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La campaña electoral ha estado marcada por la violencia, incluido el asesinato del candidato anticorrupción Fernando Villavicencio en agosto
Los ecuatorianos acudirán a las urnas el domingo para elegir entre un candidato presidencial que se presenta con promesas de mejorar las perspectivas de los jóvenes y otra que propone regresar a los programas sociales de izquierda.
El heredero bananero Daniel Noboa, de 35 años, ha liderado encuestas recientes, aunque al menos dos encuestas sitúan la intención de voto para él y la izquierdista Luisa González, protegida del expresidente Rafael Correa, dentro del margen de error.
La campaña ha estado marcada por la violencia, incluido el asesinato del candidato anticorrupción Fernando Villavicencio en agosto. Posteriormente también fueron asesinados siete sospechosos del caso.
González, de 45 años, que ganó con 34% de los votos en la primera vuelta, dice que recuperará el gasto social que caracterizó la década de Correa en el poder y utilizará US$2.500 millones de las reservas internacionales para apuntalar la economía.
Noboa obtuvo una entrada sorpresa a la segunda vuelta y ha dicho que atraerá inversión extranjera y creará empleos, especialmente para los jóvenes.
"A diferencia de otras elecciones que se dejaban llevar por una promesa demagoga, en esta elección el indeciso -que son los jóvenes- está tratando de entender cuál de las dos figuras pueden solucionar su problema personal", dijo Francis Romero, presidente de la firma Click Research.
Para el domingo están habilitados para votar un poco más de 13 millones de ecuatorianos, de los cuales una cuarta parte corresponde a jóvenes de entre 18 y 29 años.
El número de indecisos aún se mantiene alto a pocos días de los comicios, lo que podrían definir a último momento al ganador del balotaje, según Romero. El voto es obligatorio en Ecuador.
Ambos candidatos han intentado cortejar a los jóvenes con promesas de empleo, educación gratuita y beneficios económicos, así como evitando la confrontación política en sus recorridos por las universidades en la recta final de la campaña electoral.
"Lo que se espera de cualquier candidato es que mejore el país", dijo David Vilaña, estudiante universitario de 21 años en un barrio popular del sur de Quito, sin decir por quien votará. "Que piensen en los jóvenes, queremos tener un empleo digno".
Duros desafíos
El gobierno saliente del presidente Guillermo Lasso, que convocó elecciones anticipadas para evitar un juicio político, ha culpado a las bandas de narcotraficantes de la creciente violencia en las calles y en las cárceles, pero ha luchado por combatirlas.
Mientras tanto, la economía -que crecerá sólo 0,8% en 2024 según estimaciones del banco central- es una de las principales preocupaciones de los votantes.
Ecuador es el principal exportador mundial de banano y la fruta ha estado entre las exportaciones afectadas por el narcotráfico, ya que los contrabandistas esconden narcóticos en contenedores de envío.
González ha prometido construir una nueva prisión en las afueras de Guayaquil y recuperar el país de los criminales, mientras que Noboa ha dicho que los convictos más peligrosos deberían ser retenidos en barcos prisión en alta mar y que utilizará la tecnología para combatir el crimen.
En los últimos días González ha llamado a la unidad, diciendo que el país necesita "dejar la campaña sucia, dejar los ataques, dejar el odio".
Por su parte, algunos votantes esperan un cambio.
"Tenemos la oportunidad de elegir a un partido diferente, ya hemos estado mucho tiempo en la misma línea y estamos inconformes", dijo José Rosero, un pensionado de 61 años en el sur de Quito, sin decir a quien apoyará. "Queremos algo nuevo y esperemos no equivocarnos".
El ganador gobernará desde diciembre de este año hasta mayo de 2025.
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