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La corporación estatal posee en la zona 3.414 pertenencias mineras en una superficie de poco más de 17.000 hectáreas
Boquerón Chañar es un yacimiento de Corfo con reservas de unos 300 millones de toneladas de hierro, emplazado en la comuna de Vallenar, provincia de Huasco, en la Región de Atacama.
La corporación estatal posee en la zona 3.414 pertenencias mineras en una superficie de poco más de 17.000 hectáreas. Y según el ministro de Economía, Nicolás Grau, en 2025 el Gobierno abrirá una licitación internacional para adjudicar ese enclave ferroso de manera que alimente la industria del acero verde en Huachipato, la usina que cerró el pasado 15 de septiembre tras 74 años de funcionamiento.
De acuerdo al titular de Economía, esta operación minera puede reactivar la siderúrgica en condiciones competitivas.
“Si uno tomara la viabilidad económica de un proyecto de producción de acero de manera aislada, eso por supuesto que es desafiante en el caso de Chile. Pero lo que nosotros estamos planteando es que, dada la pertenencia que tiene Corfo de esta mina de hierro, vamos a licitar la operación de esa mina de hierro, con la condición de que parte de ese hierro tenga que ser utilizado para la producción de acero verde”, afirmó el ministro.
“La viabilidad financiera de ese proyecto no va a estar dado solo por la producción de acero, sino por la combinación de estas dos cosas”, aseveró Grau.
Esta licitación es parte del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío anunciado por el Gobierno el pasado 16 de septiembre y que, entre otras medidas, considera destrabar inversión privada por US$6.800 millones, así como impedir que los proveedores de la siderúrgica penquista cesen sus operaciones.
Dicho plan también considera que Huachipato, que anunció su cese indefinido el 6 de agosto y que apagó el alto horno de la usina el 15 de septiembre, vuelva a operar de manera competitiva dado que cerró al no poder hacer frente a la competencia de las siderúrgicas chinas, que producen con mejor tecnología, a mayor escala y a precios menores.
Para Grau, la forma de concretar esa aspiración es mediante el llamado “acero verde”, es decir, producción siderúrgica competitiva y ambientalmente sostenible.
Dado que el plan del Gobierno es que el Biobío vea el renacer de Huachipato en el más corto plazo posible, el secretario de Estado dijo que en 2024 harán los estudios pertinentes para abrir la convocatoria y adjudicar la mina de hierro en 2025, con el proceso encadenado a la producción de hidrógeno verde y, con este, combustible, fabricar acero.
“Nosotros estamos conscientes de que, sobre todo por el estado de ánimo de la Región del Biobío, es relevante que se vean efectos en el corto plazo”, señaló el ministro de Economía. “Lo relevante es tener una estrategia realista que reconociendo lo que ha funcionado y lo que no ha funcionado en esta materia en el país, podamos nuevamente producir acero en Chile”, aseguró Grau.
“Estamos convencidos de que las condiciones en Chile para producir acero verde son especialmente ventajosas dada la posibilidad de justamente producir hidrógeno verde (combustible para la siderúrgica) a bajo costo”, detalló Grau.
“Sin ir más lejos, a pesar de que CAP paró de forma indefinida su producción de acero, no ha detenido su proyecto de acero verde porque siguen considerando que nuestro país tiene condiciones favorables para ello”, precisó.
“Lo que hace esta esta medida es justamente proponer un camino realista, concreto, bien específico de cómo hacer, de cómo lograr esa producción de acero en un mediano plazo”, explicó el ministro.
Grau declaró que el Gobierno es un firme partidario de la producción industrial: “Genera empleos de calidad, produce relaciones entre empresarios y trabajadores distintas, que permiten, como en el caso del Biobío, que los trabajadores también incidan en discusiones más amplias respecto del desarrollo productivo del lugar donde están... son procesos productivos generalmente más complejos, con más sofisticación, que le permiten al país estar más preparado para desafíos difíciles de predecir como los relacionados con el cambio climático”, planteó.
El ministro de Economía explicó que el proceso culminó y lo mismo ocurrió con las sobretasas arancelarias impuestas por la Comisión Antidistorsiones a barras y bolas de acero de la nación asiática. Y si otra empresa, como Molycop, insiste en que hay distorsiones en este mercado, debe iniciar un nuevo proceso con la correspondiente acusación.
Pero, precisó, “hay distintos elementos que considerar: uno es la existencia de dumping y otro es la existencia de daño en la economía nacional”.
Grau dijo que “a propósito del cierre de Huachipato, esa existencia de daño cambió de forma fundamental. Entonces, el dumping puede seguir existiendo, pero lo que tiene que evaluar la Comisión es el nivel de daño que existe de manera tal de de si amerita o no esas medidas específicas que se habían tomado con anterioridad”.
Hizo ver que el proceso del acero chino “no fue una investigación que haya decidido el Gobierno, fueron las empresas quienes lo solicitaron” y si dichas compañías “nuevamente creen que hay otro tipo de antecedentes, tienen que hacer esa presentación ante la Comisión Antidistorsiones”.
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