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Más de 606 millones de mujeres en edad de trabajar no consideran la opción por la crianza de hijos según estimaciones de la OIT
Las dinámicas laborales en el mundo nunca se han comportado de forma homogénea. Mientras que en el siglo pasado, las guerras y el machismo relegaron a las mujeres a las labores del hogar, la actualidad mantiene desafíos en la brecha laboral por el género, en particular por las madres que tuvieron que suspender o aplazar su profesión para criar a sus hijos.
De acuerdo con un reporte publicado por The Economist, el cuidado de los recién nacidos ha provocado en las mujeres una disyuntiva entre si cuidar a sus hijos o enviarlos a guarderías (que por lo general son costosas). En América Latina, 38% de las mujeres empleadas abandonan sus puestos de trabajo (es decir, cuatro de cada 10) después de tener un hijo y 37% sigue fuera de la fuerza laboral una década después de haber dado a luz.
“Mientras que en todo el mundo, 95% de los hombres entre 25 y 54 años están en la fuerza laboral, la cifra para las mujeres de la misma edad es sólo 52%”, se lee en el estudio. Esta brecha se explica desde el acaparamiento de las tareas de cuidado infantil que provoca que las mujeres abandonen temporal o definitivamente su trabajo después del nacimiento de su primer hijo.
“No tiene sentido volver cuatro o cinco días a la semana, porque me quedarían alrededor de US$127 al mes después del cuidado de los niños”, expresó Alison Greatorex, una madre en Inglaterra que no trabaja desde hace dos años por estar al cuidado de su hijo de dos años. Un estudio publicado por Pregnant then screwed concluyó que para uno de cada diez padres, los costos del cuidado infantil exceden su salario neto. Así mismo, la Ocde resaltó que solo en Estados Unidos, Irlanda y Nueva Zelanda, los costos del cuidado infantil representan una proporción mayor del ingreso familiar neto de todos los padres en países miembros de la Organización.
Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo, OIT, informó que 606 millones de mujeres en edad de trabajar no pueden considerar esta opción por la asignación de deberes de cuidado familiar, mientras que esta situación la padece 41 millones de hombres en el mundo.
Ante este panorama, países como Canadá, Japón y Jordania han surgido alternativas gubernamentales para dinamizar el regreso de las mujeres al trabajo. Tanto en el primer como en el tercer país mencionado, los gobiernos han optado por ampliar los subsidios para el cuidado infantil mientras que Japón está reestructurando los incentivos fiscales para el mencionado regreso.
Por otro lado, aunque una investigación realizada por el Banco Mundial en 2023 a 95 países arrojó que la participación laboral de las mujeres aumento 4% en promedio, la brecha en empleabilidad está lejos de cerrarse y, por el contrario, parecería haberse estancado. Según las proyecciones del Foro Económico Mundial, al ritmo actual, se necesitarían 170 años para cerrar la brecha laboral entre hombres y mujeres.
Ahora bien, parte del problema no solo es las dificultades en el cuidado infantil sino la flexibilidad de las empresas para ajustarse a esta realidad.
Para el caso colombiano, Buk, compañía especializada en la gestión del talento humano, en su reporte Radiografía de Mujeres en el Trabajo 2024 corroboró que la desigualdad entre el acceso a oportunidades de empleo entre hombres y mujeres se debe a una baja corresponsabilidad en las labores domésticas y de cuidado, recayendo mayoritariamente en las mujeres.
Dicho esto, ha propuesto que la flexibilización de los horarios de trabajo y las formas de trabajar (virtualidad o trabajo remoto) generarían un regreso progresivo de las mujeres a sus puestos de trabajo. Según las cifras recolectadas, un trabajo que ofrezca esta flexibilidad abre la ventana para que 30% más de mujeres con hijos menores de 12 años acepten un empleo.
Frente a las oportunidades que ofrecería una flexibilización de las dinámicas laborales como el teletrabajo, la compañía resaltó que el nivel de felicidad aumenta 12% puntos en madres con hijos menores de 12 años y 5% en padres con la misma condición cuando se les ofrece la posibilidad de trabajar de forma remota. En el caso de quienes no tienen hijos pequeños, la felicidad aumenta 1% y 5% en mujeres y hombres respectivamente.
Los resultados son la evidencia de que un mayor entendimiento de parte de las de la realidad y entorno de los trabajadores podría resultar, a largo plazo, en una reducción mayor de la brecha de empleo de género.
Así mismo, resaltaron que las empresas tienden a rechazar solicitudes de mujeres que son madres, levemente por encima de aquellas mujeres que no lo son. “Se muestra una diferencia significativa en las respuestas hacia hombres y mujeres, acrecentándose si tienen hijos, donde las madres son las más desfavorecidas a la hora de solicitar un ascenso. Frente a una petición de ascenso, 41% de las mujeres no lo recibió (cifra significativamente mayor al 25% de los hombres) y, además, esta respuesta negativa es más común si ella tiene hijos menores de cinco años (47%)”, reportó la compañía.
“Las organizaciones deben ser conscientes de la diversidad de realidades de sus colaboradores. Por esto, es clave mapear y analizar sus experiencias con especial énfasis en su bienestar laboral, considerando las diferencias que pueden existir no sólo según género, sino que también según edad, nivel socioeconómico, roles o responsabilidades de cuidado”, explicó Lesley Warren, jefe de investigación de Buk.
Favorecer la empleabilidad de las mujeres trabajadores con hijos significaría un mayor poder adquisitivo de las familias y la reducción de la brecha laboral de género. Pero, es tarea tanto del sector privado como del público direccionar los esfuerzas en pro de esta meta.
A pesar de que la maternidad es la principal causa por la que las mujeres dejan sus puestos de trabajo en países del ‘mundo rico’ según The Economist, en países pobres como Mauricio y Zambia la brecha se explica en el matrimonio. Mientras que en los primeros países, 80% de la brecha entre la participación laboral de género se debe a la relegación de las mujeres a los deberes del cuidado infantil. En algunos países de África, 10% de la brecha se explica en esta razón y 50% de la brecha se centra en el cambio de roles por el matrimonio.
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