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Los últimos datos de la OMS destacan que 15% de los adultos en edad de trabajar experimentan algún trastorno mental
La OMS y la OIT llamaron a las empresas a asumir un rol más activo en la promoción de la salud mental de la fuerza laboral en todo el mundo, con entrenamientos focalizados para el liderazgo e intervenciones puntuales para atender los riesgos psicosociales en los entornos de trabajo.
Los problemas de ansiedad y depresión a nivel mundial se incrementaron un 25% de la mano de la pandemia y esto ha tenido un impacto directo en el mundo laboral. La factura global actualizada: la pérdida de 12,000 millones de días de trabajo y un costo económico de casi un billón de dólares cada año por el impacto en la productividad, advirtieron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ambos organismos emitieron esta semana una nota conjunta para presentar algunas directrices para que las empresas atiendan los riesgos para la salud mental en los entornos de trabajo, entre ellos, las sobrecargas laborales, los comportamientos negativos como la violencia y el acoso, y las situaciones que incrementan las sensaciones de angustia entre los empleados.
El documento hace, además, énfasis en la necesidad de entrenar a las personas que ocupan cargos directivos dentro de las empresas para que puedan prevenir los entornos laborales estresantes y tengan mayores herramientas para responder a las necesidades de las y los trabajadores.
"Es hora de centrarse en el efecto perjudicial que el trabajo puede tener en nuestra salud mental. El bienestar del individuo es razón suficiente para actuar, pero una mala salud mental también puede tener un impacto debilitante en el rendimiento y la productividad de una persona. Estas nuevas directrices pueden ayudar a prevenir situaciones y culturas laborales negativas y ofrecer una protección y un apoyo a la salud mental muy necesarios para los trabajadores”, expresó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Los últimos datos de la OMS destacan que 15% de los adultos en edad de trabajar experimentan algún trastorno mental. “El trabajo amplifica problemas sociales más amplios que afectan negativamente a la salud mental, como la discriminación y la desigualdad. La intimidación y la violencia psicológica, también conocida como ‘mobbing’, son las quejas clave de acoso laboral que tienen un impacto negativo en la salud mental. Sin embargo, hablar o revelar la salud mental sigue siendo un tabú en los entornos laborales de todo el mundo”, se advierte en el comunicado.
Piden papel activo de las empresas
El documento presentado por la OMS y la OIT presenta una serie de prácticas puntuales para atender las necesidades de los trabajadores con problemas de salud mental. Las directrices giran en torno a cuatro ejes.
Prevenir el impacto del trabajo en la salud mental a través de una administración de riesgos psicosociales más activa que incluya intervenciones para rediseñar las condiciones de trabajo, las culturas organizacionales y las relaciones interpersonales.
Proteger y promover la salud mental en el trabajo, especialmente a través del entrenamiento focalizado e intervenciones que permitan fortalecer las habilidades para reconocer y responder a situaciones de riesgo, además de empoderar a las personas trabajadoras para buscar ayuda.
Apoyar a los trabajadores que padecen algún trastorno mental con políticas que les permitan seguir desempeñando sus actividades en un entorno más favorable y programas de reintegración laboral y de fomento a iniciativas impulsadas por los empleados.
Fomentar un entorno que contemple la interacción de acciones enfocadas a promover la salud mental en el trabajo a través del liderazgo, inversiones, derechos, integración, participación evidencia y cumplimiento normativo.
Entre los principales riesgos psicosociales en el trabajo identificados en el documento destacan las sobrecargas laborales, la falta de espacios para interacción social, el poco control sobre las tareas rutinarias, el uso de equipos inseguros, una comunicación interna deficiente, las culturas organizacionales que fomentan la discriminación y el abuso, los liderazgos autoritarios, los conflictos entre responsabilidades laborales y personales, y los actos de violencia, acoso y bullying, entre otros.
"Dado que las personas pasan gran parte de su vida en el trabajo, es fundamental contar con un entorno laboral seguro y saludable. Tenemos que invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo, reformar el entorno laboral para acabar con el estigma y la exclusión social, y garantizar que los empleados con problemas de salud mental se sientan protegidos y apoyados", expresó Guy Ryder, director general de la OIT.
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