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Ecocopter se quedará como un negocio “entre familias”, después de 21 años, Eduardo Ergas decidió vender por US$ 36 millones
Un día antes del frente lluvioso que afectó a la Región Metropolitana a inicios de esta semana, en el Aeródromo Eulogio Sánchez Errázuriz ubicado en Tobalaba, hubo una celebración. Un cóctel que sirvió como cierre del acuerdo de compra-venta de Ecocopter, y un ritual que dio fin a los 21 años de historia de la familia Ergas sobre la operación de helicópteros. Además, se transformó en el inicio del capítulo de la familia Biesuz.
¿Quiénes son este clan Italo-brasileño que domina el negocio en la costa este y vienen ahora a probar suerte en el oeste? Humberto Biesuz, CEO de Helisul e hijo de un fundador, tiene la respuesta, “hoy los fondos de inversión nos dominan, y son gente sin cara. Una familia no, tú sabes quiénes son los miembros del clan”.
Helisul Aviaçao fue fundada en 1972 por dos hermanos provenientes de un pueblo brasileño llamado Sao Francisco de Assis en el Estado Rio Grande do Sul. Su lugar de origen queda a cinco horas de Foz de Iguazú, donde comenzó la mayor aventura del clan. Ambos pilotos, Eloy y Celso Biesuz, cansados de trabajar para aerolíneas, decidieron dar un paso más allá y crear una pequeña compañía para atender servicios de paseos turísticos para el Hotel das Cataratas del Grupo VARIG.
La idea era aprovechar las caídas de aguas para mostrar a los visitantes espectaculares vistas aéreas. Hoy, 52 años después, los fundadores recuerdan cómo lograron dar los primeros pasos con una flota de tres helicópteros. “Nosotros éramos todo: pilotos, mecánicos, todo”, sostine Eloy Biesuz en entrevista con DF MAS.
A partir de 1979, lo que partió siendo una “compañía pequeñita”, abrió sus alas, amplió sus horizontes y expandió sus servicios. El primer sitio turístico en su plan de expansión fue Río de Janeiro, con el Cristo Redentor como principal atractivo, y luego por otras ciudades brasileñas como Curitiba.
Durante esos años el crecimiento del negocio no fue sólo territorial, sino que también empezaron a surgir otras divisiones, más allá de los vuelos panorámicos. La demanda de helicópteros empezó a aumentar, lo que hizo que el perfil de sus clientes fuera más variado: ya no eran sólo personas que querían subirse a las aeronaves, sino que las empresas se dieron cuenta de su utilidad.
Eloy Biesuz rememora dijo que “la empresa fue creciendo con el día a día, lo que nos permitió ir comprando más máquinas, y más máquinas, a lo grande”.
Faenas mineras, compañías eléctricas, servicios de seguridad pública y policía, fueron algunos de sus principales clientes. La gracia de contar con una flota de helicópteros permitió entrar a territorios complejos como la selva del Amazonas, un bosque tropical de más de siete millones de kilómetros cuadrados, donde sus naves buceaban los más altos árboles para poder satisfacer a las demandas de empresas forestales.
“Hay una demanda por servicios aéreos tremenda, que supera la cantidad de helicópteros disponible en la región. Creo que seremos uno de los actores más relevantes de Latam, lo que nos permitirá ser muy competitivos”, indica Marcelo Rachjman, CEO de Ecocopter.
La ambición no se acabó en el rubro de los helicópteros. Eloy y Celso incursionaron con una línea aérea -llamada del mismo modo-, pero optaron por venderla en 1999 a TAM, unos 13 años antes de que ésta se fusionara con Lan y dieran vida a la multinacional Latam.
Con 20 mil horas de vuelo en el cuerpo y más de 50 años en el negocio, en 2020 ambos hermanos dieron un paso al costado y le traspasaron sus cargos a lo que vendría siendo la segunda generación: sus hijos Humberto, Pedro y Bruno.
Actualmente Humberto Biesuz, con 25 años, es el nuevo CEO de Helisul y trabaja de la mano con su primo, Bruno Biesuz, quien asumió como COO de la empresa. Ambos son la cara visible y manejan el negocio. De hecho, estos primos rescatan de sus padres “la dedicación que tuvieron ellos”.
Aun habiendo traspasado el mando de la empresa a sus primogénitos, Eloy y Celso Biesuz no han logrado bajarse de los helicópteros. El próximo mes, los pilotos traerán -volando- siete unidades, recién compradas, desde Miami a Brasil. Esta adquisición es parte de un contrato nuevo de medio ambiente entre Helisul e Ibama.
Según Marcelo Rajchman, CEO de Ecocopter, el mundo de los helicópteros es un pañuelo, todos se conocen entre todos, tanto así que sostiene que “esto se nota cuando uno va a la feria mundial de helicópteros, que es una vez al año y en medio día la recorriste entera”.
Hace dos años comenzaron los acercamientos entre los dueños de Helisul y Eduardo Ergas, con la idea de una posible compra de Ecocopter. Sin embargo, no fue hasta 12 meses atrás que el plan comenzó a tomar forma.
En ese sentido, fue Ecocopter quienes se aproximaron a Helisul. “Lo que pasó fue que el crecimiento de Ecocopter, hasta ahora, había sido muy orgánico. Abrimos oficinas en Perú y en Ecuador, nos estaba yendo muy bien, pero para dar el siguiente paso en la región ya necesitábamos un partner de otro nivel”, asegura el ejecutivo.
“El siguiente paso ya no podía hacerse solito”, destaca Rajchman. Por eso, empezaron a buscar un socio por todo el mundo. En un inicio miraron Europa y luego Estados Unidos, pero se dieron cuenta que “por cultura”, el mejor partner estaba a la vuelta de la esquina.
Fue así como Ecocorp encontró a su “parceiro” ideal, dicen los brasileros para definir que son compañeros en el negocio.
“Además de la flota, porque ambas empresas trabajan con Airbus, que es muy similar y hay una sinergia natural, existe una cultura del cuidado de la gente que para nosotros es muy importante, porque es familiar”, asegura Rajchman.
Con esta compra, ambas empresas ganan tamaño y una representación del mercado mucho más fuerte, según Humberto Biesuz, pudiendo así hacerle la competencia a sus rivales americanos y europeos, además de satisfacer de mejor manera la demanda de sus clientes.
“Hoy hay una demanda por servicios aéreos tremenda. De hecho, supera la cantidad de helicópteros disponible en la región. Este mercado es muy fragmentado, con empresas que tienen tres naves cada uno. Creo que seremos uno de los actores más relevantes de Latinoamérica, lo que nos permitirá ser muy competitivos”, indica Rachjman.
A su vez, aseguran que de esta forma la región no va a tener que depender de otras empresas extranjeras. “Hoy hay escasez de flota suficiente y en general los helicópteros vienen a Sudamérica desde Europa o Estados Unidos, pero la logística se está haciendo muy compleja”, menciona Rachjman, quién se hará cargo de las operaciones en Chile.
La compra del 100% del negocio de Ergas le significó a la familia Biesuz más de US$36 millones, siendo esta la primera primera adquisición internacional de Helisul y la que lo termina por convertir en el gigante de servicios aeronáuticos de Sudamérica.
Antes de esta operación, Helisul tenía ventas por US$150 millones y 58 aeronaves, helicópteros y aviones.
En tanto, Ecocopter tenía ingresos po US$40 millones y 23 helicópteros. Tras la transacción, formarán una compañía con 1.000 personas y 81 naves, con las cuales buscan no sólo funcionar en sus mercados de origen, sino que expandirse por toda la región.
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