinaba, había traspasado la propiedad de Parfums Chanel a su amigo Félix Amiot, que se la devolvió tras la guerra.
La batalla continuó hasta que la diseñadora cedió el control de la empresa a Wertheimer, que, a cambio, accedió a pagar royalties y US$400.000 en metálico y a sufragar de por vida los gastos de la artista. Los discretos y multimillonarios Wertheimer siguen siendo actualmente los dueños de Chanel.
Muchos diseñadores habían confeccionado antes vestidos negros, pero ninguno con el contundente mensaje que Chanel logró transmitir gracias a la prenda más popular del armario de las mujeres. Para la estilista francesa, el vestido negro representaba la democratización de la moda y la quintaesencia de la casa Chanel: sencillez, elegancia y autoridad.
Coco Chanel relanzó el vestidito negro en honor a su amante Arthur Edward Capel, un millonario británico que financió los primeros proyectos de Chanel y cuya muerte en un accidente de coche en 1919 dejó a la artista muy afligida. Fue así como nació "el vestido que todo el mundo usará", tal y como lo calificó la revista Vogue. Otras fuentes consideran que el vestido negro nació de sus recuerdos infantiles en un internado de monjas.
De la mano de la diseñadora, surgieron también otros productos icónicos como el bolso con cadena, los zapatos de punta colorida y los trajes de tweed para mujeres. El éxito de Chanel fue rotundo y traspasó fronteras, con muchas clientes estrella como Jackie Kennedy, la primera dama estadounidense, que iba vestida con un traje rosado de la diseñadora francesa cuando su marido, John Kennedy, fue asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963.
Tras la muerte de su fundadora a los 87 años, la casa Chanel sufrió para permanecer en la primera línea de la moda hasta que vivió nuevos años de gloria gracias a Karl Lagerfeld.
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