Conductores sin vacuna, otra presión más a la cadena de suministro en Norteamérica

El pasado 15 de enero entró en vigor la ley federal canadiense que limita el acceso de los conductores de camión al país, a aquellos que se encuentren completamente vacunados contra el covid-19. Una semana más tarde, el 22 de enero, Estados Unidos tomó una decisión en la misma dirección para quienes crucen desde México y Canadá. La medida, que busca frenar el aumento en la tasa de contagio por cuenta de la variante Ómicron, podría tener un impacto en el flujo normal de mercancías en Norteamérica. No solo por el número de transportadores no vacunados, sino por las protestas que han comenzado a surgir.

Desde hace una semana, camioneros de diversas partes de Canadá iniciaron una movilización hacia el Parlamento de Ottawa. La caravana, que ha sido denominada ‘The Freedom Convoy’, ha recibido el apoyo de otros grupos en contra de la vacunación obligatoria. Hasta el momento, la iniciativa ha recaudado cerca de US$4.5 millones a través de la plataforma GoFundMe. Los organizadores aseguran que por cuenta de la nueva normativa se están afectando sus derechos laborales y demandan su eliminación.

Según datos de la Canadian Trucking Alliance y American Trucking Associations, cerca de 26.000, de los 160.000 conductores que hacen viajes regulares a través de la frontera entre Canadá y Estados Unidos no podrán volver a realizar dichos trayectos por no estar vacunados. En la práctica, esto se traduciría en una reducción del 16% de la fuerza laboral, generándose una presión adicional a este sector, que desde antes de la pandemia ya registraba una significativa escasez de trabajadores.

La situación genera temor por el impacto que tendría un menor número de conductores en la cadena de abastecimiento. Sobre todo, en el aumento en el costo de vida, que en Canadá es el más alto desde 1991, ubicándose en cerca del 5% anual. Usando este argumento, sectores políticos en oposición al gobierno federal han criticado la normativa.

“La política de vacunas del gobierno está vaciando los estantes de los supermercados y disparando los precios de los alimentos”, señaló al respecto de la situación el parlamentario conservador Pierre Poilievre.

Ante estos señalamientos, el primer ministro Justin Trudeau defendió la medida. “Casi el 90% de los camioneros en Canadá están vacunados. Lamento que políticos conservadores estén en proceso de avivar los temores de los canadienses sobre la cadena de suministro. La realidad es que la vacunación es la forma en que superaremos esto”, fue la respuesta del mandatario.

Por su parte, la Canadian Trucking Alliance, que públicamente rechazó la movilización de camioneros hacia Ottawa, hizo un llamado a los conductores para que no generen más presión al sistema de transporte de carga. “Esta regulación no va a cambiar, así que, como industria, debemos adaptarnos y cumplir con este mandato.

La única forma de cruzar la frontera, en un camión comercial o cualquier otro vehículo, es vacunarse”, sostuvo el presidente de la CTA, Stephen Laskowski.

El requisito de estar vacunado para ingresar a Canadá y Estados Unidos revive el debate alrededor de hasta qué punto la obligatoriedad de la vacunación puede afectar las libertades o el derecho al trabajo.

En este sentido, vale la pena destacar que Canadá es el país con el mayor índice de libertad individual en América, al tiempo a nivel mundial está en el ranking de las naciones más libres. Desde que la vacuna tiene acceso universal en el país, el gobierno federal, en cabeza del partido liberal, ha acompañado la idea de que los empleadores son libres de exigirles a sus trabajadores el requisito de estar vacunados. En caso de que estos no acepten las nuevas condiciones, el despido se considera como justa causa. De igual forma ha ocurrido en el sector público, incluyendo a quienes trabajan prestando servicios de salud.