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Reuters
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El país ha venido descendiendo en el ranking de percepción de corrupción de Transparencia Internacional, el año pasado tuvo peor puntaje
El candidato anticorrupción Bernardo Arévalo logró la presidencia de Guatemala tras ganar con una ventaja de poco más de 20 puntos porcentuales a la exprimera dama Sandra Torres el balotaje del domingo, de acuerdo a cifras oficiales preliminares, un resultado que iniciaría una nueva era en el país acosado por la corrupción y el autoritarismo.
Con 98,2% de las actas procesadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Arévalo, un diplomático de carrera de 64 años, cosechaba el 58,6% de los votos y Torres, de 67 años y vista como representante del statu quo, tenía el 36.7%.
En la última década, Guatemala ha venido descendiendo en el ranking de percepción de corrupción de la ONG Transparencia Internacional hasta alcanzar el año pasado su peor calificación y ubicarse en el puesto 150 de 180 países.
El nuevo presidente de Guatemala asumirá el poder a principios de 2024 mientras la violencia y el alto costo de vida azotan al país, provocando que se haya convertido en el principal expulsor de migrantes centroamericanos a Estados Unidos. La ONU estima que más de 1,3 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos, la mitad de ellos de forma irregular.
"¡Nos hacen soñar! Nos emocionan (...) y pensar que ya todo se creía perdido", dijo Dulce Santiago en Ciudad de Guatemala.
"No nos defrauden", agregó.
El hijo del exmandatario Juan José Arévalo (1945-1951) cosechó simpatías con sus promesas de erradicar la corrupción, aumentar la cantidad de policías, mejorar la generación de empleo y combatir el cambio climático.
Un probable gobierno de Arévalo buscaría aumentar el gasto, particularmente en salud y educación, y priorizaría una ambiciosa agenda de transparencia, dijo la consultora Eurasia.
Arévalo debería tomar las riendas de Guatemala el 14 de enero del próximo año pero analistas aseguran que "no la tendrá fácil".
"Hay muchos sectores que históricamente han tenido el poder (...) y buscarán desestabilizar al nuevo gobierno", opinó Ana María Méndez, directora para Centroamérica en la organización de investigación WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos).
Arévalo lidiará con un Congreso fragmentado y donde ninguna fuerza tiene amplia mayoría. Semilla cuenta con 23 de 160 escaños, mientras que el partido de Giammattei es la principal fuerza política con 39 curules, seguido de la UNE -de Torres-, con 28 asientos.
"Es muy complejo el país que estaría recibiendo Arévalo. Tendrá un gobierno de transición porque los cambios en pobreza, derechos económicos, sociales y culturales en Guatemala son temas estructurales que, en cuatro años, ningún gobierno podría cambiar", agregó Méndez. "Sin embargo, Arévalo sí podría sentar las bases".
Su sorpresivo segundo puesto en la primera vuelta de junio provocó llamados de los opositores a recuentos que retrasaron los resultados oficiales. Su partido fue suspendido brevemente a pedido de un fiscal antes de que el tribunal supremo del país revocara la prohibición.
El saliente mandatario, Alejandro Giammattei, prometió garantizar una votación pacífica y una transición ordenada del poder luego de que la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, pidiera respetar las reglas democráticas.
La noche del domingo, Giammattei felicitó a Arévalo y lo invitó a iniciar una "transición ordenada" al día siguiente de que los resultados queden oficializados.
Tras pasar al balotaje, Arévalo dijo que, de ganar, expandirá las relaciones con China, lo que supondría un cambio de política en el país centroamericano que mantiene lazos con Taiwán, algo que podría enfurecer a su mayor socio comercial, Estados Unidos, un aliado de la isla gobernada democráticamente.
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