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Funcionarios de la Casa Blanca han exigido que acelere las salidas del sobrecargado sistema de albergues para liberar espacio para los niños
Los principales asesores del presidente Joe Biden están aumentando la presión sobre la agencia que alberga a miles de niños migrantes no acompañados, expresando su frustración por el hecho de que no están siendo liberados lo suficientemente rápido, dijeron tres funcionarios estadounidenses.
En llamadas diarias al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y otras agencias, los funcionarios de la Casa Blanca han exigido que acelere las salidas del sobrecargado sistema de albergues para liberar espacio para los niños que se encuentran hacinados en las estaciones de la patrulla fronteriza, dijeron las fuentes.
El HHS se encarga de alojar a los niños migrantes y de examinar a los posibles patrocinadores estadounidenses, a menudo padres y familiares cercanos, que pretenden acogerlos.
La presión sobre el HHS se da en momentos en que el gobierno se esfuerza por abrir refugios para albergar a los niños -en su mayoría procedentes de América Central- que están cruzando la frontera en un número récord, lo que profundiza una crisis humanitaria que es una de sus primeras grandes pruebas para Biden en el cargo.
Los principales asesores de la Casa Blanca que ejercen presión sobre el HHS son Susan Rice, la asesora de política interna de Biden, y Amy Pope, una asesora de migración contratada para ayudar a lidiar con la situación en la frontera sur, dijeron dos funcionarios. Todos estaban familiarizados con el asunto y hablaron bajo condición de anonimato.
Rice, en particular, ha presionado al HHS por lo que considera un ritmo inaceptablemente lento de entrega de niños a los patrocinadores, dijeron los tres funcionarios.
Mientras que el total de niños bajo la custodia del HHS ha crecido más de un 65% entre finales de marzo y mediados de abril, superando los 19.000, el número liberado de los refugios se ha mantenido en torno a los 300 por día, según un análisis de Reuters de los datos del gobierno.
"Todo el mundo está trabajando sin descanso, y hay un gran problema de moral" en el HHS, dijo uno de los tres funcionarios. "Son personas que se sumaron para ayudar a los niños".
Las tensiones en el seno del gobierno no habían sido informadas previamente en detalle y surgen mientras la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras espera arrestar a más niños no acompañados este año que en cualquier otro año desde que se empezó a llevar un registro en 2010, según una estimación oficial revisada por Reuters.
Mark Weber, un portavoz del HHS, dijo que las agencias gubernamentales trabajan juntas con el objetivo de intentar sacar a los niños de los puestos de la patrulla fronteriza, pero admitió que las conversaciones pueden llegar a ser acaloradas.
"Es tenso", explicó Weber en una entrevista. "Pero es una tensión saludable con gente alineada en torno a la misión de asegurarse de que estos niños estén bien atendidos".
El portavoz de la Casa Blanca, Vedant Patel, dijo que el ritmo de traslado de los niños fuera de las estaciones fronterizas y a los refugios del HHS es "inaceptable", pero añadió que "el gobierno federal está trabajando incansablemente para aumentar la capacidad y tomar medidas para unir rápidamente a los menores no acompañados con familiares examinados".
Apurando apertura de refugios
El gobierno de Biden se ha apresurado a abrir más de una decena de refugios de emergencia, incluso en centros de convenciones y bases militares, para ayudar a albergar a los niños migrantes que llegan a la frontera con México sin un padre o tutor legal.
El mandatario demócrata está siendo criticado por grupos de defensa de los migrantes y por algunos miembros de su partido por no liberar a los niños más rápidamente de los refugios. Los republicanos lo culpan por el aumento de las cifras, diciendo que fue demasiado apresurado al hacer retroceder las políticas restrictivas de inmigración del expresidente Donald Trump.
El Gobierno de Biden ha prometido un enfoque más humano de la inmigración y se comprometió a revertir muchas de las políticas de Trump. Pero esos objetivos han chocado con un salto en las aprehensiones en la frontera suroeste.
El aumento de niños que esperan ser entregados a patrocinadores se debe en parte a los obstáculos logísticos, dicen los defensores de los migrantes.
Pero la lentitud es hasta cierto punto deliberada.
A los funcionarios del HHS les preocupa que acelerar demasiado el proceso de investigación pueda llevar a los niños a situaciones inseguras, según dos de los funcionarios. En un caso notorio en 2014, el HHS liberó al menos a seis niños a traficantes que los obligaron a trabajar en una granja de huevos de Ohio, según documentos judiciales.
