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La soberanía de doce territorios en el mundo se encuentra actualmente en disputa. Desde intereses económicos hasta políticos y estratégicos se juegan en conflictos que llevan años sin definirse e incluso han desatado guerras. Algunos, por falta de acuerdos, terminan en organismos internacionales, tomando decisiones vinculantes, sin que en todos los casos se acaten de inmediato.
Se podría decir que todas las naciones del mundo en algún momento de la historia han tenido una disputa territorial y la mayoría se debe a que los colonizadores maltrataron los límites, hubo apropiación de territorios a partir de guerras o simplemente no ha habido una delimitación precisa.
“Muchos de los problemas se basan en el trazados de límites, por ejemplo el caso del norte de África, donde los límites fueron hechos desde Londres en líneas rectas, sin tener en cuenta la idiosincrasia de los pobladores”, explicó Ricardo Abello, investigador en Derecho Internacional en la Universidad del Rosario.
Entre las causas de los conflictos actuales también está que dos países tuvieron soberanía en algún momento sobre un territorio (China- Japón), hubo pasados bélicos (Chile, Perú y Bolivia), o reclamos tras la independencia de un pueblo (Guyana-Venezuela).
Resulta además que la mayoría de estas zonas son ricas en recursos naturales. Islas Diaoyu, como se les denomina en China, o Senkaku, en Japón, tienen importantes reservas de gas y petróleo alrededor de los ocho islotes. En el conflicto de Nicaragua con Costa Rica, el primero reclama la Isla de Portillos, considerada la zona con mayor biodiversidad perteneciente a San José.
La extensión territorial no es lo fundamental. Hay grandes zonas en disputa como el Lago Nyassa, el noveno más grande del mundo, con 29.600 kilómetros cuadrados, el cual está está en litigio entre Tanzania y Malawi. También hay zonas muy pequeñas, como las islas Dokdo, para los surcoreanos, o Takeshima, para los japoneses, que tienen una superficie de 0,18 kilómetros cuadrados. Sin embargo, se prevé que en su mar territorial haya yacimientos de gas natural, además de servir como base militar para Seúl.
Según Eduardo Kronfly, profesor de la Universidad Sergio Arboleda, los conflictos se dan esencialmente por obtener la soberanía sobre un territorio, pues esta “genera diferentes derechos, no solo de explotación de recursos, sino que se pueden realizar, por ejemplo, acuerdos bilaterales”.
Organismos internacionales
Seis de los conflictos territoriales actuales se encuentran en la Corte Internacional de Justicia de La Haya y uno más en la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU. Los demás están siendo resueltos en forma bilateral o persiste la tensión entre los países en disputa.
Sin embargo, entre los Estados que aún no han llevado los conflictos a un organismo internacional, existe la amenaza de una de las partes de someter la disputa a una decisión de un actor externo. Ese es el caso de Bolivia y Chile, en donde Evo Morales aseguró hace poco que llevaría el caso ante La Haya por la “imposibilidad de Santiago de sentarse a negociar”. Así mismo, Japón ha hecho llamados en diferentes oportunidades para aceptar la jurisdicción de la CIJ en su disputa con Corea del Sur, pero Seúl se ha negado al argumentar que eso sería reconocer que la soberanía sobre las islas está en entredicho.
Para Mauricio Jaramillo, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, “se ha sobredimensionado el papel de la Corte para dirimir estos conflictos, pues el papel del organismo es de facilitador y en el fondo las cosas dependen de la buena voluntad de los Estados”.
El analista agregó que por ejemplo en el conflicto Nigeria-Camerún, La Haya le concedió la península de Bakassi a este último en 2002, pero el Senado nigeriano no lo reconoció y sólo hasta 2008 se hizo entrega del territorio.
Una cuestión de orgullo y no sólo de economía
Pese a que la mayoría de territorios en disputa tienen amplios recursos para explotación, su valor político y nacionalista es lo más importante a la hora de dar la pelea.
“Todos estas extensiones tienen una dimensión simbólica, un papel vital, que a veces hace que la gente le de mucha importancia. Por ejemplo, en el país hay personas que ni siquiera dependen económicamente del territorio pero por pura dignidad dicen que Colombia no puede acatar el fallo con respecto a Nicaragua”, explicó el internacionalista Mauricio Jaramillo, quien dijo que lo mismo pasa con China, que tiene muchos “traumas” de guerra y el litigio de las islas en un asunto de dignidad nacional.
Las opiniones
Mauricio Jaramillo Jassir
Profesor de relaciones internacionales de la U. del Rosario
“Los litigios de Chile con Perú y Bolivia tienen un trasfondo histórico de guerra que los hace muy diferentes al que separa ahora a Colombia y a Nicaragua”.
Ricardo Abello
Profesor de derecho internacional en la Universidad del Rosario
“Todos los conflictos se han tratado de arreglar primero bilateralmente y luego se va a un tribunal, pero esa no es necesariamente la forma más eficaz de resolverlos”.
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