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Aunque el recorrido de la RMV ha ido en aumento; los especialistas aseguran que no se vincula con un fructífero análisis económico
Hoy la suma oficial es de S/1.025 (US$270,25), pero las cantidades que han circulado entre propuestas son de US$342,76 y US$395, lo que representaría un incremento de, al menos, 25%.
Aunque el recorrido de la RMV, de acuerdo con la data del Banco Central de Reserva del Perú, Bcrp, ha ido en aumento; los especialistas aseguran que la tendencia no se vincula con un fructífero análisis económico. Lo hace, más bien, con un panorama de agitación social y política.
Paola Herrera, economista de Instituto Peruano de Economía, IPE, y Miguel Jaramillo, economista de Grade, comparten sus perspectivas con diario Gestión.
Ambos economistas ponen sobre la mesa la desaprobación del Gobierno. Incluso Datum Internacional recoge este resultado en su última encuesta: 92% desaprueba la figura de la presidenta, mientras que, en algunas regiones del país en el sur, esta es mayor: sube a 94%. La percepción peruana, por tanto, se convierte en un elemento de interés en la esfera política.
“Ahora que el tema está en manos del Mtpe, va a ser mucho más probable que la decisión esté ligada a factores políticos. Que es, en realidad, mantener lo que ya se ha visto en años anteriores: la gran mayoría de aumentos de salarios mínimos en las últimas décadas han sido siempre por factores políticos, porque han estado en épocas electorales o de baja aprobación presidencial”, dice Paola Herrera.
Añade que adoptar un incremento bajo esta circunstancia afecta los costos de empresas que
todavía no se recuperan de la crisis, como las del agro y turismo.
Irremediablemente, asegura, la contratación en estos sectores se perjudica. Su colega Jaramillo llega a una conclusión similar: “La decisión del salario mínimo no se basa en fundamentos técnicos y económicos, es una decisión política”. El especialista manifiesta que la actual administración gubernamental se encuentra en crisis y busca “tribuna”.
En el contexto actual, un aumento del salario mínimo reduciría la probabilidad de que haya mayor empleo, precisan los profesionales. Las condiciones para ampliar la RMV en un país tan heterogéneo como el Perú tienen que ver con los niveles de inflación y la productividad laboral. Esta última se redujo tras la pandemia.
“Incrementar el salario mínimo en general va a significar aumentar la valla para aquellos trabajadores más vulnerables, los más jóvenes, los que tienen menos experiencia laboral y menor rango educativo”, recuerda Herrera.
Puntualiza que los aumentos con poca predictibilidad complican la planificación de los costos de las empresas, lo que podría fomentar que los trabajadores formales pasen la línea y se conviertan en informales.
Propone, entonces, que la revisión de los incrementos del salario mínimo debería estar programada “para saber si con una fórmula o una regla se aumenta o no el salario mínimo”. “Pero lamentablemente no se ha demostrado que se ha seguido esa regla, no tenemos un periodo definido de cada cuánto tiempo se realiza”, acota a propósito de la inclusión de este tema en coyunturas de poca aceptación gubernamental.
Ante la necesidad de destinar más dinero para cubrir salarios, muchas micro y pequeñas empresas podrían optar por la informalidad, pronostican los economistas.
Jaramillo cree que lo más oportuno sería exonerarlas de implementar este aumento. “Que no aplique a empresas de menos de 50 trabajadores, por ejemplo. Si no quieres perjudicarlas, esa es la mejor manera. Una consideración adicional: la principal guía para cambios en el salario mínimo debería ser cuánto se está pagando en el sector informal, porque allí hay mayor juego de oferta y demanda. Algo más parecido a un mercado de libre competencia”, razona el economista.
E insiste en que la trayectoria de los salarios en el ámbito informal se muestra como una radiografía más fiel de lo que necesita la dinámica laboral.
Tras una revisión de los últimos 12 meses del empleo en Lima Metropolitana, se observa que la tasa de crecimiento en las empresas de 1 a 50 trabajadores varía entre 3% y 5%. Al respecto, Herrera explica que este resultado responde a que, ante un panorama todavía en recuperación, no se están generando empleos de buena calidad.
“Es el resultado de que el mercado laboral ha sido golpeado por la pandemia y también por la recesión. Los trabajadores no encuentran oportunidades laborales más adecuadas en empresas más grandes, donde los salarios son mejores, más formales. Por tanto, han tenido que recurrir en mayor proporción a empresas más pequeñas, donde probablemente tengan salarios más bajos y contratos temporales”, argumenta.
No obstante, Jaramillo advierte que el Perú es un espacio de diversidad y que lo que ocurre en Lima no necesariamente pasa en otras regiones.
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