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El PIB de Brasil creció 2,9% para todo 2023, pero los datos del último trimestre reflejaron que la economía no tuvo gran movimiento
La economía de Brasil se estancó por segundo trimestre consecutivo a medida que los consumidores controlan el gasto y el impulso de los fuertes rendimientos de los cultivos se desvanece, lo que probablemente presagia tiempos más difíciles para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Los datos oficiales publicados el viernes mostraron que el producto interno bruto se mantuvo estable en el período octubre-diciembre en comparación con el trimestre anterior, por debajo de la estimación mediana de 0,1% de los analistas encuestados por Bloomberg. El PIB de Brasil creció 2,9% para todo 2023.
Un crecimiento mayor de lo esperado en el primer semestre de 2023 impulsó la suerte política de Lula, mientras el izquierdista de 78 años apuesta su mandato por ayudar a los pobres y mejorar las condiciones de vida. Esa agenda se vuelve más desafiante ahora que la economía más grande de América Latina se enfría, recortando los fondos disponibles para que él los gaste en programas sociales.
La caída del consumo de los hogares confirmó que la economía “perdió bruscamente impulso”, escribió en una nota de investigación William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics. El crecimiento trimestral también se mantuvo estable entre junio y septiembre, según cifras revisadas publicadas el viernes.
Las tasas de swap, que indican el sentimiento del mercado sobre la política monetaria a finales del próximo año, se mantuvieron prácticamente sin cambios en las operaciones de la mañana después de la publicación.
La fuerte expansión de principios de 2023 se debió en gran parte a la llamada súper cosecha (cosechas récord de maíz y soja) que impulsó las exportaciones en la nación rica en recursos a pesar de los altos costos de endeudamiento. Un mercado laboral ajustado y la ayuda gubernamental, que se expandió desde que Lula regresó al poder en enero pasado, también impulsaron el consumo.
“La débil cifra del PIB del cuarto trimestre confirma que la economía de Brasil ha perdido fuerza a medida que los efectos retardados de una política monetaria restrictiva se asentaron y el impulso de los fuertes rendimientos de las cosechas y el mayor gasto fiscal se desvanecieron. Eso plantea un desafío para los responsables de las políticas en el primer semestre: el ciclo de flexibilización que comenzó en agosto no habrá llegado a la economía real”.
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Estas modificaciones se concretaron a través de una publicación en el Boletín Oficial. En el texto se sustituye el artículo 14, relacionado con la procedencia de la contratación directa.
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