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Erdogan, quien ha dominado la política turca durante 15 años, destacó que los nuevos poderos del Ejecutivo son vitales.
Tayyip Erdogan juró el lunes nuevamente como presidente de Turquía, asumiendo el control del país con los fuertes poderes que consiguió en un referéndum el año pasado y que selló con una reñida reelección hace dos semanas.
Erdogan, quien ha dominado la política turca durante 15 años, destacó que los nuevos poderos del Ejecutivo son vitales para impulsar el crecimiento económico, garantizar la seguridad después de un fallido golpe militar en 2016 y proteger al país de los conflictos en Siria e Irak.
“Como presidente, juro por mi honor e integridad, ante la gran nación e historia turca, trabajar con toda mi fuerza para proteger y exaltar la gloria y el honor de la República de Turquía”, dijo Erdogan al Parlamento al prestar juramento.
Sus partidarios lo ovacionaron de pie durante un minuto después de la ceremonia, aunque algunos legisladores opositores permanecieron sentados o no aplaudieron cuando juró.
La lira, que ganó más temprano el lunes más de un 1 por ciento frente al dólar a 4,51 unidades, retrocedió brevemente luego de que un decreto gubernamental eliminó una cláusula que estipula un mandato de cinco años para el gobernador del banco central. Un consejero de Erdogan dijo más tarde que el mandato del gobernador se mantendría en cinco años.
La introducción del nuevo sistema presidencial marca la mayor revisión en el Gobierno desde que se fundó la República turca tras la caída del Imperio Otomano hace casi un siglo.
El cargo de primer ministro fue eliminado y el presidente ahora podrá elegir a su propio gabinete, regular los ministerios y despedir a funcionarios públicos sin la aprobación parlamentaria.
Al pronunciar su discurso frente al palacio presidencial en Ankara, y marcar la introducción de una nuevo gobierno con amplios poderes, Erdogan dijo que la primera reunión de su nuevo gabinete se realizará el viernes y prometió avances en todas las áreas, desde los derechos humanos hasta la inversión.
Los partidarios de Erdogan ven los cambios como una recompensa justa para un líder que ha puesto los valores islámicos en el centro del interés público, además de defender a las clases trabajadoras y liderar años de fuerte crecimiento económico.
En contraste, la oposición asegura que las medidas impulsadas por Erdogan son autoritarias, ya que erosionan las instituciones seculares establecidas por el fundador moderno de Turquía, Mustafa Kemal Ataturk, y las alejan de valores occidentales como la democracia y la libertad de expresión.
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