"Hay un equilibrio entre la oportunidad y la seguridad", dijo uno de los funcionarios que es crítico con el enfoque de la Casa Blanca. "No podemos liberar a los niños sin hacer comprobaciones".
Rice ha "presionado constantemente" para que el HHS acelere las liberaciones para hacer espacio en los albergues infantiles, dijo otro de los funcionarios familiarizados con el asunto. Los esfuerzos del HHS en ese frente han sido inadecuados, agregó la fuente, pero ahora están mejorando.
Los defensores del HHS dicen que las críticas en una reunión tras otra en las que ese departamento "recibe gritos" están haciendo mella en el personal.
En apoyo del enfoque de Rice, uno de los tres funcionarios dijo que el gobierno está en "modo de respuesta a la crisis" y que Rice está "tratando poner a la gente en acción".
"Es como comparecer ante un juez realmente duro en una sala", dijo el funcionario sobre Rice. "No entras con excusas, entras con planes".
Millones en contratos
Hasta ahora, el gobierno ha podido reducir la cantidad de niños en las estaciones de patrulla fronteriza de un máximo de más de 5.700 el 28 de marzo a menos de 2.900 el 13 de abril, según datos del gobierno. El HHS ha anunciado planes para agregar alrededor de 18.500 camas de emergencia este año, según un recuento de Reuters, lo que duplicaría la capacidad.
Este año, entre el 25 de enero y el 6 de abril, el HHS y otras agencias federales firmaron contratos por un valor aproximado de 400 millones de dólares específicamente relacionados con servicios para niños no acompañados, según un análisis de Reuters de los datos de gasto del gobierno de Estados Unidos.
El HHS también ha renunciado temporalmente a algunos requisitos de investigación, incluida la mayoría de las verificaciones de antecedentes de los adultos que viven en el mismo hogar que los patrocinadores que son parientes cercanos, confirmó el departamento a Reuters.
La agencia dijo a funcionarios del Congreso esta semana que ha reducido la cantidad de tiempo que los niños pasan bajo su custodia a 31 días en promedio, desde 42 días en febrero.
Pero la mayoría de los niños en los refugios de emergencia no tienen administradores de casos y, por lo tanto, "ni siquiera han comenzado el proceso de iniciar la entrega a un patrocinador", dijo Neha Desai, abogada del Centro Nacional de Derecho Juvenil.
La administración ha identificado a miles de voluntarios del gobierno federal con experiencia en la gestión de casos para ayudar con el esfuerzo, dijo uno de los tres funcionarios. Aún así, ha llevado semanas capacitarlos y proporcionarles computadoras y otros equipos.
Un anuncio de empleo del 28 de marzo en el que se buscaba gente para trabajar con chicos de 13 a 17 años en el Centro de Convenciones de Dallas destacó que la búsqueda era una "necesidad INMEDIATA".
"Tienes que esperar"
Dado el retraso en la gestión de casos, algunos padres desesperados tienen pocas luces sobre el paradero de sus hijos.
Ilene, de quince años, viajó sola desde Honduras y cruzó la frontera entre Estados Unidos y México a mediados de marzo. Su madre, Sarahy, que vive en Dallas, no pudo hablar con ella hasta el lunes, después de que Ilene estuvo bajo custodia del gobierno durante más de un mes. La niña, quien le dijo a su madre que estaba en un refugio en San Diego, dijo que había estado enferma de COVID-19 durante 14 días.
Su madre dijo que la niña, a la que se le permitió hablar solo 10 minutos, parecía triste y ansiosa y dijo que no le habían dado ningún medicamento.
"Ella dijo 'Mami, ya no quiero estar aquí. Los niños solo gritan y lloran, los grandes y los pequeños, simplemente lloran todo el tiempo', me dijo" aseguró Sarahy. Habló con la condición de que ella y su hija fueran identificadas solo por sus nombres de pila.
Sarahy dijo que envió documentos a alguien que dijo que era un trabajador social del gobierno y no recibió respuesta. Recientemente, otro miembro del personal le dijo que el gobierno no había recibido su documentación.
"Todo lo que me dicen es: 'Tienes que esperar, tienes que esperar, tienes que esperar'", dijo Sarahy.
La abogada Melissa Adamson, que representa a los niños migrantes como parte de un acuerdo legal de larga data que rige su cuidado, dijo que recientemente visitó dos refugios y habló con niños allí. "Las primeras preguntas de todos los niños con los que hablé fueron: '¿Cuándo me van a entregar a mi familia? ¿Cuánto tiempo más tengo que quedarme aquí?".
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