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La inflación alimentaria global persiste con un impacto en América Latina y varias regiones del mundo; sin embargo, los expertos esperan una moderación
Los últimos datos mensuales del Banco Mundial muestran que la inflación en los alimentos continúa siendo alta alrededor del mundo. La información de los últimos meses, entre febrero y mayo, demuestra que este índice sigue por encima de 5% en 61,1% de los países de renta baja, 79,1 % de los países de renta media-baja, 70% de los países de renta media-alta, y 78,9% de las economías de renta alta. Incluso, muchos experimentan una inflación de dos dígitos.
Venezuela lidera la lista con una inflación de 414% interanual; le sigue Líbano con 304%; Zimbabue con 256%; Argentina con 118%; Surinam, 71%; Egipto, 66%; Sierra Leona, 56%; Turquía, 54%; Ghana, 52%; y Haití, 48%.
Una de las preocupaciones que se manifiesta en el informe es que la inseguridad alimentaria se mantenga como está debido a aumentos en los costos de los insumos de los productos agrícolas. Una subida de los precios en los fertilizantes puede conducir a un aumento en los precios de los alimentos.
También se mencionan los riesgos que puede suponer la suspensión de la iniciativa de cereales del Mar Negro, el único incentivo para la producción agrícola en Ucrania, que ayudó a estabilizar los precios de los alimentos. El lunes, Rusia se retiró de facto del acuerdo, además de informar que no lo va a renovar por las tensiones geopolíticas. Con este acuerdo, Ucrania podía exportar de forma segura granos a través del Mar Negro hasta el estrecho de Bósforo, en Turquía.
Lo que dicen los expertos es que a pesar de estos datos, la inflación ha dado señales de moderación. “La inflación de alimentos ha venido descendiendo a nivel global, cayendo de variaciones de doble dígito a solo uno, como resultado de la reducción que han presentado el precio de los fertilizantes, insumos y commodities posterior al inicio de la guerra en Ucrania”, explicó Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa.
Por esta misma senda, David Cubides, director de Investigaciones Económicas en Alianza, señaló que “si bien todavía (la inflación) se encuentra en niveles relativamente altos frente a la historia, se ha dado una moderación y se espera que lo que resta de este año y en 2024 se siga consolidando la tendencia”.
El hecho de que la inflación de los alimentos se mantenga por encima de 5% en varios países del mundo es debido a que esta cifra aún incorpora datos de los meses donde se vivieron picos de inflación altos. Así lo comenta Felipe Campos, director de investigaciones de Alianza Fiduciaria. “Para que se limpien esos efectos (de inflación alta) tiene que pasar agosto y septiembre de este año. Cuando pasen esos meses ya no vamos a tener incorporados ninguno de esos datos altos del choque anterior. Seguramente se verán cifras mucho más moderadas o incluso llegando a ceros”.
Específicamente para Colombia, estas son buenas noticias porque “menores presiones inflacionarias a nivel externo también van a verse traducidas en menores presiones inflacionarias locales”, agregó Cubides. Un aumento en la confianza de otras divisas junto a unas tasas de interés que parecen comenzar a disminuir han detenido el alza del billete verde, lo que reduce el precio de los insumos y alimentos importados en el país.
El panorama en América Latina
En la región latinoamericana, de acuerdo a los datos publicados por el Banco Mundial, la inflación alimentaria durante junio fue liderada por Venezuela, Colombia y Perú, con una variación de los costos de alimentos y bebidas no alcohólicas de 414,4%, 14,3% y 12,9%, respectivamente.
De Argentina, el Banco Mundial no tuvo datos para junio, sin embargo, ya lleva varios meses con una tendencia de la inflación en los alimentos de 30% o más, que se puede explicar por los bajos rendimientos de maíz y soya, producto de una “helada temprana que experimentó el país a mediados de febrero, junto con déficits de agua y calor extremo durante las etapas críticas de crecimiento” como se lee en el informe.
Surinam también lleva una inflación de más de 30% que no ha hecho más que aumentar durante los meses previos a junio.
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