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La autoridad aceptará bonos categoría basura por la crisis del coronavirus para evitar que países en riesgo se queden sin liquidez
El Banco Central Europeo lo tiene claro: hará todo lo que esté en su mano para mantener los diferenciales de la deuda de los distintos países, las famosas primas de riesgo, en niveles razonables para "garantizar la correcta transmisión de la política monetaria" y evitar, en definitiva, una nueva crisis de deuda.
La institución que preside Christine Lagarde consiguió calmar los ánimos con su Programa de Compras de Emergencia Pandémica (Pepp), 750.000 millones de euros (US$813.320 millones) en adquisiciones de bonos con total flexibilidad para atajar la subida descontrolada de los intereses de la deuda de los países periféricos. Sin embargo, sus efectos empiezan a diluirse y la autoridad monetaria ha tomado nuevas medidas.
Los miembros del Consejo de Gobierno se han reunido hoy en una cita extraordinaria -cuando queda casi una semana para su cumbre de política monetaria- y han anunciado que aceptarán bonos cuyo ráting pierda el grado de inversión como colateral de la banca, los llamados ángeles caídos.
La medida estará vigente hasta septiembre de 2021 y, eso sí, tiene condiciones: los títulos deben haber tenido una calificación crediticia de al menos BBB-, el límite antes de caer en el grado especulativo, a fecha de 7 de abril. Con este movimiento, el BCE se quita de en medio las posibles distorsiones en su operativa que puedan causar las rebajas de calificación crediticia de las principales agencias de ráting como consecuencia de la crisis del coronavirus.
Detrás de esta decisión se encuentra la posibilidad de que el parón económico provoque una rebaja en el ráting de algunos países de la región, lo que apartaría a sus bancos de utilizar la deuda soberana que ya tienen en sus balances como contraparte para acceder a la barra libre de liquidez del banco central. La mirada estaba puesta sobre todo en Italia, que pasa la revisión de su calificación crediticia el viernes y se encontraba a apenas dos escalones de convertirse en un ángel caído al entrar en el terreno de los bonos basura.
La medida arroja calma a un mercado de deuda tensionado. Según los datos de Bank of America Merril Lynch, el volumen de deuda que puede convertirse en un ángel caído asciende hasta casi los US$500.000 millones.
Además de haber tenido ráting con grado de inversión antes del 7 de abril, las rebajas de calificación crediticia no podrán hundir la nota de la deuda por debajo de BB. Para las titulizaciones, a las que antes exigía una calificación de A-, el límite será de BB+.
La deuda griega cuenta con una bula por la que, pese a su condición de bono basura anterior a la fecha límite, resulta elegible para la autoridad monetaria.
El de hoy podría no ser el último anuncio del BCE en este sentido, pues la institución avisa de que podría "adoptar medidas adicionales para seguir mitigando el impacto de las rebajas de calificación crediticia con vistas a garantizar la correcta transmisión de su política monetaria"
Estas medidas son la segunda parte del plan de acción sobre el colateral que presentó el BCE el pasado 7 de abril y por el que reduce el descuento aplicado a las garantías de los bancos para captar liquidez. Dentro de esas medidas, la institución anunció que permitirá que los préstamos a grandes empresas, pymes y autónomos con garantías del Estado (como los avales del ICO que ha puesto en marcha el Gobierno en España) funcionen como colateral para acudir a sus inyecciones de liquidez. El BCE también aceptará como colateral los préstamos con peor calificación crediticia y los denominados en otra divisa distinta del euro.
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