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el líder de La Casa Blanca aceptó los US$1.375 millones que ayer le ofreció el Legislativo y además estableció el estado de emergencia en el país .
En la búsqueda de construir un muro fronterizo con México, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, libró una batalla sin cuartel contra el Congreso, lo que en consecuencia hizo que el país atravesara el cierre de gobierno más largo en su historia reciente, que según los expertos, habría dejado US$33.500 millones en pérdidas, lo que equivale a US$958 millones diarios.
Para evitar nuevamente esta situación, el líder de La Casa Blanca aceptó los US$1.375 millones que ayer le ofreció el Legislativo y además estableció el estado de emergencia en el país para completar los US$5.700 millones que pidió desde un principio.
“Construir una muralla en la frontera fue la principal promesa de campaña que hizo el Presidente, de ahí radica su insistencia en hacerla. Con base en las cifras, la puja entre los parlamentarios y el gobierno ya excedió los costos del muro, que llegarían a US$22.500 millones”, dijo Rüdiger Bachmann, profesor de economía en la Universidad de Notre Dame.
Con el país bajo estado de emergencia, el presidente republicano podrá relevar al Congreso en sus funciones de asignar el presupuesto y tendría la libertad de modificarlo en aras de proteger a la nación. Un mecanismo reservado para situaciones críticas como el suceso de un desastre natural o una guerra militar con otro territorio.
“Si bien esta estrategia evita un nuevo cierre de gobierno, también es un mensaje vigoroso por parte de La Casa Blanca que se resiste a dejar pasar el muro al olvido. Esta movida no es usual en la democracia estadounidense y representa un mal antecedente para la historia”, dijo Richard H.K Vietor, profesor de economía en la Universidad de Harvard.
Con base en el dinero que se necesita para construir el muro y su longitud, el presupuesto que habilitó el legislativo apenas alcanza para cercar 88,5 kilómetros de los 1.850 kilómetros que quiere rodear el Presidente.
“Las concesiones del Congreso ni siquiera se acercaron a lo que esperaba La Casa Blanca, por lo que esto podría ser una jugada del Gobierno para disimular su derrota. En adelante, se espera que la decisión pase a los estrados de las altas cortes y se debata jurídicamente la procedencia”, añadió Vietor.
Los expertos coinciden en que la decisión es propia de un autócrata y no tienen ningún tipo de precedente en la historia de los Estados Unidos.
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