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Villavicencio ocupaba el segundo lugar con un 13,5% de apoyo, según una encuesta publicada justo antes de su muerte
Tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, el presidente de Ecuador declaró el estado de excepción en la nación andina durante 60 días, calificando el asesinato de atentado contra la democracia del país.
"Las fuerzas armadas, a partir de este momento, se movilizarán en todo el territorio nacional para garantizar la seguridad ciudadana, la tranquilidad del país y las elecciones libres y democráticas del 20 de agosto", dijo el presidente Guillermo Lasso a primera hora del jueves tras una reunión de emergencia de su gabinete de seguridad.
"Necesitamos estar unidos ahora más que nunca", añadió Lasso.
Villavicencio fue asesinado el miércoles en Quito, lo que desencadenó un tiroteo entre los asesinos y el destacamento de protección del candidato, dijo Lasso, añadiendo que los atacantes también lanzaron una granada de mano que no llegó a explotar. Un sospechoso murió tras el ataque, nueve personas resultaron heridas y seis sospechosos han sido detenidos, dijo el presidente.
El asesinato de Villavicencio agita aún más el inestable ambiente político de Ecuador. Una encuesta publicada justo antes de su asesinato mostraba al ex periodista en segundo lugar entre los ocho candidatos presidenciales antes de la votación, por detrás de la socialista Luisa González.
"Es un golpe mortal a la democracia ecuatoriana", declaró por teléfono César Ricaurte, presidente de la organización de defensa de los medios de comunicación Fundamedios. "Las mafias han cometido un golpe de Estado".
Villavicencio, de 59 años, se hizo famoso en Ecuador durante el gobierno del presidente Rafael Correa (2007-2017), cuando informó sobre escándalos de corrupción relacionados con préstamos de China y sobre la financiación ilegal de campañas electorales.
Era uno de los periodistas más destacados de Ecuador antes de ser elegido diputado en 2021, con la promesa de renegociar los contratos con empresas petroleras y mineras extranjeras y de adoptar una línea dura contra los cárteles de la droga.
Durante la campaña, Villavicencio señaló que sabía que podía estar en el punto de mira, pero dijo que no se echaría atrás.
"Aunque me amenazan, con la mafia no se hacen tratos", había dicho a los periodistas.
La muerte de una figura de tan alto perfil, alguien que estaba bajo protección policial tras recibir repetidas amenazas, disipa cualquier ilusión de que las tornas hayan cambiado en la guerra contra el crimen organizado en América Latina.
Hasta ahora, las elecciones de Ecuador no habían atraído la atención mundial, pero se habían visto como una prueba de si las instituciones del país podrían capear el creciente poder del crimen organizado.
Los cárteles de la cocaína en guerra han convertido al otrora pacífico Ecuador en uno de los lugares más violentos del mundo, superando a México y Colombia en asesinatos per cápita el año pasado.
A pesar de estar situado entre Colombia y Perú, los dos mayores productores de cocaína del mundo, Ecuador había escapado hasta hace poco a la historia más violenta de sus vecinos. Pero la creciente importancia de sus puertos en los envíos de droga a Estados Unidos y Europa ha hecho que la tasa de asesinatos se dispare más de un 300% en los últimos cinco años, a medida que las mafias luchan por el control de las rutas de contrabando.
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Villavicencio ocupaba el segundo lugar con un 13,5% de apoyo, según una encuesta publicada justo antes de su muerte. Los principales candidatos -desde González hasta Jan Topic, ex soldado de la legión extranjera francesa- han hecho de la ley y el orden el eje de sus campañas. Varios candidatos dijeron que suspenderían temporalmente su campaña tras el asesinato.
El asesinato de Villavicencio plantea la cuestión de si los votantes se inclinarán ahora por los más extremistas de la línea dura. La delincuencia también es uno de los temas principales en otras elecciones celebradas este mes, como las primarias del 13 de agosto en Argentina y la segunda vuelta presidencial del 20 de agosto en Guatemala.
Algunos líderes regionales han elogiado las políticas draconianas del Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, cuya polémica redada de decenas de miles de presuntos miembros de bandas ha contribuido a convertirlo en el presidente más popular de América Latina.
Villavicencio es la última víctima de la violencia política en Ecuador. El mes pasado también fue asesinado a tiros el alcalde del segundo puerto más importante del país, Manta.
"Es una noticia muy trágica", dijo Oren Barack, director gerente de renta fija de Alliance Global Partners, con sede en Nueva York. "Ecuador había estado avanzando con nuevas elecciones y superando el estancamiento de la pasada administración. Será crucial ver qué detalles salen a la luz en los próximos días y semanas."
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